Que los residuos que generen las industrias lleguen a convertirse en productos que sean rentables económicamente es uno de los objetivos que persigue el IDEPA a través de la economía circular. La presidenta del Instituto está convencida de que Asturias está bien posicionada para ganar futuro, puede llegar a ser referente europeo y convertirse, además, en un paraíso circular.
-En Asturias tenemos mucha industria de fabricación, pero también de producción de residuos. ¿Cómo enfrentar este problema desde la circularidad?
-Para hacer frente a este reto, desde el IDEPA impulsamos el Asturias Paradise Hub 4 Circularity, una agrupación territorial de industrias conexas, comprometidas con el entorno e infraestructuras de I+D para la valorización, públicas y privadas, que colectivamente alcanzan niveles de demostración en cuanto a la gestión circular de recursos. Para facilitar la Simbiosis industrial y promover una Economía Circular, se necesita disponer de servicios de identificación de residuos y fuentes secundarias de interés industrial en la región, trabajando codo a codo con la Consejería de Medio Ambiente, y la identificación de nuevas cadenas de valor a partir de los residuos y subproductos, contando con el sector del conocimiento. La cooperación en todos los ámbitos es la clave.
En la situación actual, cobran especial interés las distintas fracciones de residuos urbanos, las emisiones de CO2 y los residuos resultantes de procesos de desmantelamiento industrial, que podrían establecer focos de especialización tecnológica.
“Es fundamental que la potente industria asturiana se adapte rápido a la digitalización y a la economía circular para recuperar nuestra capacidad y no depender de otros mercados”
-¿Qué sector es pionero o va más adelantado en economía circular? ¿Me podría decir algún caso de éxito o buenas prácticas que pueda servir de referencia?
-El futuro de la industria de Asturias también debe ser más sostenible. La descarbonización y el residuo cero, en los que ya estamos trabajando, tienen que ser una obligación para nuestra forma de vida, para nuestra movilidad y para nuestra industria. En definitiva, la economía circular para Asturias tiene que ser una gran oportunidad: reutilizar residuos, consumo menos intensivo de materias básicas, mejora de procesos, las energías renovables… Es fundamental que la potente industria asturiana se adapte rápido a la digitalización y a la economía circular para recuperar nuestra capacidad y no depender de otros mercados.
Actualmente, se favorece la simbiosis industrial y urbana a través del desarrollo de proyectos de valorización en cooperación regional, contribuyendo a generar una visión de Asturias como un entorno propicio para el escalado de tecnologías de valorización con criterio de rentabilidad económica. De esta manera, se buscan, también, oportunidades para favorecer la oferta de infraestructuras tecnológicas como espacios de demostración resultantes de la colaboración público-privada.
Como ejemplo, COGERSA dispone de un incipiente espacio de demostración para promover el aprovechamiento de varias de sus fracciones de residuos por parte de la industria, creado a partir de las instalaciones piloto desarrolladas en proyecto de I+D en los que ha participado.
“La economía circular para Asturias tiene que ser una gran oportunidad: reutilizar residuos, consumo menos intensivo de materias básicas, mejora de procesos, las energías renovables…”
-¿Por qué Asturias puede convertirse en un paraíso circular, como usted ha comentado en alguna ocasión? ¿Están concienciadas las empresas asturianas?
-El tejido empresarial asturiano es cada vez más consciente de la importancia de la economía circular, más si cabe en una región industrializada como la nuestra donde, más allá de reducir la generación de residuos, la economía circular puede ser en sí un modelo de negocio.
En 2016 iniciamos un proceso participativo para elaborar una Agenda Regional de Investigación e Innovación de Materiales Sostenibles con el objetivo de impulsar un plan de acción que facilitara el desarrollo de procesos tecnológicos para la valorización de residuos atendiendo a objetivos de mercado.
Hay que destacar tres ejes fundamentales: la simbiosis industrial, para fomentar la innovación en el uso de residuos en procesos industriales existentes en la región; el escalado de procesos para acelerar la adopción de tecnologías de valorización de residuos por parte de la industria, y los circuitos tecnológicos de valorización integral de residuos, para fortalecer la competencia regional en tecnologías de valorización inventariando infraestructuras clave de I+D para la creación de una red territorial público-privada cohesionada y completa que sea un referente.
Teniendo esto en cuenta, podemos afirmar que Asturias tiene la capacidad para convertirse en un paraíso circular.