Con 34 años de historia el grupo de montaña tapiego Marqués de Casariego sigue recorriendo Asturias de una punta a otra. En esta ocasión realizan un tramo del Camino Primitivo que conduce a Santiago de Compostela adentrándose en la comarca del Parque Histórico del Navia.
El día escogido para esta jornada montañera fue el pasado 25 de marzo, un día de cielos nubosos, pero con buenas condiciones para echarse la mochila a la espalda y recorrer los kilómetros que separan el núcleo rural de Buspol de la aldea de Cereixeira, ambos en el concejo de Grandas de Salime.
El autobús dejó a 37 miembros del grupo en el inicio de la ruta, en este caso junto a la Capilla de Santa Marina de Buspol (s.XIV) que en su día perteneció a un hospital de peregrinos. Tras dejar atrás la pequeña aldea de Buspol, un pueblín con muy pocas viviendas, los caminantes emprenden un constante descenso zigzagueando por pistas ganaderas, pistas forestales y un sendero de montaña en dirección a la cuenca del Navia. En una larga bajada de más de 7 kilómetros hacia el embalse de Grandas van pasando por portillas que han de dejar abiertas o cerradas, según se las encuentran. “Hay también un letrero que te lo recuerda –explica Manolo Fraga, presidente del club tapiego–. Hasta llegar abajo ya no nos encontramos ninguna población, sólo hay monte y las pistas que seguramente faciliten el trabajo en las aldeas. Es una zona muy pelada, con pocos árboles, lo que te permite tener una visión de prácticamente toda la ruta”.
En el recorrido hacia el fondo del valle empiezan a ver algunas edificaciones, actualmente en desuso, de la época en que la construcción de la presa de Salime atrajo a trabajadores llegados de toda España. La obra faraónica, que se inició en 1946 y se inauguró en agosto de 1955, incluyó la construcción de un teleférico para transportar materiales desde el puerto de Navia, el mayor de la península en aquella época.
La ruta permite disfrutar de unas vistas espectaculares del embalse de Grandas de Salime desde el mirador flotante ‘Boca de la ballena’, de Joaquín Vaquero Turcios.
El final del camino termina en la carretera, junto al mirador ‘Boca de la Ballena’ de Joaquín Vaquero Turcios, que ofrece unas vistas espectaculares de la central hidroeléctrica, con 128 metros de altura.
Los montañeros han superado un desnivel negativo de 750 metros y antes de emprender la subida hacia Grandas de Salime disfrutan de las vistas que proporciona el mirador. “Desde aquí pudimos sacar buenas fotos –añade Fraga–. Luego, ya en dirección a Grandas encontramos a nuestra izquierda un restaurante en el que paran muchos peregrinos para descansar y tomar un refrigerio antes de continuar caminando, pues todavía hay 450 metros de desnivel positivo hasta llegar a la capital del concejo”, detalla el presidente del Club.
En este punto, continúan su camino por la carretera AS-14 durante al menos 4 kilómetros, abandonándola más adelante para coger un desvío que les conducirá a Grandas de Salime. A la peligrosidad que entraña caminar por una carretera local estrecha, sin apenas arcenes, hay que sumar los inconvenientes del asfalto. Manolo Fraga apunta que “las carreteras son el enemigo número uno y en verano, con el calor, no hay quien lo resista”. La queja del montañero se extiende también a otras etapas del Camino Primitivo, zonas donde además de tener que pisar carretera también escasean las señalizaciones. “Presumimos mucho de Camino Primitivo pero es un verdadero despropósito, los ayuntamientos tenían que tomar medidas. Nosotros no pedimos caminos de tres metros de ancho, pero sí un carril por donde puedas andar sin peligro”.
El último kilómetro y medio antes de llegar a la localidad de Grandas da un agradable respiro a los caminantes que disfrutan de un sendero entre frondosa vegetación y los típicos pinares del occidente asturiano.
Desde el G.M. Marqués de Casariego denuncian las condiciones que afrontan los senderistas al tener que realizar parte del trayecto por carretera.
“En realidad –explica Manolo Fraga– la etapa debería acabar en Grandas pero nosotros continuamos otros 3 kilómetros hasta llegar a Cereixeira. Tuvimos que cruzar la carretera AS-28 en algún punto, pero ya lo hicimos por buen camino. Lo que sí, a partir de este punto, hay que tener cuidado porque puede haber confusión en algún cruce, ya que las típicas vieiras que señalizan el Camino de Santiago cambian su sentido. En Asturias y en el resto del país el punto de la vieira donde convergen las arrugas de la concha indica la dirección a seguir, mientras que en Galicia es justo al revés”.
En aproximadamente cinco horas y media los andarines del Marqués de Casariego llegaron al final de la ruta, donde les recogería el autobús para llevarlos de vuelta a casa. No sin antes repostar en alguno de los locales hosteleros de Cereixeira y comentar los incidentes de la jornada, que calificaron de “etapa bonita que merece la pena porque permite ver el paisaje del Valle del Navia, una de las zonas naturales más espectaculares del occidente asturiano”.
VII Etapa del Camino de Santiago. Travesía de Buspol a Cereixeira.
Concejo: Grandas de Salime
Duración aprox.: 5 horas y media
Desnivel de subida: 450 metros
Desnivel de bajada: 750 metros
Distancia recorrida: 17,3 km
Dificultad: Media – Baja
Recomendado uso de bastones para las bajadas.
En la imagen, peregrinos a su paso por la localidad de Grandas de Salime.