Polígono Río Pinto (Coaña). Occidente empresarial

Gracias a un buen planeamiento de infraestructuras y a un mantenimiento llevado al día, el Polígono de Río Pinto mantiene una actividad alta, funcionando como dinamizador económico del occidente asturiano. Para ello, las comunicaciones son una baza imprescindible.      

El polígono de Río Pinto también se conoce como polígono de Jarrio, por su ubicación en esta localidad y por su cercanía con el Hospital de Jarrio. A 115 kilómetros de Oviedo, Río Pinto disfruta de excelentes comunicaciones, a un paso de la Autovía del Cantábrico y muy cerca de la línea de ferrocarril Gijón-Ferrol. El terreno donde se sitúa, llano y abierto, es perfecto para una ubicación industrial; por eso ya en el año 1985 se hizo un intento de urbanización aunque no prosperó debido a determinadas deficiencias. De aquella etapa quedaron seis empresas instaladas de forma irregular, a la espera de formalizar su situación.
En 2002, mediante una subvención del IDEPA, el Ayuntamiento de Coaña compra los terrenos e inicia las obras de urbanización, esta vez en condiciones. La fase I se inaugura dos años más tarde, y casi seguido se ejecutan las fases II y III. Con un planteamiento global, y con la orografía a favor, Río Pinto se ha desarrollado con todos los equipamientos: electricidad, alumbrado urbano, agua y gas, saneamiento, telefonía…
Una vez hechas las infraestructuras comienzan las reuniones para crear una Entidad Urbanística de Conservación, que se constituye oficialmente en 2010. Surge del acuerdo entre una junta gestora, formada por los propietarios de las parcelas, y el Ayuntamiento, que se ocupa de realizar los trámites para esa constitución. El objetivo de esta Entidad es conservar y mantener las infraestructuras y dotaciones del polígono, así como prestar servicios comunes a los empresarios.
El acceso más sencillo a la Autovía del Cantábrico es a través de la glorieta de Jarrio, construida hace poco más de un año. Con la mejora de las comunicaciones, y los progresivos tramos de Autovía que se van abriendo (el más reciente, el que une Muros de Nalón – Las Dueñas), el polígono de Río Pinto afianza su posición privilegiada en el occidente asturiano. La cercanía con la comunidad gallega implica un nicho de mercado que gana cada vez más importancia.

Panorama empresarial

De este modo, Río Pinto cuenta con servicios como abastecimiento de agua, saneamiento y una estación depuradora en el propio polígono, red subterránea de energía eléctrica y de telefonía, gas natural, instalación contra incendios, alumbrado público (de bajo consumo), y recogida de basuras. A las aproximadamente 150 empresas instaladas aquí se suman las instalaciones de la ITV y un punto limpio que da servicio a toda la zona, además de dos gasolineras a escasos metros del polígono. Para facilitar el trabajo diario, en la localidad de Jarrio hay un aparcamiento para camiones, lo que contribuye notablemente a despejar los viales, permitiendo el aparcamiento del resto de vehiculos.
Otra de las grandes bazas de Río Pinto es el entorno, que contribuye a crear una sensación despejada y libre de contaminación. El paisaje costero, dominado por el azul y verde, despeja la vista y crea bonitas estampas difíciles de ver en otras zonas industriales. De este modo contribuye a conseguir un polígono de trazado amplio, limpio y despejado.
A pesar de las dificultades financieras, está en proyecto una cuarta fase aún por desarrollar. De este modo nuevas empresas podrán beneficiarse de los bajos precios de las parcelas y de los buenos servicios del polígono. Es probablemente esta calidad la que hace que, pese a todo, Río Pinto se mantenga como referente económico en la zona, funcionando aún como un importante nicho de empleo.