Se define a la gastronomía como el arte de preparar una buena comida o la afición al buen comer. Ambas definiciones encajan perfectamente en la personalidad de Parres, un concejo que ha sabido transformar la buena materia prima asturiana en un reclamo turístico de primer nivel.
En Parres los tópicos toman tierra y se convierten en realidad. Por todos es conocido que en Asturias existe buen producto y que son muchos los profesionales que se encargan de transformarlo en platos tradicionales y en otros que se desmarcan de los sabores típicos. En este concejo del oriente ubicado en un amplio valle bañado por los ríos Sella y Piloña y en cuyos dominios se alza una parte de la sierra del Sueve, los hosteleros han sabido elevar la fama de la gastronomía asturiana a nivel de excelencia. Hasta aquí llegan los productos de la huerta, las mejores carnes y los pescados y mariscos capturados en el Cantábrico para ser los ingredientes demandados por los restaurantes y sidrerías locales que reflejan en sus cartas la gran variedad de platos que se pueden elaborar. Desde la tradicional fabada con sus fabes de la granja y su compango, pasando por el cachopo de ternera 100% asturiana hasta llegar a platos más modernos en los que la fusión de sabores y culturas es la clave. Parres tiene para todos los gustos.
Sabores de un solo bocado
Hay negocios de restauración en Parres que han hecho propia la bandera de aunar tradición y modernidad y el resultado ha sido espectacular. Una buena prueba es la de Christian de Diego. Sus padres abrieron el Restaurante Casa Pedro en 1986 y a base de mucho trabajo consiguieron levantar un negocio cuya seña de identidad siempre fue el mimo al producto y el uso de buena materia prima. «Estudié hostelería y luego estuve cerca de catorce años trabajando en restaurantes de Bruselas, San Sebastián, Madrid, Tenerife, Gijón, Oviedo o Ribadesella -comenta Christian-. La mitad de la crisis me pilló en Madrid y pensé que para estar viviendo esa situación allí mejor la vivía en mi casa con lo cual, llevo aquí desde el 2012 actualizando lo que es Casa Pedro que era un restaurante muy clásico. Seguimos manteniendo una parte de la carta que es la tradicional pero también tenemos propuestas renovadas». El restaurante que regenta junto a su madre y su hermana ha sido uno de los que han participado en varias ocasiones en el Campeonato de Asturias de Pinchos y Tapas y los resultados han sido muy positivos, lo cual ha ayudado a seguir aumentando el renombre de la gastronomía parraguesa. El primer año, en 2013, participaron con un pincho que llamaron Casa Pedro 2013, un cordero a la estaca en miniatura que fue merecedor del primer premio de Pincho Clásico. En 2016 y 2017 fueron finalistas con el pincho Cuchara de Palo y San Martín respectivamente. «Este año presentamos La Reforma y quedamos subcampeones de Asturias -reconoce Christian-. Es un plato de nuestra carta, una lasaña de Pitu Caleya que transformamos en versión miniatura para comer con las manos de un solo bocado. La verdad es que lleva mucho trabajo pero todo aquello que quieras hacer con mimo requiere mucha elaboración. No conozco ningún pincho que no la requiera. Es muy guapo llegar a la final del campeonato, aunque a veces los nervios juegan malas pasadas; tienes un tiempo limitado para preparar los pinchos y el espacio es muy pequeño porque estamos los quince restaurantes que participamos metidos en una cocina que no es muy grande».
