Oficialmente, la Asociación Astronómica ‘Cielos Despejados’ se fundó en el año 2014 pero, desde bastante antes, la pasión de sus fundadores por la astronomía ya se traducía en la celebración de actividades divulgativas o quedadas astronómicas. Los objetivos que persiguen son claros: adquirir conocimientos cada vez más profundos de la astronomía y las ciencias relacionadas y promover todos los temas divulgativos que se consideren oportunos.
En su blog aparece un mensaje que bien podría ser la seña de identidad de esta asociación asturiana: «No importa si queremos sacar el telescopio y está nublado o llueve a mares. Esperamos pacientemente y de buen humor, ¡a que haya Cielos Despejados!». Cierto es que humor no les falta, si contamos con que los cielos astures pocas veces se muestran en todo su esplendor.
Esto no es motivo de desánimo para Marcos Suárez, presidente de Cielos Despejados, Julia Menéndez, tesorera, y David Lago, vocal, que se presentan a esta entrevista con muchos proyectos por delante y con la ilusión de que, cada vez más, la astronomía y las ciencias relacionadas sean una pasión que enganche a personas de todas las edades.
-¿Cómo surge este colectivo y qué fue lo que os motivó a crearlo?
–(David) La idea es bastante antigua y se remonta al 2006 cuando yo y otros compañeros, todos estudiantes de física, fuimos a un curso de verano de la Universidad de Alcalá de Henares. Trataba sobre Historia de la Astronomía y en él conocimos a mucha gente de toda España y algunos pertenecían a alguna asociación. Mantuvimos el contacto con estas personas e intentamos crear nuestro propio colectivo. Al principio éramos tres amigos y, en vez de implicarnos en el tema del papeleo para constituir la asociación, decidimos trabajar en la divulgación científica que hacía la Facultad de Ciencias de la Universidad de Oviedo con eventos como Las Jornadas de Puertas Abiertas o La Semana de la Ciencia. El salto mayor lo dimos en 2011, cuando montamos la primera Noche Lunática. A partir de ahí la bola de nieve fue creciendo y vimos que ya era necesario tener una entidad oficial. En 2014 fundamos la asociación y a partir de ahí todo ha ido creciendo. Este año, además de la Noche Lunática que va por la séptima edición, hemos hecho el Pedalea hacia las Estrellas, charlas en bares y el Congreso de CosmOviedo, en el cual tuvimos una asistencia de 1.300 personas. La cosa poco a poco va incrementándose y nosotros estamos encantados de dar a conocer la astronomía y ciencias relacionadas.
-Cuándo organizáis esas actividades y el cielo está nublado, ¿tenéis previstas otras alternativas?
–(David) Sobre todo en las Quedadas, porque las programamos con una fecha fija y con tiempo de adelanto, y como es muy posible que el cielo no esté despejado intentamos tener una actividad organizada a la vez. Así empezó la Noche Lunática con talleres, exposiciones de posters, concursos de fotos, talleres infantiles, charlas. Siempre procuramos que haya dos partes: una con algo referente a la astronomía pura y dura, y otra en plan cultural y de entretenimiento para que la gente se acerque, aunque esté nublado.
Nos interesa, sobre todo, una divulgación científica que llegue a todo el mundo, y no solo a los niveles más altos de las instituciones o a personas con nivel universitario.
-¿Con qué apoyo logístico contáis para todas estas actividades?
-(David) De momento siempre hemos hecho todo de prestado. Nos llevamos muy bien con la Facultad de Ciencias de la Universidad y la Unidad de Comunicación Científica siempre nos ha ayudado a organizar este tipo de eventos. También hemos colaborado con ellos en eventos que organizan, como la Noche de los Investigadores. En ocasiones hemos reservado bares los viernes por la noche para charlas científicas breves, y el Ayuntamiento de Oviedo nos permite el uso gratuito del Auditorio.
-¿Cómo es la relación que mantenéis con la Universidad de Oviedo?
–(Marcos) La colaboración es sobre demanda de la actividad que realicemos. Por ejemplo, en la Noche Lunática, la Noche Internacional de la Observación de la Luna, ellos nos facilitaron las aulas y el terreno exterior de la Facultad de Ciencias para plantar los telescopios. También la Facultad de Geología colabora con el evento y si necesitamos cualquier otra cosa, en general, nos la facilitan. La relación y colaboración es perfecta. También decir que, de cara a este año, queremos impulsar colaboraciones con otras organizaciones. Asociaciones astronómicas en Asturias solo estamos nosotros en Oviedo y Omega en Gijón, y nos gustaría hacer fuerza conjunta a la hora de realizar eventos para tener mayor poder de convocatoria. Omega tiene más años y experiencia que nosotros y también más medios, ya que cuenta con un observatorio en Gijón, en el monte Deva.
-¿Qué objetivos tenéis trazados?
–(Julia) Nos interesa, sobre todo, una divulgación científica que llegue a todo el mundo, y no solo a los niveles más altos de las instituciones o a personas con nivel universitario, con máster o doctorados. Queremos que sean charlas divulgativas, que cualquier persona pueda entenderlas y aprenda en ellas. Y también que sean entretenidas.
-Este pasado diciembre en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo habéis realizado «CosmoOviedo». ¿Cómo valoráis la experiencia?
–(David) Fue una experiencia positiva y con una gran asistencia de gente, especialmente a las observaciones astronómicas. También acompañó que los días estuvieron muy despejados. Quiero recalcar que diciembre es el mes en el que estadísticamente hay más noches despejadas en Asturias, lo cual unido a que las noches son largas, son momentos idóneos para divulgar la astronomía porque anochece pronto. No es correcto tener a un niño de diez años levantado después de medianoche, pero en invierno sí puede usar el telescopio a partir de la siete de la tarde.