Con un proceso de elaboración único y artesano, el Chosco de Tineo cuenta con el reconocimiento de Indicación Geográfica Protegida (IGP) de la Unión Europea.
No se sabe muy bien cuándo empezó a fabricarse este embutido en la zona, aunque existen referencias ya en la época de la ocupación romana, explica el Presidente del Consejo Regulador, Agustín Menéndez: «Lo que está claro es que este es un producto de toda la vida, y es una tradición muy arraigada entre los vaqueiros». Sea como sea, el chosco es un embutido tan propio de la zona que hasta la IGP ha de llevar el apellido de Tineo para ser reconocida como la marca de calidad. La IGP Chosco de Tineo es relativamente reciente, ya que funciona desde 2011, y su etiqueta es la garantía de que el producto ha sido elaborado con los mejores ingredientes, siguiendo un proceso artesanal que ha variado poco con el paso de los siglos.
El chosco de Tineo es un embutido preparado a base de cortes selectos de carne de porcino -cabecero de lomo y lengua-, que posteriormente se adoban con sal, ajo y pimentón, lo que le da ese característico color rojizo. Su peculiar forma viene dada por la cobertura, para la que se utiliza ciego de cerdo. Una vez cerrado se ahúma con leña de roble y se deja curar un mínimo de dos semanas. La comercialización puede ser en piezas crudas o cocidas. «En el plato puede tomarse frío o caliente, pero tiene que estar cocido. Los fabricantes ofrecemos esa opción para que el cliente tenga la comodidad de poder comprarlo listo para comer, y de hecho el chosco cocido es el que más se vende», cuenta Menéndez.
Las múltiples posibilidades gastronómicas de este producto van mucho más allá de lo tradicional, y desde el Consejo Regulador buscan potenciar iniciativas de nueva cocina que usen el chosco en sus recetas: «En el pasado festival dedicado a este producto las Guisanderas de Asturias prepararon un sushi de chosco; también fue un ingrediente del segundo premio en el Campeonato de España de Pinchos… pensamos que tiene mucho potencial».
De momento, hay que centrar esfuerzos en la promoción, ya que el chosco es un producto tan característico que sólo se produce en Tineo, y por lo tanto aún es relativamente desconocido. Incluso puede confundirse con el morcón o el botillo, pero la semejanza está sólo en la forma, porque los ingredientes y el sabor son totalmente característicos: «La cabecera y la lengua juntas dan un contraste único, que hay que dar a conocer».