Estrellas que más brillan
«En nuestro concejo, como en toda Asturias, hay una materia prima increíble y además en Arriondas tenemos a varios maestros que son gente en la que te fijas como Campoviejo y Nacho Manzano. Ahora mismo son el sumun de la gastronomía y yo estoy encantado de tenerlos al lado de casa y compartir experiencias con ellos». Así de categórico se muestra Christian de Diego a la hora de hablar de los responsables de Casa Marcial y El Corral del Indianu, dos restaurantes con Estrella Michelín que han conseguido que Arriondas fuese declarada Municipio de Excelencia Gastronómica. Es difícil encontrar en el concejo a alguien que no hable positivamente de este hecho. Hosteleros y vecinos reconocen que son muchas las personas que vienen atraídas por el nombre de estos restauradores pero que después prueban la gastronomía y la sidra en muchos de los locales de la zona, lo cual supone un movimiento muy importante para ellos. Tanto Nacho Manzano con dos Estrellas como Campoviejo con una, valoran que exista la pluralidad y por nada del mundo cambiarían Parres por otra zona.
Arriondas cuenta con tres Estrellas Michelín: Nacho Manzano, con dos, y José Antonio Campoviejo, con una
En 2014 el Ayuntamiento nombró Hijo Predilecto a Nacho Manzano e Hijo Adoptivo a José Antonio Campoviejo. «Fue algo que me emocionó -reconoce Campoviejo-. No olvido el calor del público y de los vecinos al enterarse de la noticia. Nos instalamos aquí hace más de 20 años a pesar de que nos decían que era una locura. El tiempo nos dio la razón. Hoy volveríamos a hacerlo, repetiríamos sin dudarlo». Por su parte, Manzano reconoce que adora el concejo y que fue aquí donde tanto sus hermanas como él aprendieron a amar la hostelería. «Cuando me formé como cocinero mi sueño era volver a Casa Marcial y montar nuestro propio restaurante. El sueño se hizo realidad», afirma Nacho.
Ingrediente secreto: el producto y la diversidad
Hay un denominador común en todos los restaurantes y sidrerías de Parres: la calidad. Desde las sidrerías más tradicionales hasta los restaurantes más vanguardistas tienen garantía de que el producto que se consume es de primera. La proximidad a los Picos de Europa y la cercanía del Cantábrico invitan a utilizar ingredientes de la tierra y pescados y mariscos como base fundamental de las cartas, que cada vez más se adaptan para ofertar el producto de temporada.
A esto hay que sumar que la Asociación Hostelería Turismo Parres (HOTUPA) organiza cada vez más jornadas en base a productos autóctonos, como por ejemplo la castaña. «Tenemos una fiesta impresionante en torno a ella y el Ayuntamiento la está promocionando muy bien -asegura su presidente Gigi Ciboutari-. Empezó siendo una fiesta de doce amigos y ya lleva celebrándose cinco o seis años. Cada vez tiene más puestos de venta, postres, platos, se realizan jornadas y se hacen pinchos en base a la castaña. La gente viene a probar una vez y luego repite. El resto del año hacemos tres o cuatro jornadas en las que la gente se implica y participa de manera activa».
La diversidad y las ganas de innovar son otras de las señas de identidad que es posible encontrar en la gastronomía en Parres. Por eso, junto a la oferta tradicional en forma de fabada, pote asturiano, cachopo de ternera, pitu caleya, oricios, fritos de pixín, arroz con leche o frixuelos… se asoman otro tipo de platos que sin renunciar a las raíces presentan nuevas texturas y sabores, dando como resultado otras experiencias culinarias. Una innovación que sigue apoyándose en el producto de cercanía y kilómetro cero.
La existencia de una extensa red de hostelería en el municipio impulsa una sana competitividad que se refleja en las mesas parraguesas a través de una manifiesta pluralidad y una necesidad de diferenciarse, eso sí, bajo el paraguas de la calidad.
-¿Cómo está actualmente el nivel de los negocios en Arriondas?
-Tenemos dos restaurantes con Estrellas Michelín y varias sidrerías en las que se puede comer cachopo, fabada, tortos, chorizos caseros… esto no falta en ningún lado. También hay varios restaurantes que, debido al tema de alergias e intolerancias alimentarias como por ejemplo el gluten, ofrecen alternativas para que la gente pueda venir a comer con tranquilidad. La mayoría se decanta por la cocina tradicional pero estamos buscando cosas diferentes y los fines de semana casi todos los locales tienen sugerencias novedosas. La gente sale a probar cosas nuevas.
