Aula de la Naturaleza

Viene este título a cuento porque cualquiera que pase por la carretera que todos conocemos como de Los Túneles (AS-17), tiene en ella un Aula de la Naturaleza, que nos va a permitir asistir en directo al gran crimen ecológico, que bajo la mano ejecutora del Gobierno Autonómico presidido por Don Vicente Alvarez Areces, se está perpetrando en ella en estos mismos momentos. Y es que en ambas vertientes de esta carretera pervive una masa forestal hasta ahora sólo agredida por la mencionada AS-17. Bosques autóctonos de castaño, roble (algunos ejemplares seculares), abedul, acebo, monte bajo e incluso frutales. Toda esta riqueza forestal alimenta otra gran riqueza, la faunística, y muy especialmente la ornitológica. Pues bien, el Gobierno del Principado de Asturias ha considerado que no había mejor momento de acometer esta obra, en mi opinión completamente innecesaria, que durante los meses de abril, mayo y junio (meses de nidificación de «nuestras aves»).
Y con esta decisión (tres hurras por los asesores en política medioambiental de la Junta), han convertido este espacio en un aula impagable, donde documentar a nuestros hijos, que a la postre serán quienes tengan que sufrir más directamente todos los escarnios que estamos infringiendo a la Naturaleza, de todo lo que no debe hacerse en materia medioambiental.
Poco antes del primer túnel en dirección a Riaño, hay una pequeña área de descanso que equidista de dos caseríos, uno en cada vertiente; uno es Ricabá (Santamarina de Cuquiellos), y otro Los Payarones (Hevia), dos parroquias de Siero. Magnífico punto para reflexionar sobre el espectáculo que nos ofrece la irresponsabilidad humana y en particular la de aquellos a quienes nombramos (políticos), para que tutelen y defiendan los intereses comunes, que son quienes ostentan el poder y, no nos olvidemos, las decisiones no exentas de responsabilidades. «Esta agresión tan difícilmente justificable tiene que tener responsables, responsables con nombres, apellidos y cargos, que están pagados con nuestros impuestos y que han demostrado que el enemigo lo tenemos en casa.
No quiero entrar en detalles que puedan dañar la sensibilidad de nadie, pero el diario de toda esta maquinaria asesina tiene que ser cruento, muy cruento, pues repito, es una zona de gran riqueza faunística y la están aniquilando con gran alevosía, en el momento que se muestra más sensible e indefensa.
Aquí nidifican rapaces, diurnas y nocturnas, torcaces, grajos, picos-carpinteros, tordos, cucos, carriceros… hasta ocasionalmente las arceas, aprovechando el discurrir del arroyo Somerón; han sufrido y van a seguir sufriendo esta sinrazón de desprecio a la Madre Naturaleza.
La Administración no puede gastar los recursos públicos en alimentar tres osos enjaulados y luego mostrarse tan indiferente e insensible en temas de tanta trascendencia. Demasiada inversión para conseguir un híbrido que nada aporta a la verdadera conservación de nuestra fauna, y demasiado desprecio a lo que la Naturaleza nos brinda con tanta generosidad. La verdadera Aula de la Naturaleza no está en el cercado osero, está en la agresión que está sufriendo este paraje que traza el desdoblamiento de la Carretera de los Túneles. Y es ante este dantesco espectáculo donde podemos contestar a las preguntas inocentes de nuestros pequeños: que pasó y qué va a seguir pasando con los proyectos de vida, que a diario está destruyendo la ignorancia y la osadía de nuestros dirigentes.
¿Suceden estos delitos ecológicos, delitos cuando menos morales, en otras Comunidades Españolas? ¿Sucede esto en otros Países Europeos? Pienso que no.
Pido:
Que si la legislación vigente permite estas actuaciones, sea modificada con carácter de urgencia.
A la Administración, que rectifique, que no dé este pésimo ejemplo, que depure responsabilidades (sus asesores en medioambiente).
A la prensa, que denuncie este tipo de hechos y que sea instructiva, valiente e independiente.
A los grupos que dicen defender la Naturaleza, que sean reivindicativos y estén en primera línea de batalla.
Y a todos, todos, los asturianos, que defiendan nuestro Patrimonio Común, y muy especialmente a nuestra cada día más maltrecha Madre Naturaleza.
Pronto tendremos que hablar de recuerdos. Es tiempo de reparar el daño causado y recuperar lo perdido, no de agredir y caminar hacia el abismo de lo irreversible.
Esta agresión tan difícilmente justificable tiene que tener responsables, responsables con nombres, apellidos y cargos, que están pagados con nuestros impuestos y que han demostrado que el enemigo lo tenemos en casa. §