Poco más de un año en el mercado y tres libros editados, todos con carácter social e histórico. Editorial Sangar es una de estas iniciativas que tienen mucho de corazón y poco de ficción, por eso sus integrantes son buscadores de historias reales que no dejan al lector indiferente. Pablo Cuervo, portavoz del proyecto, desmenuza su contenido.
-Dentro de la coyuntura actual ¿qué motivó el nacimiento de Sangar?
-Somos un grupo de tres amigos con una idea común. Por un lado queríamos trabajar en algo relacionado con la literatura, y por otro conocíamos una serie de libros que se estaban quedando en el olvido, así que queríamos reeditarlos. Además, queríamos tocar temas sociales, porque vemos que hay temáticas a las que no se está prestando atención por parte de editoriales más grandes.
-La primera obra publicada ha sido 485,2 kilómetros en las Marchas de la Dignidad, del escritor Miguel Ángel Fernández ¿Por qué ésta y qué representó para vosotros?
-Empezamos con este libro porque queríamos colaborar en la difusión del proyecto colectivo de las Marchas de la Dignidad. Lo editamos pronto porque no queríamos que fuese solamente un homenaje a todos aquellos que fueron andando hasta Madrid, sino que se convirtiera en una herramienta de difusión. Hace muchos años que no veíamos a tanta gente protestando junta y nos parece que lo que se hizo fue un hito. A través de las presentaciones, el libro hizo una labor militante para el colectivo.
-Es una reedición del libro publicado sobre la huelgona de 1906, en Mieres. En el momento de la publicación del libro original, en 1908, la Fábrica de Mieres se hizo con todos los ejemplares que había en las librerías de Asturias y los hizo desaparecer, así que apenas quedaron copias. Existía una deuda con el pueblo de Mieres y de Asturias en general, por eso quisimos que el libro estuviera al alcance de cualquiera.
-¿Cómo surgió la publicación del tercer título, Villamocho, de Antón Saavedra Rodríguez, un personaje cuanto menos polémico?
-Este libro fuimos directamente a buscarlo. Lo que le pasó a José Angel Fernández Villa, el líder sindical minero más conocido por todo el mundo, nos pareció un golpe bestial a la minería. Había muchas noticias contradictorias y Antón Saavedra tenía bastante información, así que hablamos con él y aceptó gustosamente publicar un libro, que de hecho ya tenía medio escrito.
Antón era la persona que mejor podía conocer los entresijos internos del SOMA. Villamocho no es un libro contra Villa, sino que cuenta cómo se han hecho las cosas en el sindicalismo.