La Asociación Cultural para la Defensa de los Valores Humanos Yumper despide el año dando a conocer a sus nuevos premios 2022, entidades y ciudadanos a título individual que han destacado por su valentía y entrega a la sociedad.
Recibir un premio Yumper “Asturianos de Braveza” es un reconocimiento que no deja a nadie indiferente. La valía de este galardón está directamente relacionada con la calidad humana, con las iniciativas altruistas que, o bien de una forma individual,o bien de una manera colectiva, se emprenden en el Principado de Asturias o se proyectan desde esta comunidad. Es también un premio al valor, de ahí que la Asociación Cultural de los Valores Humanos haya tomado prestado el apelativo “Asturianos de Braveza” del poeta Miguel Hernández, con el que el alicantino definió a los pueblos de España. Sin olvidar, por supuesto, a Yumper, el perrín trotamundos de Olloniego que conquistó a muchos en régimen de multipropiedad y sorprendió a todos con su carácter, comportamiento e inteligencia, hasta el punto que actualmente este galardón lleve su nombre.
La elección final de los cuatro galardonados entre los diferentes candidatos de este 2022 tuvo lugar el día de Navidad. En la categoría colectiva dos son los nombres que hay que mencionar. La primera de ellas es la Asociación Albéniz, cuyo objetivo principal es ayudar a las personas sin hogar, aunque su compromiso les lleva también a colaborar en otras iniciativas como ayudar a jóvenes reclusos en el momento de su salida de prisión o trabajar para conseguir la autonomía de mujeres con hijos a su cargo. Por sus treinta años de acompañamiento a personas sin recursos, principalmente jóvenes sin hogar, el Jurado acordó concederles este premio Yumper.
El segundo galardonado de esta categoría ha ido dirigido a la Asociación Equitación Positiva, que a través de terapias con caballos favorece el desarrollo físico, sensorial, psíquico y emocional de personas con diferentes necesidades. Realiza su labor desde el año 2003 y sus sesiones de equinoterapia ayudan a distintos beneficiarios: personas con diversidad funcional, personas con trastornos emocionales, colectivos en riesgo de exclusión social, centros educativos y un largo etcétera.
En la categoría individual se reconoce la labor del joven científico Xurde Menéndez Caravia que, aunque formado en la Universidad de Oviedo, es actualmente investigador en Dallas sin que ello menoscabe su asturianía. Su apoyo a la llingua asturiana y su esfuerzo por conservar y estudiar las tradiciones le han valido el reconocimiento del jurado. Ocho décadas de trayectoria tiene el segundo galardonado a título individual, el sacerdote Ceferino Fernández Suárez, el ex párroco de Illas que, superando las trabas que la propia Iglesia Católica le ponía, no dudó en adoptar huérfanos madrileños vecinos del barrio chabolista en el que él vivía. Reconocido con afecto por sus feligreses, este octogenario ya es abuelo de siete nietos y bisabuelo de nueve bisnietos.