De vaca, de oveja, de cabra, en diferentes combinaciones, la variedad de quesos es interminable y uno de los productos más utilizados tanto en la cocina tradicional como de autor. Hace un maridaje perfecto con carnes, pescados, mariscos, verduras, dulces, frutos del bosque y por supuesto, con sidra y vino.
Tenemos cuarenta y dos variedades de quesos -más alguna variante no tan reconocida- que se elabora a lo largo y ancho de nuestros setenta y ocho concejos asturianos. Nuestra región es considerada la mancha quesera más amplia de Europa.
De entre toda esta producción, cinco quesos han sido distinguidos, con la Denominación de Origen Protegida (DOP) o la Indicación Geográfica Protegida (IGP). Tenemos quesos para todos los gustos.
Si te gustan los quesos con peculiaridades propias, gran sabor pero que no sean fuertes, deberías probar alguna de las quince variedades que se elaboran en el concejo de Llanes: Vidiago, Pría, Porrúa, Bedón, Peña Tú… o bien en el occidente asturiano, en concreto en Abredo, Taramundi, Valdesano o Los Oscos.
Si por el contrario te gustan los sabores intensos, los quesos de fuerte personalidad, la recomendación es probar cualquiera de los reconocidos con la DOP: Cabrales, Gamonéu, Afuega’l Pitu y el Casín.
También hay quesos para los gourmet, que tienen tras de sí una importante tradición y una escasa producción, lo que los convierte en preciados tesoros para los entendidos. Hablamos por ejemplo del queso de Urbiés en Mieres, Xenestoso de Cangas de Narcea o el de Bota de Quirós. Toda esta oferta es un reflejo de la arragaida cultura gastronómica del queso que hay aquí en Asturias y que se traduce en los hábitos culinarios ya que forma parte de la vida cotidiana, de la gastronomía tradicional y de autor, de los certámenes de quesos que se organizan. Y es que nuestros quesos tienen la virtud de poder acompañar y realzar el sabor de carnes, pescados, mariscos, verduras, dulces… Es el compañero de excepción.