Cumplir con los niveles de déficit marcados por el gobierno central y defender al mismo tiempo los servicios públicos y el Estado de bienestar no parece ser tarea fácil. En ese filo de la navaja se encuentra el actual gobierno del Principado de Asturias. Guillermo Martínez, Consejero de Presidencia hace balance del año repasando algunos temas de actualidad.
-Ustedes llegaron al Gobierno en una situación muy atípica. ¿Cómo se pone toda la maquinaria a funcionar en sólo nueve meses y cómo se plantea un equipo de Gobierno?
-Fue todo muy excepcional. Tuvimos muy pocos días de plazo para cumplir con uno de los compromisos al que todas las comunidades estamos obligadas con la administración central: la aprobación de un plan económico y financiero. Tenía que ser un plan creíble que pudiéramos cumplir, y además, debía ser aprobado en tiempo récord para no caer en la situación que el Ministerio de Hacienda había anunciado: la intervención de aquellas comunidades que no lo cumplieran. Se construyó un plan económico-financiero intentando preservar los pilares básicos de nuestro Estado de bienestar en Asturias, afectando al capítulo de gastos pero también al de ingresos, porque creemos que esta crisis no la pueden pagar las personas que más necesidades tienen. A ello sumamos todos los asuntos que estaban encima de la mesa pendientes de resolver del anterior gobierno. El paso siguiente era la concertación social. El Presidente se reunió con sindicatos, agentes sociales, empresarios y el Gobierno fue dando forma al desarrollo de las políticas sociales del programa electoral, pero también atendiendo a los acuerdos de investidura con IU y UPyD. El objetivo era conseguir la normalidad institucional en Asturias -tan deteriorada en los últimos meses- y poner las bases para una reactivación económica dentro de un marco general muy restrictivo en España y en Europa; dentro de nuestras posibilidades, hacer lo posible para que este drama del desempleo no siga creciendo.
«Sin explotaciones mineras muchas familias quedarán sin expectativas de futuro. Este sector es el que mejor ejemplifica la cerrazón del gobierno central»
-A finales del pasado mes de octubre conocimos la noticia de que Asturias acude al Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), es decir, al Fondo de Rescate. Desde el Gobierno del Principado se asegura que esto no tiene condiciones, mientras que desde el Gobierno central dicen que quien recibe dinero tiene que reducir gasto público. ¿Cómo nos va a afectar?
-El plan económico-financiero lleva aparejadas unas obligaciones de cumplimiento del déficit y de nivel de endeudamiento. Este Gobierno nunca ha ocultado su crítica a cómo se instrumenta ese fondo. Comunidades como Asturias, con un nivel de endeudamiento muy por debajo del conjunto, salimos perjudicadas en ese reparto, que castiga de alguna forma a las comunidades que en su día no acudimos a la deuda de forma masiva como lo hicieron otras. En segundo lugar, nuestro gobierno se encontró con un presupuesto prorrogado de 2012, que además no tenía toda la financiación; podía haberla solicitado el anterior gobierno pero no lo hizo, así que lo hicimos nosotros. Pedimos cuatrocientos veintitrés millones de euros. Había dos opciones: acudir a las entidades privadas o al fondo de liquidez autonómico. Una vez valoradas las condiciones de uno y de otro, optamos por acudir al FLA en el margen que nos permitía, y el resto, hasta completar la deuda, financiar a través de las entidades privadas. El FLA resultó tener tipos de interés más bajos que la financiación que nos ofrecían las entidades privadas.
-Pero ¿existe o no letra pequeña?
-No. Las condiciones están establecidas en el plan económico-financiero. El Gobierno de Asturias tiene una serie de compromisos -como el resto de comunidades- que va a cumplir, aunque no estemos de acuerdo en el reparto de esos esfuerzos. Al gobierno de España se le flexibiliza por parte de la UE un punto el margen de déficit, y sin embargo eso mismo él no lo hace con las Comunidades Autónomas, como tampoco nos da ese margen de beneficio de aumento del IVA. Le hemos hecho llegar este parecer al Gobierno pero no atendió a los recibimientos, no sólo nuestros sino de otras Comunidades Autónomas.
«El Gobierno de Asturias tiene una serie de compromisos que va a cumplir, aunque no estemos de acuerdo en el reparto de esos esfuerzos»
-Ustedes intentan dar una imagen de «control de daños» frente al Gobierno central pero en Asturias se siguen aplicando recortes. ¿Cuál es el margen de maniobra que tienen para hacer contrapeso a estas políticas de austeridad?
