Aparecen en los medios de comunicación abarrotando portales, aceras y escaleras vecinales. Es el último recurso. Los miembros de STOP Desahucios acuden para evitar in extremis el temido desalojo, aglomerándose ante la vivienda para entorpecer y en último término impedir que el secretario judicial, el procurador de la entidad bancaria y el cerrajero accedan a la vivienda amenazada.
Pero la acción colectiva, el día y la hora señalados para que la policía acuda al domicilio sentenciado, es sólo la parte más visible de un trabajo que comienza mucho antes y continúa mucho después. Cuando se recibe la primera llamada telefónica pidiendo ayuda se pone en marcha la maquinaria. Una hipoteca impagada. Una familia que puede quedarse sin casa. Lo primero que hace la Plataforma es pedir toda la documentación del caso para verificarla y comprobar que el impago de la hipoteca se debe a causas ajenas a la voluntad del deudor. Si es así, la Plataforma acepta el caso y pone sus recursos a disposición de los afectados. Lo fundamental: asistencia técnica para que nadie se pierda en un maremágnum de términos legales. En función de cada caso se pueden sugerir diferentes caminos y cada familia decide cuál quiere tomar.
Independiente de las circunstancias concretas de cada caso, subyace una misma idea: el espejismo financiero previo a la crisis hizo que se concedieran préstamos hipotecarios con excesiva soltura. Luego llegaron las vacas flacas y la bancarrota para muchas familias. Se las considera víctimas de una circunstancia económica global que no han provocado. El sistema se ha venido abajo y se ha llevado por delante a miles de ciudadanos.
En Asturias, la Plataforma de Afectados por la Hipoteca comienza a trabajar en la campaña STOP Desahucios a mediados de marzo de este año. Muchos de sus miembros tienen vinculación con otros movimientos ciudadanos, con especial relevancia los relacionados con el 15 M. En sólo dos meses ya se ocupan de más de catorce casos en toda la región. Aún así son conscientes de que sólo es el comienzo y esperan que el aumento de solicitudes de ayuda vaya paralelo a que crezca el número de voluntarios que colaboran, especialmente en el apartado de asesoramiento legal.
Miembro de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca
-Recientemente la Plataforma ha parado varios desahucios en Asturias, con bastante eco en los medios de comunicación. ¿Un desahucio se llega a evitar completamente o sólo se retrasa?
-Se puede evitar. De los que hemos parado poniendo gente delante de la puerta, la mayoría sólo querían ganar tiempo, que fue lo que conseguimos, porque el caso vuelve al juzgado y tiene que volver a emitirse otra orden de lanzamiento de vivienda. En otros casos nuestros abogados se ponen en contacto con la parte contraria para negociar la dación en pago o un alquiler social. Es fundamental ganar tiempo para negociar con el banco.
-¿Cuál es la reacción de los ciudadanos, de los vecinos, cuando la Plataforma se moviliza para evitar un desalojo?
-Hasta la fecha nos hemos encontrado con la comprensión de los ciudadanos. Quién más quién menos, todo el mundo tiene un familiar o un amigo en el paro y sabe que en esa situación el banco no va a tener reparos en echar a esa persona a la calle. Además, lo que está sucediendo lo estamos pagando todos los españoles. Te pongo un ejemplo: hace poco al desalojo de una familia en Carabanchel (Madrid) acudieron 18 furgonetas de antidisturbios. Yo creo que permitir que esa familia se quede en su casa pagando un alquiler social a los españoles nos iba a costar bastante menos que organizar semejante movilización policial para echar a una familia de su casa… No sólo es claramente excesivo, sino un claro ejemplo de fascismo.
«No pedimos que la gente viva gratis, sólo que tenga una segunda oportunidad»-Estas acciones implican una crítica a la estructura económica que permite que todo esto suceda.
-Esta crisis nos está afectando a todos sin que ninguno de nosotros hayamos tenido la culpa. Habría que empezar a depurar responsabilidades y explicar por qué mientras los banqueros están echando a la gente de su casa, hay quien cobra sueldos millonarios todos los meses. Y encima ahora van a ser rescatados con unas ayudas económicas altamente impopulares que acabamos pagando todos. Aún así, siguen sin paralizar los desahucios y criminalizan a los ciudadanos con dificultades, como si tuviéramos la culpa de la crisis.
-¿Cuáles son las principales denuncias que hacéis desde la Plataforma?
-Primero al Estado, que tendría que haber puesto freno a este tipo de violencia que se está ejerciendo sobre las familias, que van a quedar endeudadas de por vida y en riesgo de exclusión social. Nuestra segunda denuncia es para los bancos, que no admiten dejar de ganar temporalmente una pequeña cantidad de dinero para dar un margen a que la persona mejore su situación.«Habría que empezar a depurar responsabilidades y explicar por qué mientras los banqueros están echando a la gente de su casa hay quien cobra sueldos millonarios todos los meses»-Desde que la Plataforma actúa ¿los bancos han flexibilizado algo su postura?
-Sí, en la medida en que se dan cuenta de que hay personas que están respaldadas por un grupo, y eso cambia mucho las cosas. Y no, porque no acaban de conceder la dación en pago. Creen que es una mala imagen para ellos. Cada dación en pago se negocia individualmente y aunque en España se ha logrado en muchos casos, sigue siendo a cuentagotas. Es importante que se sepa que al banco la dación en pago no le cuesta más dinero, pero aún así se siguen negando. No quieren que se incorpore como opción en las hipotecas nuevas, como sucede en otros países.
-Recientemente la Plataforma ha puesto en marcha una recogida de firmas para sacar adelante una Iniciativa Legislativa Popular. ¿Qué es lo que se pide exactamente?
-Pedimos que la dación en pago sea una opción que venga incluida en las hipotecas de forma obligatoria y que tenga carácter retroactivo; que no se pueda echar a nadie de su casa por causas económicas ajenas a su voluntad siempre que sea primera vivienda; que el alquiler social de los tres millones de viviendas vacías que hay en este país nunca exceda el 30% de los ingresos de la persona. No pedimos que la gente viva gratis, sólo que tenga una segunda oportunidad.
ILP. Firma por la dación en pago
El pasado abril la plataforma puso en marcha una campaña de recogida de firmas a nivel nacional para completar las 500.000 necesarias que harían posible que los ciudadanos planteásemos una Iniciativa Legislativa Popular. Se trata de la regulación de la dación en pago, de la paralización de los desahucios y de alquiler social. En Asturias, puedes ponerte en contacto a través del correo electrónico pahasturias@gmail.com
Un desahucio es más que un desahucio
Una ejecución hipotecaria tiene gravísimas consecuencias inmediatas, a saber: una familia sin techo. Pero hay más a medio y largo plazo. El hecho formará parte del historial de la persona afectada, que pasa a integrar las listas de morosos: «Una persona que haya pasado por un desahucio no podrá comprar otra vivienda, ni tan siquiera alquilarla. No se le permitirá tener un contrato a su nombre aunque sea para un simple teléfono móvil, porque formará parte de las listas de morosos independientemente de que su situación haya mejorado ya. No tendrá acceso a una casa. Finalmente si necesitase una vivienda y un salario social, el coste recaería sobre las arcas públicas: acabamos pagando todos los españoles».
pahasturias@gmail.com