El Paseo de Los Jardinillos de Navia se convirtió el pasado 25N en el escenario perfecto para visibilizar el rechazo a la violencia de género.
Treinta y ocho flores moradas recordaban a cada una de las mujeres muertas por violencia de género en este 2022. Todos y cada uno de sus nombres resonaron en un Paseo de Los Jardinillos que había cambiado completamente su aspecto y mostraba un reivindicativo color morado. Sara, Mónica, Mercedes, Cristina, Teodora, África, Virginia, Clotilde, Matilde, María Luisa, Gema, Abigail, Ana, Raquel, Adoración, Irina… la lista era mucho más larga y a varias de las víctimas ni siquiera fue posible recordarlas con su nombre porque no pudieron ser identificadas.
Separado por tan solo unos metros, un segundo jarrón portaba veintiocho rosas blancas, veintiséis por los niños que se han quedado huérfanos a causa de la violencia vicaria en España desde 2013 y otras dos, por Jordi y Mariya, los niños de once y seis años que perdieron la vida a manos de su progenitor este año.
Como maestra de ceremonias al frente de una jornada tan amarga como necesaria, Margarita Suárez, la concejala de Mujer en Navia, llevó el hilo conductor de los actos del día. En contraste a los días anteriores de lluvia y viento pertinaz, la mañana luminosa y radiante permitió a la ciudadanía naviega concentrarse bajo el lema “Amores que matan” a las 11 de la mañana. El sol quiso así sumarse a una conmemoración de lucha contra la violencia que reunió tanto a mujeres como a hombres. Todos necesarios, como así lo ratificaba la concejala durante la primera concentración. “Deciros que llevo casi 12 años conmemorando este Día, y he llegado a la conclusión de que es necesaria la ayuda, la colaboración, la unión de hombres y mujeres, ayudando a hacer visible esa violencia, que quizás, cuando estás dentro, una no se permita mirar”.
La luminosa mañana del 25 N permitió a la ciudadanía naviega concentrarse bajo el lema “Amores que matan”. El sol quiso así sumarse a una conmemoración de lucha contra la violencia, que reunió tanto a mujeres como a hombres.
El acto, sencillo en la forma, pero importante en el contenido, estuvo arropado por la inauguración de la exposición “25 años de fotografía humanitaria” de Médicos del Mundo. La muestra, que permanecerá en Navia hasta el día 11 de diciembre, consta de cinco capítulos de fotografía documental a través de las principales crisis humanitarias que el mundo ha vivido en último cuarto de siglo. La imagen del capítulo ‘Mujeres’, de Karina Abregu, quemada por su marido alcohólico tras once años de violencia doméstica o la de la veinteañera Belén Torres, víctima de abuso sexual tras ser drogada, reflejaban a la perfección la denunciada violencia contra las mujeres. También la de las mujeres afganas, todavía más invisibilizadas tras el retorno talibán, o la mutilación genital femenina que ocurre todavía en distintas partes del mundo. Pepe Fernández, presidente de Médicos del Mundo, y la fotógrafa Mónica García Prieto acompañaron a los responsables municipales durante la lectura del Manifiesto y el minuto de silencio.
Los actos estuvieron arropados por las imágenes de la exposición “25 años de fotografía humanitaria” de Médicos del Mundo, que incluye un capítulo dedicado a las mujeres.
La concentración de la tarde cambió de lema, en esta ocasión “Navia se viste de negro”. Negras fueron también las vestimentas de algunas de las participantes al acto, sumándose así a la conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia de Género. Un negro que contrastó con la iluminación morada que lució el Paseo, como guiño a la jornada. “En otras ocasiones iluminamos de morado la fachada del Ayuntamiento, pero esta vez quisimos hacerlo en este escenario para darle mayor visibilidad a la jornada”, explica la representante municipal.
Tras el encendido de luces moradas en honor a las víctimas, llegó la lectura de textos poéticos contra la violencia machista por parte de la también concejala Vanesa Lanza. El primero, de autoría propia, inspirado en una historia real, “es sobre una chica que conocí este verano durante Las Telayas, -añadía Vanesa- es joven, tiene mi edad, así que el poema va por ella y por todas las mujeres que sufren y han sufrido violencia machista”. Tras una emocionada lectura, otra lectura de Lanza, aunque en esta ocasión del poema ‘Hibernar en la estación del miedo’ de la autora asturiana Julia Navas Moreno, puso el broche a una tarde agridulce, porque bajo el paraguas de la unión de la ciudadanía contra el machismo se denunciaba la violencia y la muerte.