-Estamos obligados a cumplir una serie de compromisos por ley establecidos para todas las Comunidades Autónomas y nunca nos hemos planteado como opción no hacerlo o ir a un escenario de intervención. Y esto, a pesar de no estar de acuerdo con una política económica que insiste en seguir aplicando una austeridad abrasiva, que al final detrae la propia actividad económica. Asturias trata preservar los servicios básicos con el convencimiento de que se puede llegar al mismo nivel de endeudamiento de distintas maneras. Para ello hemos creado una política fiscal progresiva y con aumento de determinados impuestos en función de la renta. También hemos puesto en marcha una política de austeridad y recorte, pero no en la esencial, manteniendo lo que de verdad es prioritario: atención sanitaria, centros educativos, salario social, igualdad de oportunidades y políticas de bienestar social. Mantenemos nuestra apuesta por la Ley de Dependencia y las políticas sociales dirigidas a preservar el Estado de bienestar. Aunque los socialistas en Asturias siempre apostamos por esto, ahora se trata de una necesidad social de las personas que están viviendo situaciones dramáticas de las que esperamos salir cuanto antes.
-El cierre de la minería estaba previsto para 2018 pero los últimos recortes parecen adelantar esta fecha. ¿Cuál es su futuro?
-El Gobierno central ha acelerado todos los recortes que estaban contemplados y pactados con la UE y creemos que sin ninguna necesidad. Hablamos de cantidades que, aunque son importantes, podían ser asumidas en los presupuestos generales. Y todo ello se ha hecho sin plantear un esfuerzo de negociación ni de acuerdo, no sólo con los sindicatos sino también con la patronal minera y con el propio Gobierno de Asturias. Esas reducciones afectan directamente a las explotaciones mineras que serán muy difíciles de recuperar. Unas se verán abocadas al cierre inmediato y otras lo harán de forma progresiva. Sin explotaciones mineras muchas familias quedarán sin expectativas de futuro. Este sector es el que mejor ejemplifica la cerrazón del gobierno central.
-El campo asturiano está expectante y preocupado ante la nueva PAC.
-En estos últimos años Asturias ha sido una comunidad receptora de cuantiosos fondos europeos y efectivamente, esas ayudas van a verse reducidas. Existe gran preocupación porque vamos a pasar de ser beneficiarios de fondos de cohesión, fondos PAC, Fondo Social Europeo, a ser contribuyentes dentro de muy poco (2014-2020). Pasaremos a formar parte del grupo de regiones más desarrolladas, según los nuevos baremos de la UE que consideran regiones desarrolladas a todas las que superan una renta del 90% PIB de la media comunitaria, pero no tienen en cuenta por ejemplo el índice de desempleo, el envejecimiento o la dispersión poblacional, etc.
«No estamos de acuerdo con una política económica que insiste en seguir aplicando una austeridad abrasiva que al final detrae la propia actividad económica»
Estamos convencidos de que tenemos un sector con mucho futuro. No podemos competir en cuanto a cantidad pero sí estamos muy bien posicionados en cuanto a productos de calidad o recursos naturales. Las políticas europeas van cada vez más dirigidas a obtener resultados concretos y va a ser complicado.
Por nuestra parte, seremos contribuyentes en la parte que nos corresponda pero también exigiremos que sean tenidas en cuenta nuestras especificidades como región.
-Siguiendo con los recortes, ¿qué repercusión van a tener los aplicados a I+D+i, un sector con futuro para la región en estos momentos?
-Desde el Gobierno estamos intentando que estos recortes afecten en la menor medida posible a nuestro tejido productivo, que depende en gran parte de su modernización y competitividad. A pesar de las crisis, Asturias ha conservado un sector industrial importante y eso ha influido en primer lugar a que el aumento del paro haya tardado más tiempo en aparecer. Según mis datos dos terceras partes de la investigación en estos momentos está vinculada a la industria, por eso es imprescindible que sigamos manteniendo a un sector tan importante. Por nuestra parte haremos lo posible para que los recortes en estas áreas sean los menos posibles. Una vez más dependemos en gran parte de las estrategias de la política industrial que marque el Estado.
-Con todo lo hablado hasta ahora, ¿qué podemos esperar para este año que empieza?
-Tenemos que ser muy responsables a la hora de transmitir no sólo la acción del Gobierno sino también los mensajes a la ciudadanía. Estamos en un momento de emergencia en lo que tiene que ver con el desempleo, los desahucios y en general con todas las situaciones sociales que aparecen en el día a día. Precisamente porque estamos trabajando en ello pensamos que pueden cambiar. A pesar de todas las imposiciones y dificultades, creemos que hay una salida distinta a la crisis. Creemos que todas esas cargas se pueden aplicar de forma distinta, cada administración dentro de sus posibilidades. Pero lamentablemente los números demuestran que los verdaderos cambios vendrán de la mano de la administración central, que tendrá que hacer un esfuerzo para cambiar su política económica. Sólo así sería posible actuar de manera contracíclica. En este momento es difícil un encuentro, porque nuestro modelo para salir de la crisis y el modelo de sociedad es distinto, y por ello nuestras políticas también.