Al atardecer de hace una semana hacía yo un acto de Fe. Más aún, tenía la Esperanza de que el Gobierno nos concediera la Caridad de dejarnos salir a pasear. Las tres virtudes teologales, que enseguida detectó el Algoritmo; se puso en funcionamiento y, zas, ¡allí estaba Ella! En foto como de carné.
El Algoritmo me advirtió: “Personas que quizá conozcas”. No acertó mucho, porque a esta señora la conozco sólo de vista, desde los catorce años no tengo relación con ella ni su familia; es más, la única vez que viajé a Nazareth ni siquiera andaban por allí. Sí había unos señores con faldas que hablaban mucho de ellos, como si los tratasen habitualmente, pero no creo…
El caso es que entré a mirar el perfil de Facebook de Carmen, la Virgen. Me sorprendió que tuviera 1.512 amigos, me parecieron pocos, porque dice que ahora vive en San Fernando (Cádiz), y por esas zonas suelen sacar mucho a las vírgenes a pasear cuando no llueve. Al parecer una de esas amistades la tenemos en común, no hablaré hasta que lo confirme. Sea como fuere no me pareció oportuno pulsar “Añadir”.
La otra opción que me daba la Red era “Eliminar”. ¡Cualquiera se atreve! De hecho, miré a mi espalda, por si me espiaban. Si a Willy Toledo le pidieron pena de cárcel por decir un taco que los asturianos tenemos en la boca cada veinte minutos, como se enteren los Abogados Cristianos que he eliminado a la Virgen me fusilan directamente.