Se estima que España necesita más de dos veces y media su superficie para abastecer las necesidades de su economía. Además del impacto ambiental que esto supone, los datos demuestran la ineficiencia de este modelo económico y la dependencia que genera del exterior que hace a nuestra economía más vulnerable y menos competitiva. Cada vez son más las administraciones, empresas y ciudadanos que deciden abandonar este modelo económico caduco y afrontar el reto de la economía circular, una opción de futuro.
El consumo basado en el despilfarro que solo beneficia a unos pocos, que fomenta la extracción desmedida de unos recursos naturales que son finitos y genera toneladas de residuos, tenía los días contados según nos venían alertando hace décadas los científicos. Pero ¿cómo parar esta potente maquinaria? ¿Cómo resetear estas reglas del juego? Lo que parecía misión imposible y hasta impensable hace unos meses resulta que el Covid-19 lo pone en bandeja en un abrir y cerrar de ojos.
El paso de una economía lineal a una circular deja de ser una opción para convertirse en una gran oportunidad para, dentro de este escenario de crisis que estamos viviendo, hacer las cosas de otra manera.
La crisis del coronavirus paró a todo un planeta. Nada es igual que antes, solo hace falta mirar a nuestro entorno y ser valientes para reconocer que el cambio ya está en marcha, con o sin nosotros, y no valen las teorías. La situación exige ver todo de otra manera y admitir que vamos con retraso en temas tan esenciales como sostenibilidad, ahorro de recursos o cambio climático.
En este contexto suena con fuerza desde hace tiempo una nueva filosofía de producción de bienes y servicios que busca reducir al mínimo el consumo y el desperdicio de materias primas. Hablamos de la economía circular, un nuevo modelo económico que además de mitigar los efectos ambientales genera empleo e inversiones.
El paso de una economía lineal a una circular deja de ser una opción para convertirse en una gran oportunidad para, dentro de este escenario de crisis que estamos viviendo, hacer las cosas de otra manera. “La economía circular supone un cambio de paradigma en el modo de utilizar los recursos naturales y, por tanto, de relacionarnos con el medio ambiente. En el nuevo modelo circular el valor de los productos y materiales se mantiene durante el mayor tiempo posible, los residuos se reducen al mínimo y los recursos se reintroducen repetidamente en el ciclo productivo creando valor cuando los bienes llegan al final de su vida útil. Supone pasar del ‘extraer, producir, usar y tirar’ al ‘reducir, reutilizar y reciclar’. En una economía circular la prevención y la sustitución son las palabras clave: ‘lograr más con menos’, es un principio básico”, comenta Eva Pando, directora general del Instituto de Desarrollo Económico del Principado (IDEPA).
“En 2019, la Comisión Europea presentó el Pacto Verde Europeo, una completa hoja de ruta con la que se pretende transformar la UE en una sociedad más equitativa, próspera, con una economía eficiente en el uso de recursos y competitiva, y climáticamente neutra en el año 2050”
Jesús Arango, economista
En los últimos tiempos todo ha cogido más velocidad. Los pasos iniciados por la UE hace unos años en materia de economía circular van aterrizando a la práctica. En el próximo decenio se van a movilizar en el entorno europeo más de un billón de euros en inversiones para facilitar su implantación. “En diciembre de 2015 la Comisión Europea adoptó un primer plan de acción para el impulso de la economía circular, con el que se pretendía transformar la estructura económica europea y fomentar modelos sostenibles de consumo y producción. En 2017, aprobó otro plan para la recuperación de energía a partir de los residuos; un año más tarde, la Comisión diseñó una estrategia en materia de bioeconomía y en 2019, se presentó el Pacto Verde Europeo, una completa hoja de ruta con la que se pretende transformar la UE en una sociedad más equitativa, próspera, con una economía eficiente en el uso de recursos y competitiva, y climáticamente neutra en el año 2050”, explica el economista Jesús Arango.
