El baile en el concejo lleva el nombre de Las Zapatillas Rojas, la academia de danza que gestiona Estefanía Pérez. Y aunque el confinamiento cerró temporalmente las puertas de la escuela, no pudo evitar que el baile se filtrase como el agua, inundando los hogares naviegos al ritmo de la música.
No hay más que ver los vídeos editados durante la cuarentena bajo el hashtag #laszapasbailanencasa para comprobar que bailar es una buena forma de afrontar los momentos difíciles. Ya lo decía la escritora austríaca Vicki Baum cuando afirmó que “hay atajos para la felicidad y el baile es uno de ellos”. Por eso, la idea de Estefanía de grabar a sus alumnas/os en sus casas y editar un vídeo con sus aportaciones gustó tanto que no hubo una sino dos creaciones.
“Mi madre siempre me dice que bailaba desde muy pequeña y no tengo recuerdo de haber querido otra cosa en mi vida” (Estefanía Pérez)
La primera estuvo protagonizada por los aprendices y sus familias, pues hermanas, padres y madres se apuntaron a compartir esta idea que trajo a todos grandes momentos de diversión. “La experiencia les gustó a todos, pasaron un buen rato en sus casas grabando el baile -explica la profesora, impulsora del proyecto-”. La segunda reunió bajo un mismo plano a sus alumnas de menor edad, reflexionando sobre el silencio que impuso el confinamiento, la importancia de quedarse en casa, y escuchando la música en todo lo que les rodeaba y en el interior de cada uno para finalmente dar paso a una bonita coreografía.
Estefanía lleva once años contagiando su amor por la danza en Navia. Sabe lo que es crecer acompasando su vida a la música porque bailaba con solo cinco, “mi madre siempre me dice que lo hacía desde muy pequeña y no tengo recuerdo de haber querido otra cosa en mi vida. No quise ser astronauta ni médico, siempre quise bailar”.
Ahora, con cerca de 120 alumnas y alumnos, imparte clases de distintas disciplinas: ballet clásico, danza moderna, zumba, flamenco, salsa, sevillanas y bailes de salón. Aunque a los que llegan a la escuela por primera vez siempre les aconseja que se inicien en el ballet clásico: “es un pilar fundamental para luego aprender otro tipo de bailes”.
La ovetense, afincada en el occidente por sus raíces familiares, es conocida por los espectáculos que monta y que contribuyen a dinamizar la vida social del concejo. Realizan tres festivales al año en los que participan los diferentes grupos de baile de la escuela y que suponen todo un reto de organización. “Llevan mucho trabajo, desde empezar a buscar la música y montar el baile, hasta preparar el vestuario, y luego tener todo a punto para el momento de la actuación. Lo bueno es que los alumnos que ya llevan varios años saben lo que hay que hacer, por ejemplo, cómo colocar la ropa para que les dé tiempo a cambiarse, y también me ayudan con los más pequeños”.
Con cerca de 120 alumnas y alumnos, la Escuela imparte clases de ballet clásico, danza moderna, zumba, flamenco, salsa, sevillanas
y bailes de salón
Además de los festivales de la escuela, Las Zapatillas Rojas participan en muchos otros eventos: galas benéficas, la Cabalgata de Reyes, el Descenso, la gala para el viaje de fin de curso del IES de Tapia… La última actuación tuvo lugar con motivo de la inauguración del cine Fantasio, el pasado mes de febrero.
El Covid obligó a cancelar otros proyectos y ahora, tienen por delante el reto de retomar la actividad habitual que será para el mes de septiembre. “Empezaremos los ensayos con urgencia el día 1, pues ese mes tenemos previsto ir a un certamen de danza nacional que iba a tener lugar en abril y se pospuso”.
Entre las iniciativas que alberga se encuentra la celebración por todo lo alto del décimo aniversario, una cuenta pendiente que Estefanía tuvo que aplazar en 2019 por su reciente maternidad y este año a causa del Covid. Pero no hay duda que, más tarde o más temprano, la gran familia zapatillera podrá ver cumplido este objetivo.