Recuperar tradiciones, colaborar con ONGs, hacer las carrozas de la cabalgata de Reyes y preparar unos frixuelos cuya fama ha trascendido los límites del concejo, entre otras cosas. En definitiva, la asociación es una referencia para mantener a las mujeres de Grado (y quien quiera sumarse) activas, participando en la vida social y cultural moscona.
Aunque la asociación comenzó a generar actividad en Grado en el año 98, fue cuatro años más tarde, en 2002, cuando se le dio una segunda juventud, cambiando el enfoque y la forma de gestionarla. Hoy por hoy es «una asociación sin socios», según explica Chelo Bernardo, que es la representante legal -«que no directora ni presidenta»- y trabaja mano a mano con diez vocales. Todo esto responde a una filosofía que escapa de los cargos y promociona las actividades abiertas para todos los que estén interesados en participar. No se pagan cuotas mensuales ni existe un listado de asociados. Si se quiere participar en alguna actividad, como un curso o un taller, se abona una tarifa módica de manera puntual. «Nuestra idea es trabajar por y para el pueblo, recuperar tradiciones, colaborar con organizaciones solidarias, participar en aquellos eventos donde nos lo soliciten, y muchas más cosas», comenta Chelo Bernardo. «Publicitamos lo que hacemos y quien quiere viene y se apunta».
Nunca han pedido subvenciones hasta este año, que se han animado por primera vez a hacerlo. Aún así, la financiación no es un problema. «Lo que necesitamos, que no es gran cosa, lo vamos consiguiendo con nuestros propios medios». Y uno de los más conocidos, más reclamados y que más alegrías les da es el puesto de frixuelos que se puede ver en todos los mercadones de Grado, y también en algún otro lugar donde son invitados. El éxito se debe a la originalidad de su ingrediente principal, la harina de escanda. «Son unos frixuelos exquisitos, hay gente que nos conoce desde hace años y llama para ver si vamos a poner el puesto y hacernos encargos para llevar. Las ventas están aseguradas». Otra fuente de ingresos es la Lotería de Navidad. Además de eso, la Asociación tiene un grupo de teatro costumbrista asturiano, formado en la actualidad por unas ocho personas, que ya ha representado un buen número de obras y que en 2015 estrenó la última, de Eladio Verde.
Han colaborado con distintas causas: el pueblo saharaui, Asociación Española contra el Cáncer, Médicos Sin Fronteras, Unicef… «Si una organización de este tipo nos llama para colaborar en una recogida de fondos, hacemos un llamamiento y la gente colabora, por ejemplo, trayendo postres caseros para organizar una venta solidaria».
Desde los años 90 la Asociación instala un belén artesanal que ha ido creciendo con los años, y reproduce tanto el desierto con las jaimas (cosidas por las colaboradoras de la agrupación) como el Mercado de Grado, o coloca el nacimiento debajo de un hórreo artesanal. Este año el belén, con sus treinta y cinco metros cuadrados y más de mil figuras, se instaló en la antigua pescadería, local cedido por el Ayuntamiento. La entrada siempre es gratuita, pero sólo con los donativos espontáneos se recaudaron seiscientos cincuenta euros que se destinaron para ayudar al Sáhara. «En Grado la gente se vuelca mucho en lo social. Cuando se trata de actividades vinculadas por ejemplo a la recuperación de tradiciones, hay que insistir un poco más, pero en general hay buena respuesta». Los talleres programados para este año tienen que ver con tradiciones que deben perdurar, como el que comenzará previsiblemente a principios de marzo, de «pandereteiras» y otro sobre ganchillo y punto, que ya se celebra por segundo año y ha logrado crear afición.
«Y además -apunta Chelo Bernardo- hacemos las tres carrozas para la Cabalgata de Reyes, que al ayuntamiento no le cuestan nada». Y desfilan con su propia carroza el día de Santa Ana. «Colaboramos con quien nos lo pida, aunque sea de fuera del concejo. Si nos necesitan respondemos. Es así como queremos que sea nuestra asociación».
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