¿Por qué hablar de un cambio de modelo económico aquí y ahora? “Porque el uso eficiente de la energía, junto a la revalorización de los residuos y subproductos, se está convirtiendo en una de las palancas económicas de la industria de procesos, una actividad de gran peso en la economía mundial y desde luego en Asturias, -recalca Pando-. Por ello, la UE ha creado un marco político para apoyar una economía eficiente en el uso de los recursos y de baja emisión de carbono que ayude a mejorar los resultados económicos, identificar y crear oportunidades de crecimiento impulsando la innovación y la competitividad, garantizar la seguridad del suministro de recursos y luchar contra el cambio climático”.
2020, un año decisivo
La UE pisa el acelerador. En marzo adopta un nuevo Plan de Acción para la economía circular y unos meses más tarde crea la Estrategia “de la granja a la mesa” para impulsar un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente.
Si nos vamos al ámbito nacional, el pasado mes de junio, el Consejo de Ministros daba luz verde a la Estrategia Española de Economía Circular “España Circular 2030” que permite reducir en un 30% el consumo nacional de materiales y recortar un 15 % la generación de residuos respecto a 2010. De este modo, las emisiones de gases de efecto invernadero del sector residuos se podrían situar por debajo de los diez millones de toneladas en 2030. También se aprueba el Anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados que abordará el reto de los plásticos de un solo uso, y un real decreto para la trazabilidad y el control de los traslados de residuos.
El Anteproyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados abordará el reto de los plásticos de un solo uso.
Para materializar esta iniciativa, se prevén planes de acción trienales que van a recoger las medidas concretas a desarrollar por la Administración para implementar actuaciones en economía circular en España. El primero de ellos será presentado a finales de este año y abarcará el período 2021-2023.
A nivel autonómico, y según la información contenida en la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC), en doce comunidades autónomas se han aprobado, o está en curso de aprobación, medidas relacionadas con la economía circular, mientras que en las cinco restantes, entre las que se encuentra Asturias, no figura ninguna actuación normativa en esta materia. “Viendo las acciones que se están adoptando en nuestro entorno, creo que podría ser conveniente que se elaborase lo antes posible una Estrategia de Economía Circular para Asturias, en la que se incluyan las medidas, reformas y políticas que se están diseñando para la recuperación y transformación de la economía asturiana en los próximos diez años. En este sentido, la Estrategia Circular de Euskadi 2030 puede ser todo un referente para llevar a cabo el cambio de modelo de una economía lineal hacia una economía circular”, apunta Arango.
Reducir, Reutilizar, Reciclar
La economía circular propone un nuevo paradigma donde las 3R se convierten en las bases del sistema económico: Reducir, Reutilizar y Reciclar. Un modo de vida donde tanto personas como empresas y gobiernos pueden participar activamente.
El coronavirus nos ha demostrado a todos que en nuestra vida cotidiana no nos hacen falta tantas cosas como creíamos y que se puede reutilizar más de lo que nos imaginábamos. “La Covid-19 ha aleccionado a la población a la vez que ha creado nuevos hábitos sociales y de consumo. El confinamiento hizo que se pusieran en valor todos los recursos que se tenían al alcance y se ejerciera una particular visión sobre la economía circular inspirando a la ciudadanía en general y a las empresas. Este cambio de paradigma hacia la circularidad promueve extender la vida útil de los productos y darles una segunda (o tercera) oportunidad en todos los ámbitos, porque los recursos no son ilimitados. Esto supone dar con un nuevo modelo de sociedad más concienciada y exigente y de una industria más implicada, que suaviza su interacción con el entorno. Está claro que, ante esta situación, no podemos ni debemos parar, hay que pensar en nuevas fórmulas para mantener mercados, en diversificar y buscar nuevas vías de negocio en escenarios de escasez de los recursos. Y para eso se necesita colaboración entre sociedad, industria y administración, que permita seguir manteniendo el tejido industrial de Asturias, que es la base de nuestra economía”, apunta la directora del IDEPA.
