No es frecuente que Ribera de Arriba ocupe los titulares a nivel nacional. Por eso, cuando el pasado mes de octubre los Príncipes de Asturias se acercaron a la localidad de Bueño para otorgar el Premio al Pueblo Ejemplar, todo el municipio se revolucionó. Fue la cara más mediática de un concejo con una impresionante actividad vecinal, que guarda en su interior otro pequeño gran milagro: el de una economía saneada.
Ribera de Arriba, también conocido como La Ribera, es el concejo de 22 km2 que está lindando con el límite municipal ovetense. A pesar de su cercanía con la capital, sigue manteniendo una geografía que pasa bastante desapercibida. Tal vez el secreto se debe a la gran chimenea y a las torres de refrigeración de la central térmica que dominan el paisaje a primera vista, por eso sólo el observador, el curioso, podrá ver más allá de lo evidente y descubrir tras el rastro industrial un territorio que mantiene en buena medida una vida de aldea, un paisaje plagado de hórreos y paneras, con pequeñas huertas y algo de ganadería.
La confluencia de los ríos Caudal y Nalón deja en el municipio una fértil llanura, que se traduce en buenas cosechas y pastos para los animales; aunque es cierto que la instalación en el año 1955 de la central trajo consigo muchos puestos de trabajo y ahora los sectores primarios ya no son el principal sustento de la población.
La Senda Verde, habilitada para ciclistas y peatones, comienza en Vegalencia y tiene un recorrido de 10,5 km por el concejo riberano.
El paisaje de este concejo de Montaña Central es cuando menos sorprendente, con diecisiete núcleos dispersos por su geografía. Su capital, Soto de Ribera no alcanza los 400 habitantes y aunque aglutina buena parte de los servicios municipales, sigue conservando el espíritu de centro rural. Y como no existen las grandes distancias en este concejo, muy cerca es posible encontrar modernas urbanizaciones como la de Soto Rei o la de El Caleyu, y también bellas estampas rurales como las de los núcleos de Bueño o Palomar. Todo se puede recorrer a base de rutas, las más frecuentadas con entrada en el término municipal ovetense. Es el caso de la Senda Verde, habilitada para ciclistas y peatones, que comienza en Vegalencia. Tras un recorrido de 10,5 km. por el concejo riberano finaliza en la localidad ovetense de Fuso de la Reina desde donde los usuarios pueden continuar por la Vía Verde del «Parque de Invierno» de Oviedo o incluso seguir camino hacia la Senda del Oso.
En opinión de Javier Prado, presidente del grupo de montaña local Club Deportivo Riberano, el concejo se beneficia claramente de su cercanía a Oviedo: «Si estuviéramos en Los Oscos, estoy seguro que no tendríamos la actividad que mantenemos, ni la industria. Encontrarnos en el centro geográfico de Asturias nos permite estar en el núcleo de una masa humana de 750.000 habitantes. Esto viene muy bien, por ejemplo, para las estaciones de tren que tenemos». El Club, que cumplirá próximamente 25 años de vida, mantiene una animada agenda de actividades y excursiones por toda Asturias y por distintos puntos de la geografía española. Pero este colectivo no es el único que destaca por su actividad. Según cuenta este montañero, el concejo «es un espejo en el que podrían mirarse muchos otros, porque con apenas 1.900 habitantes hay al menos veinte asociaciones haciendo cosas diferentes». La lista es larga y en ella caben la Banda de Gaites Soto Rei, asociaciones culturales y deportivas, sociedades de festejos, etc..
El privilegio de La Ribera
Belarmino Fernández del Valle, presidente de la Asociación Cultural de Bueño considera que el suyo «es un municipio privilegiado, en el que se ha invertido mucho. Se hizo una importante labor de cambio de imagen, tiene fibra óptica, gas natural y cuenta con buenas instalaciones deportivas, para ser un municipio que no llega a los 2.000 habitantes».
