Centro Asturiano de A Coruña. Morriña de Asturias

Ya lo dice el refrán: «gallegos y asturianos, primos hermanos». Esa máxima es la que se respira en el Centro Asturiano de A Coruña, donde el espíritu de ambas comunidades se aúna.

El Centro Asturiano de A Coruña tiene una vasta historia. Hay constancia de recortes de prensa que certifican que existió ya, al menos, entre 1898 y 1899. La historia se pierde durante varias décadas y se retoma a mediados del siglo XX. En el año 1949 hubo un intento de consolidación que no cuajó hasta cuatro años más tarde, en 1953, cuando se fundó oficialmente gracias a la iniciativa y al tesón de un grupo de asturianos que se tomaron a pecho la idea de crear un trocito de su Asturias natal en el extremo de Galicia. Su actual presidente, José Manuel Rodríguez, explica que a partir de ese momento la actividad del Centro no ha decaído, a pesar de que ha habido que superar altibajos, como en todos los proyectos. En el año 2003 celebraron las Bodas de Oro con la imposición de una insignia dorada a Vicente Alvarez Areces, al alcalde de A Coruña y a diecinueve socios fundadores. Oro para los que lleven cincuenta años en el Centro y plata para los que cumplan veinticinco.

Pasaron por dos sedes oficiales antes de instalarse definitivamente en la última, en la calle Riego del Agua, en el centro urbano de A Coruña. En proyecto está culminar la adquisición de una finca en propiedad, para poder desarrollar actividades al aire libre, además de todas las ya programadas. A pesar de que el momento económico no es el mejor, el proyecto continúa adelante con la ilusión que ponen las doscientas sesenta familias que forman parte de esta gran comunidad. Hay que resaltar, como excelente ejemplo de convivencia, que alrededor de cincuenta de esas familias asociadas no son directamente asturianas o descendientes de asturianos, sino simpatizantes.

Todos juntos mantienen viva la llama de Asturias, celebrando todos los eventos de interés, como El Desarme o la Santina. No pueden faltar las espichas por cualquier motivo. En concreto la que se celebra en primavera reúne a dos mil personas en torno a unas sidras y unos bollos preñaos.

Además de eso, tienen mucha aceptación las excursiones y las actividades culturales, como conferencias, exposiciones, etc. En Covadonga debutó una coral que se está formando con trescientas voces, y obtuvo un gran éxito. Aparte de todo eso, celebran este año el XIII Certamen de Casas Regionales entre las cinco que están ubicadas en A Coruña, con el apoyo del Ayuntamiento. Durante quince días, un stand expone la riqueza gastronómica de Asturias y otro se centra en los aspectos culturales, artesanía, turismo, música, etc.

Cuando José Manuel Rodríguez llegó a Coruña, en el año 71, el viaje en Alsa desde Asturias duraba doce horas. Las comunicaciones ya no son lo que eran, evidentemente, y las distancias se han acortado mucho. Eso supone una gran ventaja para todos, aunque también condiciona el sentido de estos Centros, al no ser tan fuerte el sentimiento de «morriña». «Personalmente no veo claro el futuro de los centros que estamos tan cerca de Asturias. El fenómeno de la emigración ha cambiado y la gente joven se mueve de otra manera: con el teléfono móvil e Internet enseguida organizan una «gran sidroquedada en El Escorial», y allí se juntan cuatrocientos que no necesitan cuota ni finca ni nada. Es otra historia, por eso es muy complicado incorporar a los jóvenes».

Fotos cedidas por C.A. de A Coruña