En tiempos de crisis, cuidar la industria turística cobra cada vez más importancia. En esta línea, y tomando como ejemplo iniciativas similares en otros países, se propone la figura del Defensor del Turista, una especie de ventanilla única para el viajero.
Carlos Cuesta es el Presidente de Aspet (Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo), además de miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Española (Fepet), y uno de los impulsores de esta figura, de la que afirma que será de importancia capital tanto a la hora de dar un buen servicio al visitante como de mejorar la imagen de nuestro país para el turismo.
-¿Por qué consideran necesario un Defensor del Turista?
-España es un país importantísimo en el ámbito turístico, por eso pensamos que es fundamental una figura como ésta, que pueda canalizar todos los posibles problemas del turista en España, como robos, pérdidas de maletas, problemas médicos, mala atención en el hotel… lo interesante es que haya una figura a la que comunicar todos estos inconvenientes para que se intenten solucionar de una manera rápida y eficaz. Y es también una especie de seguro para el que turista venga a España con toda la tranquilidad, sabiendo que está amparado por esta vía.
-¿Cómo surge esta idea?
-Nosotros conocíamos la experiencia del Defensor del Turista en varios países: Francia, Egipto… y muy especialmente Buenos Aires, donde funciona de forma totalmente consolidada. Hemos tenido varios contactos con el responsable en esa ciudad, y de ahí hemos tomado la idea adaptándola a un país como España.
-¿En qué estado están las gestiones para materializar este proyecto?
-Llevamos ya tiempo trabajando en este tema. Existe un dossier que se le entregó al anterior Secretario de Turismo, Joan Mesquida, explicando la importancia de crear una figura como ésta. Y ahora estamos ampliando esta información para presentarle la idea a la actual Secretaria, Isabel Borrego.
-¿Qué trascendencia o qué marco de acción tendría este Defensor?
-Evidentemente, tiene que ser el propio gobierno quien se encargue de llevar a efecto esta figura, y dotarla de contenido mediante normativa, ya que se trata de fijar una serie de derechos y garantías para el turista. Esto está más allá de ideologías, es una cuestión de necesidad práctica. El único problema que se puede plantear es el económico, ya que un proyecto como éste implica gastos, nombramientos, la creación de una cierta estructura…
-¿Qué acogida está teniendo esta iniciativa en la sociedad?
-De momento no hemos hecho una presentación oficial, pero yo he tenido muchos contactos personalmente, y la reacción es muy buena. Los profesionales del sector, siempre a título individual, aplauden la idea y la apoyan sin fisuras. Ahora falta seguir desarrollándola.
La hospitalidad, entendida como el trato amable y respetuoso para recibir y acoger a los visitantes que vienen a España, mediante el uso de las buenas prácticas entre los turistas y los propios habitantes.
La defensa de los derechos y garantías constitucionales, entendida como acciones que tiendan a equiparar los derechos de los habitantes locales con los foráneos, sean estos últimos nacionales o extranjeros.
La promoción del diseño y desarrollo de las políticas públicas, procurando que los organismos locales y nacionales competentes lleven adelante políticas turísticas que favorezcan el desarrollo social, económico y cultural de sus habitantes.