Todo esto se ha conseguido en gran parte gracias a una sentencia pionera, según la cual la multinacional eléctrica HC tiene que abonar el IBI y las tasas de construcción del nuevo ciclo combinado en la central térmica de Soto. Tras años de litigio, a principios de 2012 se hacía pública la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, la primera del país que da la razón a un ayuntamiento en este tema. Gracias a ella, las cuentas municipales se presentan saneadas, toda una noticia con los tiempos que corren, y permiten afrontar con tranquilidad proyectos de mejora.
Entre todos los vecinos han conseguido el galardón al Pueblo Ejemplar recogido de manos de los Príncipes de Asturias el pasado día 27 de octubre.
Uno de los que más éxito ha tenido ha sido la remodelación total del núcleo de Bueño. El aspecto mejorado de la localidad se ha sumado a los muchos logros conseguidos por sus vecinos, que no dudan en unir sus fuerzas cada vez que se presenta algún proyecto por delante. Belarmino es la cabeza visible de un movimiento vecinal que tiene muchos miembros. Entre todos han conseguido el galardón Pueblo Ejemplar recogido de manos de los Príncipes de Asturias el pasado día 27 de octubre. «Fue algo increíble -recuerda Belarmino-, en cuanto conocimos la noticia oficial del premio todo el pueblo acudió a la plaza simultáneamente, y comenzó una celebración espontánea que terminó en una merienda entre todos los vecinos». El jurado valoró que el núcleo de Bueño «ha sabido sobreponer su condición rural y su cultura tradicional a la presión de un entorno industrial y urbano, gracias al esfuerzo compartido, la perseverancia y la iniciativa de sus vecinos». Ahora este pequeño pueblo de tan solo ochenta habitantes ha aumentado el número de visitas, que llegan atraídas por el nuevo reconocimiento y por un gran patrimonio etnográfico de cuarenta hórreos y siete paneras que se mantienen en perfecto estado.
Los hórreos, el orgullo de Bueño
Bueño es la localidad de los hórreos por excelencia, un museo etnográfico al aire libre en el que se conservan cuarenta y siete hórreos y paneras, la mayor concentración de la comarca. En honor a estas construcciones se ha emplazado en Bueño el Centro de Interpretación del Hórreo, un equipamiento inaugurado oficialmente durante la visita de los Príncipes de Asturias a la localidad el pasado mes de octubre. Además de explicar el patrimonio existente en el concejo riberano, el Centro informa al visitante sobre los diferentes tipos de hórreos existentes en Asturias, así como las partes de las que se compone y los usos tradicionales de esta típica construcción asturiana.
En coche. La ruta es muy sencilla. Si venimos desde Oviedo, bien por la A-66 o la N-630, nos desviamos para coger la carretera que va a Soto Rei y subir a conocer Sardín. Luego volveremos a bajar hasta Soto Rei y desde allí ir a Palomar, donde podemos conocer este bonito pueblo. Después allí iremos por la AS-322 por la parte interior del concejo accederemos hasta Bueño. Tras conocerlo saldremos en dirección a Las Segadas y partiendo del pueblo tomaremos otra vez la dirección hasta Oviedo.
Andando. En Las Segadas cogeremos una senda que parte del apeadero de Renfe, en dirección a Soto Rei acompañando al río Nalón. Desde esta localidad continuaremos caminando hasta La Barquera; allí, por debajo del puente de la autopista A-66se coge la vía en dirección a Olloniego. Dos kilómetros antes de esta localidad encontramos un puente de Renfe que cruza la vía y un sendero ancho que sale a mano derecha. Emprenderemos por él una subida que nos conducirá hasta Sardín, por donde la zona del parque infantil encontramos un camino que va hasta el Collau Bustiello. La vista desde este lugar es preciosa, presidida por el Aramo y la Madalena. Desde este punto bajaremos hasta la localidad de Tellego, luego continuamos hasta Soto de Ribera desde donde podremos volver al punto de partida, en Las Segadas.