Reducir nuestro consumo tanto de bienes materiales como de energía es contribuir a disminuir su impacto sobre el medio ambiente. El proyecto ‘Actúa diferente, RE-Think’ puesto en marcha por la Corporación Alimentaria Peñasanta (Capsa) les ha permitido reducir en casi un 30% los residuos y el 95% de los que no se pudieron reducir se transformaron en biogás o fertilizantes. La iniciativa, premiada en la Semana Europea de Prevención de Residuos en el apartado empresa, consistió en implantar técnicas de reciclaje más eficientes en todos los departamentos y en toda la cadena de valor y en ella se involucraron tanto trabajadores y familias como proveedores, clientes y consumidores. El resultado obtenido fue posible, según los responsables de la empresa, gracias al trabajo en equipo y la sensibilización de todos los empleados.
La moda es la segunda industria más contaminante del mundo: confeccionar un pantalón vaquero supone el consumo de
3.078 litros de agua.
Reutilizar es en definitiva volver a utilizar las cosas. Con ello no solo reducimos residuos, sino que también consumimos menos. Cáritas tiene instalados 135 contenedores rojos en diferentes puntos de Asturias para la recogida de ropa, calzado y complementos. Este material, después de pasar por un proceso de selección e higienización, se expone para su venta en las tiendas Koopera que tiene la entidad en Oviedo y Gijón. Locales de diseño vanguardista que ofrecen ropa de segunda mano a módicos precios. Esta iniciativa, además de promover el consumo responsable, fomenta la integración social a través del empleo de inserción. Cáritas recogió el pasado año 1.805 toneladas de ropa de los hogares asturianos y en los meses del confinamiento 171 toneladas. Prolongar la vida de un producto es el primer mandamiento de la economía circular y no olvidemos que la moda es la segunda industria más contaminante del mundo: confeccionar un pantalón vaquero supone el consumo de 3.078 litros de agua.
Reciclar sería la última de las tareas que consiste en transformar los deshechos para conseguir nuevos productos. La empresa asturiana Nortpalet, ahora Naeco, especializada en el diseño, fabricación y comercialización a nivel mundial de palés, cajas y contenedores de plástico, acaba de recibir el certificado AENOR de Residuo Cero que reconoce a las empresas que gestionan adecuadamente los residuos procedentes de su actividad productiva y evitan como destino final el vertedero. Solo once empresas en España tienen esta certificación basada en la economía circular. Naeco fabrica y distribuye palés de larga vida fabricados con plástico reciclado que al final de su vida útil vuelven a ser reutilizados para la producción de nuevos palés de plástico con idénticas propiedades que los originales.
Y se suma una cuarta… Reparar
Últimamente se viene hablando de una cuarta R que propone dar una segunda vida a las cosas reparándolas o rediseñándolas. Algo que no es fácil en el actual contexto de mercado que dicta como norma “que te sale más barato comprar un producto nuevo que repararlo” o que las cosas tienen una durabilidad programada para poder vender más. Que no sea fácil no quiere decir que sea imposible, solo que habrá que poner más empeño. No hay nada lo suficientemente viejo o estropeado que no se pueda reparar, como dirían nuestros abuelos. Así que, en este regreso a los orígenes, se han organizado varias cadenas de establecimientos en Asturias para luchar contra la obsolescencia programada, ofreciendo reparaciones de zapatos, ropa, electrodomésticos, aparatos eléctricos o electrónicos, bicicletas, etc. Puedes conocer algunos de ellos en alargascencia.org
Economía circular en el medio rural
También hay ejemplos de economía circular en el medio rural asturiano y los modelos no son nuevos, se vienen desarrollando desde hace siglos. Solo hay que actualizar ciertas prácticas y aplicar las herramientas tecnológicas de las que disponemos en el siglo XXI.
