En el evento más emblemático de Ribadesella se combinan deporte, competición, esfuerzo y fiesta final. El 6 de agosto de 2011 los palistas saldrán desde Arriondas para llegar a la meta riosellana tras remar a lo largo de 20 kilómetros.
Les Piragües, como se conoce coloquialmente ese día, es una de las fechas más esperadas del calendario riosellano. Miles de personas acuden el fin de semana para disfrutar de una competición que reúne a la flor y nata del piragüismo mundial, pero en la que no faltan el turismo de playa, la gastronomía, la música y la fiesta.
Tras 75 años celebrando esta competición, cada vez aumenta su nivel deportivo, como confirma el hecho de que este año la prueba está incluida entre las diez puntuables para la Classic Canoe Marathon World Series Rules 2011, competición promovida por la Federación Internacional de Canoa (FIC). Entre los participantes estarán el riosellano Walter Bouzán Sánchez y el gallego Alvaro Fernández Fiuza, que ganaron el año pasado y son los vigentes campeones del mundo de maratón en K-2. También se podrá ver a José Julián Becerro y Julio Martínez Gómez, y Milín Llamedo Alvarez con Iván Alonso Lage. En el apartado de K-1, el favorito vuelve a ser el maliayés Manuel Busto Fernández. Además de figuras locales y nacionales, participarán deportistas extranjeros, ya que se han inscrito de más de quince países.
Esta edición está dedicada a los Amigos de la Ría de Navia, por lo que el Descenso Internacional del Sella se ha hermanado con el Descenso a Nado de la Ría de Navia, mediante un sencillo acto que consistió en verter agua del río Sella en el río Navia, y viceversa. Posteriormente, las autoridades naviegas estarán presentes en la entrega de premios del Descenso Internacional del Sella.
El 6 de agosto, a las 12 de la mañana se dará el pistoletazo de salida en Arriondas. Cientos de piraguas se lanzan al agua, ante la atenta y emocionada mirada de las miles de personas que acuden como público y que animan a los participantes con vítores y aplausos. En el agua reina la concentración, mientras que los espectadores viven una fiesta en todos los prados situados a lo largo del recorrido acuático. Muchos de ellos siguen la competición desde el Tren Fluvial, que discurre paralelo al río Sella y asegura unas vistas inmejorables. Más o menos una hora y cuarto después de la salida, comienzan a llegar los palistas. Los ganadores en las diferentes modalidades reciben una gran ovación en la meta, situada en Ribadesella, se les sube en una lancha engalanada y se iza la bandera de su país. Los palistas siguen llegando y la diversión se apropia de la villa, pero también se traslada hacia los Campos de Oba, en Llovio, donde a mediodía da comienzo una comida campestre, amenizada con música tradicional y regada con abundante sidra. La fiesta continúa en Ribadesella hasta altas horas de la madrugada, donde las calles están pobladas de jóvenes españoles y extranjeros, que han cambiado el deporte por la diversión nocturna.
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