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domingo 24, noviembre 2024

Los Oscos. Paisaje encantado

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En el interior de la comarca, tres concejos llevan el apellido Oscos, lo cual los aúna en un territorio separado del resto por la Sierra de la Bobia, que salva la carretera AS-11. Villanueva de Oscos, Santa Eulalia de Oscos y San Martín de Oscos conviven en un espacio más agreste, en cuyos valles discurren ramificados caudales de agua. En sus orillas se levantan diversos pueblos que viven en consonancia con la naturaleza que los envuelve con su abrazo.

Tras pasar el Alto de la Garganta, el viajero se prepara para ver inundados sus sentidos. El verde le rodea, y el silencio sólo es roto por el fluir del agua en dirección al cercano mar. La piedra se eleva y toma forma de casonas, palomares, hórreos, molinos y otras construcciones que se mimetizan con el entorno.

En Santa Eulalia de Oscos o Santalla, capital del concejo del mismo nombre, la vida crece alrededor de su plaza principal, a la que asoma el Ayuntamiento. Cerca están la iglesia parroquial, el lavadero público y la Casona de La Pruida, que se levantó entre los siglos XVII y XVIII.
Los pueblos circundantes merecen ser visitados porque permiten admirar cómo se combinan con sencillez piedra, pizarra y madera en busca de funcionalidad. Villamartín, Ventoso, Ferreira, Talladas, Teijeira, Lineras, Murias, A Valía, As Barreiras, Pumares con sus casonas o Barcia, donde se ubica la Casona de Aquel Cabo, pueden ser un buen comienzo. El camino es también importante porque ofrece la posibilidad de detenerse en las fuentes, cabazos o pajares. En Pumares o Peizáis quedan todavía mazos, aunque el mejor conservado es el que se encuentra en el Conjunto Etnográfico de Mazonovo. Ferreirela es otro pueblo emblemático, patria del relojero Joannes Antonious Fernández Lombardero, y también del emprendedor Marqués de Sargadelos, cuya casa natal es un museo que recuerda su legado. En busca de naturaleza, es imposible olvidar la Cascada La Seimeira a la que se llega por una ruta que parte desde el área recreativa de Pumares, o el bosque de robles A Carballeira A Salgueira, en la nueva Ruta Os Cortios.

Hórreo en Soutelos. San Martín de Oscos
Hórreo en Soutelos. San Martín de Oscos / Foto: Fusión Asturias

Villanueva de Oscos podría ser el siguiente destino. En nombre está asociado al Monasterio de Santa María de Villanueva; construido en 1137, funcionó como tal hasta 1835. Desde el siglo XVII tuvo en marcha una famosa herrería que enriqueció la comarca, de la cual quedan restos que pretenden ponerse en valor próximamente. La mayor parte de lo que queda en pie del monasterio es de la época barroca, con restos románicos en la nave de la iglesia y el sepulcro que se encuentra en su ábside central. Desde ahí próximamente partirá un paseo a la orilla del río Vilanova, al que se pone punto final en Santa Eufemia. En este pueblo el interés por fomentar y hacer que perduren las formas de vida tradicionales se refleja en su Ecomuseo del Pan, donde cada sábado se elabora pan artesano, con la colaboración de los niños asistentes.

También aquí aporta su propia personalidad cada pueblo del concejo. La recomendación es visitar Pacios, Vilarello y sus grandes casas de piedra; Martul, su iglesia parroquial y la Casa de los Guzmán; Morlongo y sus hórreos con cubierta de paja, típicos de Oscos-Eo, Bustapena, San Cristóbal, Salgueiras… Algunos de ellos se aparecen al caminante que decide elegir las rutas de senderismo señalizadas, a otros hay que ir específicamente, entre un paisaje alimentado por multitud de cauces fluviales.

Uno de los mazos mejor conservados es el que se encuentra en el Conjunto Etnográfico de Mazonovo.

Es momento de cambiar de lugar. San Martín de Oscos el concejo más oriental de los tres y también el más agreste. La capital se estructura alrededor de la plaza central que acoge la Iglesia de San Martín, el hórreo de Casa Curón, con techo cubierto de pizarra y paja, y el Palacio de los Guzmanes donde hoy se ubican varios servicios administrativos. En los alrededores de la villa están dos casas emblemáticas: la Casona de Cabeza da Vila y la Casona de los Pruida, ambas con capilla propia adosada.

Plaza del Ayuntamiento en Santa Eulalia de Oscos
Plaza del Ayuntamiento en Santa Eulalia de Oscos/ Foto: Fusión Asturias

Uno de los pueblos más bellos de San Martín de Oscos es Mon, en el que se encuentra el Palacio de los Mon, el Mazo de Mon a orillas del río Ahío, y la capilla de San Juan. Aunque hay muchos encantos repartidos en diversos pueblos, como un molino en Soutelo, y los castros de San Isidro y Pico da Mina, cercanos al pueblo de Bousoño. Sin embargo el resto más antiguo encontrado en el concejo, la Diadema de oro de San Martín, se encuentra repartida en diversos museos. En este territorio abundan los cortines y corripias, muestras de arquitectura típica que servían para proteger las colmenas de los osos, y para guardar las castañas recolectadas, respectivamente. Es parte de un modo de vida tradicional casi extinguido, que se recrea en la Casa del Marco, en el pueblo de Villarquille. Las estancias están dotadas de muebles y aperos empleados hasta mediados del siglo XX. Ganadería y agricultura sostuvieron hasta aquel momento el pueblo, pero mucho antes aquí se explotaba el plomo, cobre, hierro y zinc. Varias rutas permiten llegar caminando a varias minas del concejo de San Martín.

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