Luz de silencio es un salto al vacío, un primer paso en la literatura ‘oficial’, que sólo contempla las obras publicadas. Pero más allá de todo eso, Eusebio Ruiz es un apasionado defensor de la poesía como actividad vital, como hilo que tiende puentes y forja amistades.
En ese camino se ha movido hasta ahora, promoviendo iniciativas como la filmación de las obras completas de Angel González o participando activamente en la Asociación Cultural Versos Libres.
-¿Cómo nace una obra como ésta?
-De una necesidad. Tras la muerte de mi madre pensé que tenía que establecer unos lazos después de la partida definitiva, comunicarme de alguna forma en ese silencio definitivo y mayúsculo. Me encuentro con que la forma de ordenar las palabras que usaba habitualmente ya no sirve, y buscando un orden nuevo encontré la poesía.
-¿De ese silencio surge el título de su obra?
-Exactamente, ya que ese silencio provoca unas reflexiones que conducen a la luz como símbolo, como conocimiento. Creo que es algo que puede haber sentido cualquiera que haya tenido alguna pérdida importante. Mi pensamiento no derivó hacia la filosofía o hacia las preguntas fundamentales y clásicas sobre de dónde venimos y hacia dónde vamos; sino la poesía como una de las formas o caminos para relacionarse cuando uno va a recibir el silencio como respuesta.
-Igual que en la música, ¿en poesía hay que saber leer los silencios?
-En los dos casos el silencio es fundamental. Creo que quizá es tan difícil leer poesía porque pensamos que es algo que se puede hacer a la primera, cuando ocurre como en la música, que es prácticamente imposible cantar bien una canción si no la has ensayado antes. Hay que leer muchas veces un poema para transitar por él con un tono de voz adecuado, con unos silencios que provocan imágenes que deben ser visibles primero para uno mismo, de modo que se puedan transmitir a otros.
“La exclusividad no sirve ni para la literatura ni para la vida, porque aboca necesariamente a la soledad, cuando la búsqueda de la poesía es llegar a los otros, y que los otros lleguen a ti”
-En 2009, mediante Tribuna Ciudadana, promovió la filmación y grabación de la obra completa de Ángel González. ¿Cómo fue este trabajo?
-La idea fue que para conocer a Angel González había que leer toda su obra. Tenía más de doscientos poemas, aunque los más conocidos son los veinte o treinta que él mismo repetía muchas veces en las lecturas. Así que grabamos en vídeo la lectura de toda su poesía, y contamos además con el apoyo de su viuda, Susana Rivera, que nos confirmó que esta iniciativa no se había hecho nunca ni aquí ni en Estados Unidos. El siguiente paso que me gustaría dar es que esa lectura se complemente con otras lecturas de distintas edades, para que esa pluralidad haga posible que la obra de Angel González sea de todos. Y que se hagan copias para las bibliotecas de Asturias, las escuelas de filología y, por qué no, los colegios o institutos, para que los estudiantes comprendan que la poesía es accesible y que abre las puertas a todos.
-¿Qué le aporta su pertenencia a la Asociación Cultural Versos Libres?
-Somos un grupo de gente que se reúne en una tertulia en Gijón, y que buscamos alguna forma para estructurar unas actividades más ordenadas en el tiempo. De ahí nació Versos Libres, un nombre que tiene que ver con que cada uno de nosotros tiene un tono poético distinto, pero consideramos que todas las voces son respetables y tienen su importancia. Yo creo que la exclusividad no sirve ni para la literatura ni para la vida, porque aboca necesariamente a la soledad, cuando la búsqueda de la poesía es llegar a los otros, y que los otros lleguen a ti. Esa amistad en la belleza de la palabra es una de las cosas que merece la pena conservar y potenciar.