Langostinos, carne asada, turrones o las doce uvas, son algunos de los incondicionales de nuestras mesas navideñas. Unas fechas donde enlazamos un año con otro a base de recuerdos, sabores y olores. Pero, ¿de dónde vienen estas tradiciones?
1-En Nochebuena pescado, en Navidad carne
La Iglesia proclamó el día de Navidad como la fiesta más solemne -la Venida del Mesías- y como preparación física y espiritual para ese acontecimiento había que hacer penitencia, y eso se traducía en una sola comida al día y sin carne. De ahí que en Nochebuena se comiese algo liviano compuesto por platos vegetales con lombarda, berza o cardo; huevos o pescados como congrio, besugo, rape o bacalao. Con el tiempo y la mejora de la economía española se ha colado el marisco en nuestras mesas, aunque sea congelado. El rey, sin duda, es el langostino.
El 25 de diciembre comenzaba la gran celebración y por tanto, llegaban las carnes a la mesa: pavo, capón, gallo, pato, cordero criado en casa o carne de cerdo de la matanza.
En Asturias, tradicionalmente se apostaba por el pescado, siendo el besugo el rey de la mesa seguido del pixín o la crema de andaricas. De postre, casadielles o boroña dulce. Con el tiempo, el menú navideño se ha ido estandarizando perdiéndose la costumbre de presentar en la mesa los platos autóctonos.
2-Turrón, mazapán y polvorón
El turrón, elaborado con miel y almendras es de origen árabe y es el dulce navideño por excelencia. Hay constancia que en el siglo XVI empieza a fabricarse en Jijona en las fiestas de Navidad, para pagar los salarios, parte en dinero y parte con una arroba de turrones. De ahí surge la tradición. El mazapán más famoso es el de Toledo y está hecho con azúcar y almendra, aunque ahora se enriquece además con yema de huevo. Este dulce también lo conocimos de la mano de los árabes en el siglo VIII. Los polvorones son de tradición andaluza. Era un dulce que se hacía en época de matanza, con manteca de cerdo. Los que llegaron a conseguir más fama fueron los elaborados en Antequera (Málaga) y Estepa (Sevilla). La llegada del ferrocarril permitió repartir por toda la península estos manjares dulces que hasta entonces solo se consumían en el ámbito local.
3-Roscón de Reyes
En época de los romanos ya se elaboraba una torta redonda hecha con higos, dátiles y miel que se repartía entre plebeyos y esclavos. Dentro se metía una haba seca y al afortunado se le nombraba rey de reyes por un corto período de tiempo. A Felipe V le gustó esta tradición y la incorporó como broche final de las fiestas navideñas.
4-Las 12 uvas
Esta es una tradición que nace en nuestro país en 1909 cuando la cosecha de uva en Alicante fue tan grande que los cosecheros, para mover los excedentes, promocionaron el tomar doce uvas coincidiendo con las campanadas de Fin de Año. Esta costumbre, símbolo de la buena suerte, pronto se extendió por toda España.
5-Acebo y flor de Pascua
Ambas plantas son consideradas mágicas porque producen su fruto o su flor en el solsticio de invierno. Simbolizan la Navidad y están presentes en la mayoría de nuestras mesas.
La flor de Pascua con sus características hojas de color rojo y verde, era cultivada por los aztecas y la tenían como símbolo de pureza, además de darle usos medicinales. Se cree que llegó a nuestro país a través de los misioneros Franciscanos que se encontraban evangelizando en aquel lugar y que la utilizaban como adorno floral durante la Navidad .
También rojo y verde, el acebo era para los celtas un arbusto sagrado al que atribuían propiedades mágicas. Se utilizaba principalmente en el solsticio de invierno, época en la que daba frutos, para atraer la buena suerte. La Iglesia, al mezclar antiguas costumbres y creencias paganas con las cristianas, ha mantenido el uso del acebo hasta nuestros días.