En Asturias existen casi 500.000 hectáreas de terreno que llevan años infravaloradas, un enfoque de economía circular haría que su paulatina puesta en explotación las llenase de refinerías perfectas, como las denomina el Nobel de Economía, Paul Romer: se trata de una refinería que convierte los recursos abundantes y renovables en un producto valorado por los humanos. Es más pequeña que un coche, móvil para poder buscar sus propios elementos de producción, capaz de mantener la temperatura necesaria para sus reacciones y capaz de reparar automáticamente la mayoría de los fallos del sistema. Construye réplicas de sí misma sin necesitar apenas la supervisión humana. Todo lo que tendría que hacerse sería actuar para abrir las llaves de paso de algunas tuberías y recoger el producto final.
“El biogás derivado del estiércol y los purines ganaderos, y su utilización para el autoconsumo en la explotación es otro ejemplo de economía circular que tendrá que fomentarse como una solución a los problemas de contaminación que tiene el sector ganadero en Asturias”
Jesús Arango, economista
“Se puede decir que esa refinería perfecta que define el Nobel de Economía existió durante siglos en Asturias a través de los rebaños de vacas, ovejas y cabras, que mediante pastoreo y trashumancia fueron capaces de aprovechar al máximo los pastos de la zona de montaña. Se trata de aprovechar todos estos pastos utilizando modernas técnicas de pastoreo rotativo -mediante sensores y drones- que implican el acotamiento y cercamiento de parcelas para conseguir el desarrollo eficiente de una ganadería extensiva basada en las razas autóctonas. Por debajo de nuestro potencial, en el concejo de Cangas de Narcea se han desarrollado explotaciones de ganadería extensiva que utilizan el pastoreo rotativo por parcelas, frente a las prácticas tradicionales seguidas en los pasos comunales en los que no se delimita el cierre de parcelas. En Somiedo, con su pastoreo de brañas, se ha visto un incremento del censo ganadero de carne frente prácticas desarrolladas en otras áreas como puede ser el puerto de El Palo en Allande, con un nivel mucho más bajo en el aprovechamiento de los recursos pastables. La generación y aprovechamiento energético de gases renovables, como el biogás derivado del estiércol y los purines ganaderos, y su utilización para el autoconsumo en la explotación es otro ejemplo que tendrá que fomentarse en estos tiempos de economía verde como una solución a los problemas de contaminación que tiene el sector ganadero en Asturias”, argumenta el economista Jesús Arango.
Hace solo unas semanas se presentó en rueda de prensa el estudio “Economía circular y emprendimiento contra la despoblación”, elaborado por Acción contra el Hambre, la Universidad de Oviedo y la Fundación San Feliz, con la financiación de EDP Energía donde se presentaba al sector agroalimentario con un gran potencial en la economía verde y, por tanto, un interesante nicho de mercado de economía circular. En relación a las actividades que se pueden desarrollar propone la recuperación de cultivos abandonados y de razas propias, así como conservas de distintos productos, la creación de plataformas de comercialización y distribución compartida de productos agrícolas y alimentarios o locales y la intermediación entre productores y consumidores. Siguiendo con el sector primario también habla del reciclado de productos forestales, la creación de plataformas para compras de maquinaria en común, cooperación con otras actividades ganaderas o no del medio rural. El estudio propone además empleos en el sector secundario como la venta de material para bioconstrucción o terciario, como turismo de experiencias o deporte de aventura.
No solo se trata de estudiar qué tipo de actividad se quiere iniciar, son necesarios programas de asesoramiento y formación en el mundo de las tecnologías y especialmente sobre los principios de la economía circular y lo que ello implica, señala el informe. Nicho de mercado hay pero las personas que quieran emprender han de sentirse acompañadas desde el desarrollo de la idea hasta la consolidación del negocio, concluye dicho estudio.