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sábado 12, octubre 2024

Y el turrón, artesano

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Es tiempo de reencuentro con la familia y de reuniones con amigos. No hay duda de que una de las señas de identidad de comidas tan señaladas son los dulces: mazapanes, polvorones, garrapiñadas… y cómo no, los turrones.
Unos dicen que es un dulce de origen árabe, otros que lo inventó un confitero en época de Felipe II y otras fuentes afirman que el turrón surgió de un artesano de Barcelona, apellidado Turró, que realizó un original bocado con las materias primas que abundaban en la región, más tarde convertidas en un importante recurso alimenticio en épocas de hambruna. De cualquier forma, nadie duda hoy de que el turrón es el dulce más ansiado de las Navidades, con una importante tradición en nuestro país. Un producto elaborado originariamente a base de almendras, miel, azúcar y clara de huevo que ahora cuenta con un sinfín de variedades. Al tradicional turrón duro o de Alicante y blando o de Jijona -los más demandados-, se han sumado otras especialidades como la de chocolate, yema, praliné, coco, guirlache… a las que los confiteros asturianos han añadido algunas más como turrón de sidra, manzana o castaña. Todos ellas hechas con productos de la tierra. Todas artesanas.

Para elaborar un turrón de calidad de manera artesanal, el ingrediente básico es la almendra. La mejor, según los maestros turroneros, es la marcona, variedad típica de nuestro país.

Para elaborar un turrón de calidad de manera artesanal, el ingrediente básico es la almendra. Y no vale cualquiera: la mejor, según los maestros turroneros, es la marcona, variedad típica de nuestro país y la más valorada del mundo por su particular sabor. La miel ha de ser pura de abeja, el azúcar blanquilla refinado y los huevos camperos. No lleva aditivos ni sustancias químicas añadidas. A partir de ahí entran en juego un sinfín de ingredientes que el repostero combina con arte e imaginación para crear los distintos sabores. En el caso del turrón de sidra y manzana, la elaboración incluye mazapán y dulce de manzana, más la sidra que se usa para aromatizar. Para el turrón de castañas, a las indispensables almendras se les añade crema de castañas y un chorrito de brandy. Las formas también se han innovado: se pueden adquirir tabletas, al corte, en porciones individuales, con forma de torta, alargadas, en rulo, en rollo…
Lo que sí tienen en común todos los turrones artesanos es su toque de distinción respecto al resto: el que aporta la dedicación y un minucioso trabajo hasta conseguir que esas materias primas lleguen a transformarse en un dulce placer para los sentidos. Es una lástima que los turrones no se coman durante todo el año como un postre más.

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