Un año más, la Asociación de Guisanderas de Asturias celebró su evento más destacado, el nombramiento de Guisandera de Oro, un galardón que se otorga a personas u organismos que contribuyan a defender la alimentación sana y tradicional. En esta ocasión, el reconocimiento se entregó a Gloria Grande Mingo, hija del famoso científico y nutricionista, y presidenta de la Fundación que lleva su nombre.
La cita tuvo lugar durante el transcurso de una cena en Casa Zoilo el pasado 5 de septiembre y resultó un éxito. La homenajeada recibió de manos de Amada Alvarez Pico, presidenta del Club de Guisanderas, la tradicional estatuilla en bronce, réplica de la escultura la Guisandera que se encuentra ubicada en la calle Gascona, en Oviedo. Gloria Grande abrumada por el reconocimiento sólo tuvo palabras de agradecimiento y reconoció la labor que desarrollan las cocineras asturianas. «No lo conocía, pero las admiro por el trabajo que llevan a cabo».
En el acto participó José Luis Alvarez Almeida, presidente de Hostelería de Asturias que además de felicitar a las guisanderas por su espíritu de asociacionismo aprovechó la ocasión para añadir un dato positivo: «a pesar de que Asturias sigue manteniendo un aislamiento histórico y que somos el vagón de cola, hemos sido capaces de subir el dato de las pernoctaciones en Asturias. Los hosteleros somos la recuperación económica de este país».
Gloria Grande Mingo, abrumada por el reconocimiento, sólo tuvo palabras de agradecimiento y reconoció la importante labor que desarrollan las guisanderas asturianas.
En boca de Carlos Martínez Guardado, «chamberlain» para el Principado de Asturias de Radio Turismo, sonaron también las palabras del Doctor Miguel Pocoví, catedrático de Biología de la Universidad de Zaragoza y una de las autoridades más importes a nivel nacional e internacional en los estudios del colesterol, y el catedrático Gregorio Varela, presidente de la Fundación Española de Nutrición, que con su aportación escrita dejaron de manifiesto que la elección de Gloria Grande como Guisandera de Oro estaba bien merecida. La hija de Francisco Grande Covián preside una Fundación que, entre otras, desarrolla una importante labor divulgativa en torno a la nutrición. Hay que recordar que su progenitor, Francisco Grande Covián, fallecido en 1995, está considerado como el padre de la dietética y además de su labor investigadora no cejó en su esfuerzo de dar a conocer sus descubrimientos en el ámbito de una alimentación saludable. 
Además de la entrega del galardón, el Club de Guisanderas también celebraba la incorporación de dos nuevas guisanderas al colectivo: Joaquina Rodríguez de Casa Chema, en Puerto (Oviedo) y María José Miranda, de El Llar de Viri, en Candamo. La labor de la Asociación ha sido este año merecedora de varios reconocimientos como el Urogallo de bronce que concede La Nueva España en el mes de agosto, la Medalla de Oro de Radioturismo en la Feria de Xantar en Ourense y el cupón dedicado a «tradición en los fogones» que la ONCE entregó a las guisanderas en el mes de septiembre. Entre los reconocimientos que a nivel individual han conseguido las componentes de este colectivo hay que destacar el obtenido por Elvira Fernández de El Llar de Viri, que el pasado mes de marzo ganó el concurso a «la mejor fabada del mundo».
Cerrando ya la noche, la guisandera de Casa Zoilo, Paloma Alonso y su hijo Zoilo recibieron también el aplauso de los comensales en reconocimiento a la alta calidad gastronómica de la velada.