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viernes 29, marzo 2024

Los ayuntamientos en problemas. Antonio de Luis Solar, Alcalde en Pravia.

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La crisis económica está afectando claramente a las administraciones públicas, que ven agravados sus problemas de financiación. Los ayuntamientos están acusando especialmente esta reducción de ingresos de modo que incluso peligran determinados servicios y pagos.

Antonio de Luis Solar conoce el tema de primera mano, en su calidad de Alcalde en Pravia; además, está previsto que en este mes de octubre sea nombrado presidente de la Federación Asturiana de Concejos.

-¿Cuál es la realidad económica actual de los municipios asturianos?
-Pues es muy complicada por varias razones. En primer lugar, por el atasco financiero que se están encontrando a la hora de hacer frente a las obligaciones de pago, debido sobre todo a un retraso en la definición de las competencias y la financiación global, algo que está pendiente desde hace años. Y en segundo lugar, por la crisis económica, que provoca una reducción drástica de ingresos de los ayuntamientos, y por tanto retrasos en los pagos de proveedores y dificultades para mantener los servicios que nos corresponden, bien por competencia, bien en la práctica, porque como se sabe desarrollamos competencias que corresponden a otras administraciones, sobre todo a la Autonómica.
-La ley de morosidad fija el plazo de pago en 50 días. Sin embargo, muchos ayuntamientos no se ajustan a este calendario.
-Es muy importante hablar de la realidad, porque de poco sirve hacer leyes si los ayuntamientos en la práctica no van a poder hacer frente a los plazos que se manejan. El problema es de mayor entidad que eso, y lo que hay que hacer es afrontarlo de una vez por todas. Hay medidas importantes, como la que ha aprobado el Gobierno de España en relación con el ICO para facilitar el pago a los proveedores; pero en todo caso son medidas transitorias, que pueden resolver circunstancias puntuales.

“Hay que ir hacia una asignación mensual a cada ayuntamiento, de manera que pueda construir su presupuesto sin tener que recurrir a convocatorias y sin tanta burocracia”

-¿Qué medidas están previstas para solucionar o paliar estos problemas?
-Estamos al final de una legislatura estatal, y por lo tanto al comienzo de la próxima habrá que abordar esta cuestión, sobre todo en el marco de la financiación local. También cada comunidad autónoma debe establecer un marco de relación entre esos gobiernos autonómicos y los ayuntamientos, que defina cuáles son los servicios que se están prestando y por lo tanto asigne una financiación acorde. Hay que construir un modelo que permita a cada uno de los ayuntamientos hacer sostenibles sus presupuestos.
-¿Dónde está la salida de este problema?
-En Asturias las aportaciones del Gobierno del Principado a los ayuntamientos han sido tradicionalmente por la vía de convocatorias y subvenciones para asuntos determinados, que dependían de las consejerías. Y yo creo que hay que ir caminando hacia una financiación incondicionada, es decir, que permitan asignar una cantidad que recibiría el ayuntamiento mensualmente, de manera que pueda construir su presupuesto sobre la base de esos ingresos fijos, sin tener que recurrir a convocatorias y sin tanta burocracia.
-¿Los ayuntamientos tienen que buscar un modelo de crecimiento que vaya más allá del cemento y el alquitrán?
-Efectivamente, además ya no hay tanto por hacer en cuanto a infraestructuras, así que la mayor preocupación debe ser el mantenimiento de lo que ya tenemos, tanto en equipamientos públicos como en servicios, sobre todo de tipo social y en la atención en general que prestamos como administración más cercana al ciudadano, ya que somos los primeros en recibir las demandas vecinales.
-Es un cambio de mentalidad importante.
-Sí, y ese cambio tenemos que hacerlo entre todos, con mucho diálogo y con mucha responsabilidad. No valen colores políticos de los gobiernos de turno, sino afrontar una cuestión que en última instancia afecta a los ciudadanos. No hablamos de algo interno, para los que gobiernan, sino de que si la capacidad financiera de los ayuntamientos se resiente más, determinados servicios corren el riesgo de dejar de prestarse.

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