La Boroña de Forna por Pascua y por Pascuina siempre ha sido una tradición en Torazo. Para que esta siga viva, cada primer domingo de junio tiene lugar el Festival de la Boroña de Forna, un ritual que atrae a cientos de visitantes, en el que participa toda la parroquia.
«Boroña se hace en muchos sitios de Asturias pero la de aquí es peculiar», eso es al menos lo que defienden los vecinos de Torazo, así que lo mejor es acercarse para comprobarlo. Hablamos con Josefina Prida que el año pasado consiguió el premio a la mejor amasadora del Festival. «Es un proceso muy manual que lleva mucho trabajo. Se amasa con fuerza la harina hasta que queda compacta, le damos forma de olla dejando un hueco en el medio, y ahí metemos chorizo, panceta y jamón. Luego, hacemos una tapa de la misma masa y lo envolvemos todo con hojas de berza, y papel de aluminio. Las hojas de berza, además de dar sabor impiden que se queme la corteza». Josefina dice con orgullo que esta receta es la misma que hacía su güela, luego su madre y ahora ella que tiene 73 años.
Los vecinos recorren las calles ataviados con sus trajes regionales, añadiendo color y tradición a la fiesta singular declarada de Interés Turístico
Un grupo de cinco o seis amasadoras, siguiendo la receta tradicional elaboran para la ocasión unas treinta y cinco boroñas que luego se cuecen en las fornas que están repartidas por el pueblo. «Los roxadores son los encargados de calentar previamente estos hornos de piedra con madera de avellanu o salgueru que son las mejores. Antes había una forna en cada casa pero fueron desapareciendo, así que nos arreglamos con las que han quedado. Cuando está caliente se meten las boroñas -sobre las seis de la tarde- hasta la mañana del día siguiente. Cuando enfrían, se abren y se preparan las raciones que luego se reparten en la Plaza de la Sienra: un trozo de boroña, un chorizo, un trozo de jamón y uno de panceta. El año pasado volaron y yo al final ni la probé», explica Josefina.
Unas raciones generosas, una boroña bien amasada y justa en el punto de sal, quién se puede resistir a tal placer gastronómico. El Festival tiene mucho tirón y eso anima a este grupo de vecinos que luchan para que esta tradición no se pierda, empezando por las propias mujeres. Josefina, alma mater de este evento confiesa que «en los pueblos cada vez hay menos gente. Yo vivo en Gijón pero vengo aquí todos los fines de semana para alimentar todo esto. Cada vez somos menos amasadoras pero hacemos todo esto con mucha ilusión, sacamos ingenio y ganas de donde sea para mantener la tradición viva».
Un esfuerzo que hay que agradecer a este grupo de mujeres y hombres, que arriman el hombro cada año para llenar de vida este Festival de la Boroña de Forna.
El Carmen en Torazo
Aunque la festividad de la Virgen del Carmen es el 16 de julio, en Torazo se celebra desde 1776 el último domingo de agosto y además, por todo lo alto. Empieza el día con la celebración del pasacalles, seguido de una misa solemne en honor a la patrona de los marineros. A continuación, tiene lugar el desfile de ramos elaborados en los distintos barrios del pueblo que compiten en originalidad y colorido. Es una de las procesiones con mayor número de ramos de toda Asturias que en todo momento, acompañan en procesión a la Virgen hasta la Capilla de Sienra, lugar donde se realiza la subasta. Los vecinos de Torazo recorren las calles ataviados con sus trajes regionales, añadiendo color y tradición a una fiesta singular declarada de Interés Turístico.
Por la tarde la Virgen regresa en procesión a la iglesia parroquial y los asistentes disfrutan de una verbena que pone el punto final a la jornada festiva.
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