Un trozo de cielo, que inunda el paladar. Elaborado a partir de huevos frescos recién cascados siguiendo el método tradicional a la hora de hacer el caramelo y cocido lentamente. Así es el Tocinillo de Cielo que en Grado se elabora de esta manera desde hace más de un siglo. Es uno de sus buques insignia gastronómicos, pero tiene más.
En primavera las huertas llegan a su momento de máximo esplendor. Una explosión vegetal que se traduce en pimientos, guisantes, judías verdes, puerros, patatas, repollo, fabas… «Uno de los platos estrella en esta época del año es la menestra hecha con verduras y hortalizas frescas -comenta Amado Llano, responsable del restaurante La Parra-, también los guisantes. Se puede tomar también un buen pote asturiano o una fabada elaborada con fabas de aquí, porque es que hay de todo».
Con el mercado de los miércoles se nota animación en la villa, pero aún más los domingos. Es uno de los pocos mercados dominicales donde además abren todos los comercios de la villa. «Se ha notado mucho la apertura de la autovía en el incremento del número de visitantes -comenta Amado-. Ahora se puede venir aquí desde Oviedo en sólo veinte minutos. También han influido positivamente los aparcamientos que construyó el Ayuntamiento. Esto más que un mercado es una fiesta que lo llena todo, calles, terrazas… es algo digno de ver».
A partir de la primavera además de la afluencia de visitantes que vienen a disfrutar de los mercados se suman los miles de peregrinos que pasan por la villa moscona rumbo a Santiago. «Aquí los peregrinos pueden encontrar desde restaurantes que ofrecen un plato del día a 9€ -donde se come estupendamente- a otros que preparan con muy buena mano el cabritu, los pescados a la plancha o el arroz con bogavante, especialidad del restaurante La Parra que se puede pedir a diario. La guinda sería el típico Tocinillo de Cielo».
Bien sean platos sencillos o elaborados, la gastronomía moscona sabe dejar a todos con muy buen sabor de boca.
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