El valor del Paraíso. Carlos Cuesta, Presidente de la ASPET

La Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo (ASPET) está formada por profesionales de la comunicación unidos por el amor a la tierra. El periodista Carlos Cuesta lleva varios años presidiendo este colectivo, que acaba de presentar la recopilación ‘Relatos del Paraíso IV’.
La cuarta edición de Relatos del Paraíso está publicadas por el Gobierno del Principado, con textos de ASPET. Son, efectivamente, relatos; pero también reseñas, notas históricas, descripciones, anécdotas que narran Asturias desde el punto de vista de un viajero, para que lo aprovechen otros como él. Es una de las varias acciones de este colectivo, que lleva dieciséis años trabajando en temas de turismo.

-¿Asturias se vende bien?
-Bastante bien. Falta darle un empuje para que sea conocida no sólo en España sino fuera de ella, acudiendo a ferias internacionales, haciendo labor promocional… La publicidad mediática siempre es buena: en ferias, en los cines, en las revistas, para así atraer un flujo de turistas adecuado. Recientemente participé en un festival internacional de cine turístico en Barcelos (Portugal), y se echaron en falta vídeos de Asturias en las diferentes exposiciones, ya que había material de Madrid, Castilla y León, Andalucía, Valencia y otras comunidades. Este tipo de certámenes son importantes para que Asturias tenga promoción, como también las series de TV que utilizan como plató el paisaje asturiano. Es una forma de llamar la atención, y después viene el flujo turístico; un ejemplo es la serie Doctor Mateo, que se rodó en Lastres.
Asturias está incluida dentro de la España verde junto con Galicia, Cantabria y el País Vasco, pero cada comunidad es diferente. Asturias tiene que diferenciarse de sus vecinos ofreciendo una gastronomía única, un buen paisaje y sobre todo hospitalidad. La afabilidad de los empresarios hoteleros y hosteleros es fundamental para avanzar y hacer un turismo serio. Sólo así conseguiremos que nuestra región tenga una marca de calidad turística.
-¿Asturias sigue siendo aún hoy una región desconocida, incluso para los propios asturianos?
-Sí, es un poco paradójico. Hay mucha promoción, pero todavía hay gente que prefiere salir a Santo Domingo, a Alicante, a Mallorca o a Canarias; y sin embargo hay lugares de Asturias que no conoce. Sobre todo la zona suroccidental, hay rincones preciosos como San Tirso de Abres, Villayón o la zona de Los Oscos, que antes quizá era desconocida por la distancia, pero ahora hay buenas comunicaciones. Es una pena que muchos asturianos se vayan a otros sitios y no conozcan su territorio, que es su verdadera seña de identidad.

“Es una pena que muchos asturianos se vayan a otros sitios y no conozcan su territorio, que es su verdadera seña de identidad”

-Para quien desee conocer esta región ¿qué lugares son imprescindibles para visitar?
-Siempre se nombran los Picos de Europa, Llanes, Oviedo, Gijón, o Covadonga, porque son lugares de referencia, pero Asturias es mucho más. Asturias hay que venderla entera: occidente, oriente, centro, norte y sur. Para mucha gente el Parque Natural de Redes es una zona desconocida, y si hablamos de Picos de Europa también podemos hablar de las Ubiñas, la Montaña Central, los Oscos o Taramundi. Es interesante conocer otras zonas también como Villayón, Coaña, Vegadeo, Ibias, el entorno de Muniellos y Fuentes del Narcea. Y por qué no, la Peñamellera Alta y Baja, de la zona oriental, pegadas a los Picos de Europa.
-¿El turismo gastronómico es una baza que hay que saber jugar?
-Es un pilar fundamental y básico para atraer a gente de fuera. Al visitante le llama la cultura o el paisaje, pero siempre pregunta: “¿dónde se puede comer bien?”. Tenemos una gastronomía muy interesante, aunque pienso que le hace falta más elaboración. Se está promocionando la cocina moderna, y yo soy partidario de seguir con la cocina de siempre, la tradicional; eso sí, avanzando en las propuestas más exentas de grasas, con una preparación más liviana.

“Un buen viajero sin cámara y sin guía de viajes, poco hace”

-La gastronomía asturiana, según los expertos, es la tercera de nuestro país tras la catalana y la vasca.
-Yo no hago esa clasificación. La cocina catalana es buena y aceptable, y tiene buenos embajadores al igual que la vasca. Pero en España hay pocas regiones como Asturias, que tengan unas materias primas tan diferenciadas y tan auténticas: pescados, mariscos, carnes, volatería… Quizá en el tema hortícola nos quedamos un poco cortos, no obstante tenemos buenos vegetales y una despensa muy variada, que hace falta sacar más a la luz.
También habría que hablar de la cocina de la sidra, que está muy abandonada. Mi abuela siempre aprovechaba la sidra que tenía en el llagar, que estaba presente en todos sus platos. Como en un arroz con amasueles, que es la almeja pequeña. En los pescados, en los chorizos, en los arroces, sobre todo tipo paella, un toque de sidra no viene mal. Por eso reivindico que la sidra esté presente en la cocina asturiana.
-¿Qué elementos tiene que tener una buena guía de viajes?
-Ante todo buena información, bien estructurada, fácil de leer, que llegue bien al turista. Y no puede tener fallos: como se sabe, muchas guías se copian unas a otras y los fallos históricos se repiten. La guía ha de procurar ser fidedigna y práctica, muy visual y manejable, que llame e indique adecuadamente los sitios culturales, artísticos, gastronómicos, etc.
-¿Cuál es el encanto de las guías de viaje, para que se sigan vendiendo a pesar de Internet?
-Quizá es por tradición, porque la llevas contigo adonde vayas. Las guías modernas son muy visuales, explican todo muy bien y te sitúan perfectamente el recorrido. Eso es lo que la gente quiere, les resulta mucho más práctico, y creo que eso no va a cambiar. Un buen viajero sin cámara y sin guía, poco hace.