El mar bravo de la costa asturiana ofrece mucho más que un bonito paisaje: también es un puntal económico y el modo de vida de muchas familias. Ahora, gracias a una tecnología novedosa se plantea aprovechar la fuerza de las olas como fuente de energía. Un proyecto pionero y exportable que nos explica Iñigo Echenique, ingeniero naval.
Iñigo Echenique ha diseñado esta nueva tecnología para aprovechar la energía de las olas, que va a probarse en Asturias. “Ya hemos presentado la patente y estamos formando un consorcio técnico para instalar el prototipo en la costa asturiana”. La lista de empresas implicadas aún se mantiene en secreto mientras duran las negociaciones, pero se sabe ya que el Gobierno del Principado tendrá una implicación importante. Aunque otras empresas también están trabajando en tecnologías parecidas, Echenique se muestra convencido de que su diseño es el mejor: “Es totalmente novedoso, y creemos que tiene muchas ventajas con respecto a los existentes. Este sistema tiene contenido, es robusto, cuenta con más capacidad de supervivencia, creemos que tiene menos mantenimiento y sobre todo que puede tener más eficiencia, debido a un mayor número de horas útiles”. Lo cierto es que la tecnología de aprovechamiento undimotriz es aún incipiente, y están surgiendo nuevas patentes, sin que ninguna sea de momento dominante. Aún así, Echenique se muestra convencido: “Creemos que nuestro sistema puede aportar alguna cosa nueva”.
-¿Qué es la energía undimotriz?
-Básicamente, es la energía que se obtiene de las olas. El mar es una gran fuente de energía, con mayor o menor aprovechamiento. También del mar se puede extraer la energía mareomotriz, que surge de las mareas, y otras energías. Ninguna está demasiado aprovechada, y la undimotriz es la que está en el punto de mira porque es la que tiene mayor potencial a nivel global, que es lo que pasa en la costa del Cantábrico.
-¿Por qué se plantea este proyecto en Asturias?
-Las condiciones en Asturias son de las mejores que hay en la península, junto con Galicia. En Europa el mayor potencial está en la costa escocesa, pero es que además Asturias tiene otras ventajas. Por un lado el Gobierno asturiano está apostando firme por esta energía y por las renovables en general, lo cual es apostar por el futuro. Y por otro, Asturias tiene un tejido industrial relacionado con los bienes de equipo, así que puede haber sinergias por el tipo de industria y compañías preparadas para trabajar en este campo. El País Vasco o Cantabria, también están trabajando en este tipo de energías, pero yo creo que aquí ya hay muchos proyectos en marcha y Asturias puede ser una zona líder en este aspecto.
-¿En qué punto de Asturias se ubicaría esta central, y de qué plazos se habla?
-El primer paso es completar la investigación y desarrollo, diseñar el prototipo y construirlo. El prototipo será de aproximadamente 200 kilovatios, y hay que probarlo durante al menos seis meses, cogiendo la época de mal tiempo, temporales y olas de mayor altura. Después de eso ya se instalaría una estación de mayor potencia, un parque de generadores undimotrices.
El plazo es de aproximadamente un año para tener instalado el primer prototipo. La ubicación no es tan crítica, porque es un sistema que se adapta a olas de diferentes tipos, y lo que buscamos no es tanto extraer el máximo posible de energía como probarlo adecuadamente. La ventaja es que se puede poner bastante cerca de la costa. En Asturias se protege hasta la cota de veinte metros de profundidad, y a partir de ahí ya se puede instalar el sistema en la zona, que estudiaremos antes para que el rango de olas sea el que queremos trabajar. Para la estación la cuestión es más compleja, porque intervienen aspectos administrativos y de permisos.
‘Una de las ventajas de este sistema es que es muy ecológico frente a otros: no hay posibilidades de derrame, tiene muy poco impacto visual y puede servir de protección para la vida marina’
-Si el proyecto resulta ser viable, ¿se podría extrapolar a otros lugares?
-Sin ninguna duda. El prototipo está hecho con esa intención. Uno de los beneficios es que el rango de olas con el que trabaja este sistema es amplio, puede generar energía usando olas desde metro y medio hasta cinco, lo que al final se traduce en horas útiles. También hay que destacar que una de las ventajas de este sistema es que es muy ecológico frente a otros: no hay posibilidades de derrame, tiene muy poco impacto visual y puede servir de protección para la vida marina.
-¿Cuál es el potencial real de la energía del mar? ¿Podría llegar a ser tan competitiva como la eólica o la solar?
-Desde luego yo creo que es claramente más competitiva que la solar, al menos en un futuro a medio plazo el potencial es enorme. Especialmente en el caso de Asturias, que es una de las zonas de España con menor insolación. La eólica, por otra parte, ya está limitada por el impacto paisajístico y ambiental. En Asturias, desde el punto de vista energético, las olas tienen un potencial enorme y con menos limitaciones que otras. Por eso creo que, en conjunto, y dentro del campo de las energías renovables, la apuesta por las energías marinas es fundamental.
