Del 7 al 12 de septiembre, la villa se vuelca con su fiesta. En especial el día de la Virgen del Portal donde la multitud arropa a la patrona en la procesión y baila en su honor la Danza del Portal.
Son cinco días de no parar en los que se suceden eventos culturales, pruebas deportivas, actuaciones de grupos folclóricos, orquestas y atracciones de nivel internacional. Pero el evento más multitudinario es la procesión de la Virgen que culmina con la Danza del Portal, creada por el maestro Renedo, autor también de la música con letra de Ramón Rivero, estrenada durante las fiestas del Nuestra Señora del Portal de 1954. «La letra original es de un romance de los monjes franciscanos, que estaban donde está ahora la iglesia parroquial de Villaviciosa. Ese texto luego se adaptó, se compuso la música y se creó una coreografía sencilla para que pudiera bailarla todo el pueblo. Desde que se presentó en los años cincuenta, se ha hecho todos los años», comenta Ana María González, directora de la Danza del Portal. «Al principio eran treinta y seis parejas en grupos de seis que bailaban alrededor de una fuente que había en la Plaza del Ayuntamiento. Ahora, sin la fuente y como cada vez se anima más gente, somos el doble de grupos». La labor de Ana María es compleja porque además de dirigir a los danzantes, coordina las voces y la música. «Empezamos a ensayar el baile en el mes de agosto. La Salve en un principio la cantaba el Coro Parroquial y desde el año pasado, la interpreta la Coral Capilla de la Torre. La música corre a cargo de la Banda de Música de Villaviciosa. Su director y yo nos coordinamos para que todo salga a la perfección». Esta danza es uno de los momentos más esperados de todas las fiestas y concita a numeroso público. La danza solo se baila en las fiestas patronales en dos ocasiones: el domingo del Portal y el Festival de la Manzana, tras la ofrenda del primer mosto del año a la Virgen. Son momentos de gran devoción. «Yo empecé a bailar con catorce años. Se puede decir que la mayor parte de Villaviciosa pasó por aquí. Mi madre también bailó cuando era joven, es una tradición que va pasando de padres a hijos. El abanico de edades que hay ahora es muy amplio. Tenemos a Faustino, el único que bailó en aquella primera danza, que continua bailando ahora que tiene ochenta años. Hay abuelos, padres, hijos, nietos», comenta orgullosa Ana María González.
El día grande, después de la misa solemne en la iglesia parroquial, partirá la procesión hasta la Plaza del Ayuntamiento donde esperan los danzantes ataviados con el traje asturiano para ofrecer con alegría y devoción un año más la Danza del Portal a su patrona.
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