Está considerado como uno de los Pueblos más bonitos de España, pero Llastres no es sólo un pueblo para ver, sino que transmite vida en todos sus rincones, y en cada uno de ellos hay una historia. Para no perderse ninguna, se puede descargar de forma gratuita la aplicación móvil Llastres, una historia de pescadores. En ella, además de encontrar todos los servicios y enclaves turísticos de interés geoposicionados, se ofrecen siete audioguías que profundizan en los aspectos más interesantes de este pueblo marinero.
Para disfrutar de un lugar como éste no basta con verlo: hay que conocerlo. Detenerse en alguna de las miles de anécdotas que hay en sus calles y rincones, profundizar en la historia de los lugares de interés. Sólo así se consigue una perspectiva única, que permite valorar cada paraje en su justa medida.
Gracias a estas audioguías se pueden conocer esas historias que muchas veces quedan eclipsadas por el encanto de un paisaje que habla por sí sólo. La relación de Llastres con el mar va más allá de la simple geografía, y por eso es interesante visitar, por ejemplo, el Barrio de los Balleneros, origen de la población, donde se conservan las típicas casas de pescadores. Impresiona hacer un ejercicio de imaginación y pensar en enormes ballenas nadando cerca de la costa, con los llastrinos enfrentándose a ellos en pequeñas embarcaciones a remo. Una vez muerto y despiezado en la playa, el animal se transportaba hacia la Casa de las Ballenas, donde se aprovechaba prácticamente todo: carne, huesos, grasa para hacer aceite…
Siguiendo con el paseo podemos detenernos frente a la torre del reloj, con un mecanismo al que todavía hoy se le da cuerda a mano diariamente. Antes aquí había una torre de vigilancia para detectar la llegada de piratas, y así defender el pueblo. Está cerca de la Calle Real, donde hay varias casonas y palacios de piedra, construidos con capital emigrante.
En la parte alta del pueblo se pueden observar las vistas desde el mirador de la Atalaya o el Campo de San Roque; también detenerse ante Santa María de Sábada, fuente de disputa histórica con el vecino pueblo de Lluces, que estaba también interesado en albergar el templo. Al final se construyó aquí, y hoy en día esa rivalidad ha quedado en el recuerdo. De hecho, uno de los lugares típicos es el faro de Lluces, al que se puede llegar caminando sin fatiga.
Si se visita el puerto en jornada laborable, se puede ver la actividad habitual de un día pesquero, con la descarga el pescado capturado con nasas, redes o palangres y su posterior venta en la lonja o rula, una de las más modernas de España, donde los mayoristas se encargan de comprar y enviar a diferentes puntos del país. También en la línea de costa se puede apreciar el pantalán, donde se cargaba el carbón extraído en la zona mediante un ingenioso sistema de tirolinas.
Al conocer más en profundidad sus rincones, no es de extrañar que el casco histórico de Llastres sea Bien de Interés Cultural, por la buena conservación de su patrimonio y las peculiaridades de su disposición, colonizando el acantilado y creando una de las estampas más típicas y visitadas de Asturias.
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