-¿Qué supone tener en la zona dos restaurantes con Estrellas Michelín?
-Gracias a las Estrellas Michelín la gente sabe dónde queda Arriondas, ellos nos pusieron en el mapa. Tanto Nacho Manzano como Campoviejo son una buena promoción y mucha gente viene a comer a cualquiera de sus restaurantes pero después se toman unos culines en las sidrerías de la zona y esto genera mucho movimiento. Con ellos tenemos una promoción impresionante.
-¿En qué se ha mejorado?
-Ahora mismo el tema de la sidra está mejorando mucho y se puede hacer una ruta perfecta: con sidra bien escanciada, en su buena temperatura… En cuanto a comer, como somos tantos, trabajamos para dar mejor producto y mejor calidad. Lógicamente queremos ofrecer cosas nuevas y poco a poco ir cambiando en los clientes el concepto que tenían a la hora de salir, porque muchos dicen que no hay dinero. Influye mucho que se están celebrando bastantes fiestas en Arriondas y esto anima a la gente a salir de casa. Aquí hay muy poca industria así que hay que vivir del turismo, y al turista no le puedes engañar porque si no no vuelve.
-¿Qué nivel tiene la materia prima utilizada en los restaurantes de la zona?
-Viendo los buenos productos que existen en Asturias está claro que hay que trabajar con materia prima de la tierra. No encontrarás mejores pescados y mariscos que los que hay aquí y encima más baratos porque si vas a Madrid, el mismo producto es mucho más caro. Nosotros estamos a veinte kilómetros del mar y a veinte kilómetros de la montaña y esto se nota mucho.
-¿Hay algún evento que haya cogido especial relevancia últimamente?
-El Carnaval cada vez está cogiendo más auge y nosotros nos implicamos a tope con estas fechas. Este año repartimos 5.000 € en premios e hicimos un desfile como en las grandes ciudades.
Cada fin de semana hay un evento y por ejemplo, con la subida al Fitu nosotros buscamos ayudar en todo lo que pudimos y este año se apuntaron muchos más coches que en ediciones anteriores. Cada año la hostelería junto con el comercio, alguna asociación y el Ayuntamiento pensamos qué cosas nuevas podemos hacer y en qué otras podemos ayudar.
Al igual que la gastronomía es uno de los atractivos fundamentales que ofrece el municipio, el patrimonio natural de Parres y las posibilidades que este ofrece no lo son menos. El territorio parragués se encuentra al abrigo de las montañas y es la puerta de entrada a la llamada Comarca de los Picos de Europa. Su cercanía a este macizo de caliza que define la geografía asturiana ha hecho que este concejo se haya convertido en un destino indispensable para todos aquellos que quieran disfrutar de una naturaleza rica en paisajes y actividades al aire libre. Una buena prueba de ello es la Sierra del Sueve que se sitúa en la margen oeste del río Sella. Esta pequeña cordillera que alcanza alturas superiores a los mil metros tiene un lugar emblemático para los asturianos: el Mirador del Fitu. Desde él se puede disfrutar de unas vistas espectaculares que incluyen la rasa costera y parte del macizo de los Picos de Europa. Construido en el año 1927, cuenta con un área recreativa para poder pasar el día con todas las comodidades.
Desde este enclave es posible subir a una de las cimas emblemáticas del concejo, el pico Pienzu, una cima que con 1.159 metros de altitud se encuentra tan solo a cinco kilómetros de la costa. La panorámica desde la cumbre es todavía más impresionante.
Pero si por algo es conocido Parres es por el Descenso Internacional del Sella. Declarado de Interés Turístico Internacional, es un encuentro que cada primer sábado de agosto reúne a más de mil piragüistas llegados de todos los rincones del mundo. Arriondas se convierte ese día en el foco de atención internacional pudiendo así mostrar todos sus encantos.