La historia y las tradiciones se tornan en importantes recursos turísticos gracias al trabajo de diferentes colectivos de Tineo y comarca y el apoyo de la corporación municipal.
La Fiesta de la Trashumancia
La fiesta que cada mes de septiembre tiene lugar en la Casa del Puerto de Tineo, es un homenaje a una comunidad y a una forma de vida que demostró su fortaleza y ahora vive en el recuerdo.
El entorno para ello es la braña Las Tabiernas, una de las zonas altas elegida por los vaqueiros para llevar su ganado en épocas de verano. Juan García, impulsor del evento conoce bien esta tradición por pertenecer a una familia trashumante, «nosotros bajábamos a invernar a las brañas cercanas a la Silvallana y en marzo subíamos a Las Tabiernas y estábamos hasta noviembre o diciembre». Actualmente ya no se conserva esta costumbre, «en el concejo tan solo continúa un pastor, que además está próximo a jubilarse -explica García-. La del vaqueiro era una vida dura, las familias más pudientes tenían de todo en sus dos lugares de residencia pero nosotros teníamos que desplazarnos cargando con todo, ropa de cama, el colchón de maíz, los cacharros de cocina, las ovejas, las vacas, incluso las pitas y los gatos. A los terneros, a veces tenías que llevarlos al hombro porque no andaban».
Este 2018 la Fiesta cumple treinta años de vida y una vez más se podrá disfrutar con exhibiciones de cómo cabruñar, rozar y segar con foucín, entre otras habilidades. También de las carreras de cintas a caballo, los juegos tradicionales y la entrega de la Payetsa de Plata, todo un símbolo para los vaqueiros. «La payetsa es lo que se usa para freír el tocino, también se utilizaba como instrumento musical en los bailes vaqueiros y se tocaba con una llave que es la que abría el hórreo donde se guardaba la comida».
No faltará el tradicional desfile que recrea el desplazamiento que realizaban los vaqueiros según las distintas épocas del año. Acompañado por gentes a caballo, un carro del país cargado con todos los enseres recorre la distancia que separa la braña hasta el campo de la fiesta. Apenas un kilómetro de distancia, que simboliza los veinticinco kilómetros que cubrían habitualmente, treinta y cinco cuando la abundancia de agua en los ríos obligaba a realizar un trazado más extenso.
También será posible degustar algunos de los productos gastronómicos habituales como las pulientas y el gurupo que se elaborarán in situ como parte del festejo del treinta aniversario.
Tinetenses en La Vaqueirada
Los vecinos y el Ayuntamiento de Tineo participan activamente en La Vaqueirada, otra de las fiestas que tienen a los vaqueiros como protagonistas y que reúne cada año a miles de personas en la braña de Aristébano.
La cita tiene lugar el último domingo de julio en territorio valdesano y celebra una boda conforme al rito vaqueiro. El Festival que empezó a celebrarse en el año 1959 ha ido creciendo en popularidad gracias al trabajo incansable de Carmen Martínez, Carminina, una conocida vaqueira fallecida en 2015. «El festival fue una idea del que entonces era alcalde de Valdés, y Tineo se mostró dispuesto a colaborar, -explica Jose Luis Rodríguez, miembro del Consejo Rector Vaqueiro-, así que buscaron un lugar limítrofe entre ambos. En realidad nació con el objetivo de homenajear al grupo de baile La Vaqueirada que capitaneaba Rogelia Gayo y que había ganado el premio nacional de folclore en la década de los 50. Este grupo tuvo mucha trascendencia, sus integrantes participaron en la boda de Alfonso XIII, y en la inauguración del Camp Nou, incluso bailaron para Hitler y Mussolini». Como premio a lo conseguido nació un Festival que con el tiempo devino en una exaltación de las costumbres y el folclore vaqueiro.
Actualmente, La Vaqueirada celebra el casorio vaqueiro siguiendo la tradición, primeramente el novio pide permiso a los padres de la novia y llegado el día la novia llega en un carro arrastrado por bueyes, transportando los enseres de la casa y los regalos recibidos. Acompañados por los gaiteros y el resto del cortejo tiene lugar el casamiento que luego se celebra con una comida tradicional que incluye la empanada, el lacón, el chosco, el rapón y las natas vaqueiras junto con el café de puchero. No faltan el vino, la sidra y los bailes tradicionales al son de la payetsa, la gaita, el tambor y el pandeiro.
Durante el transcurso de la festiva jornada también se nombran a los Vaqueiros de Honor, personalidades que de una u otra forma se han convertido en embajadores de la cultura vaqueira a través de colaboraciones.
Guilandeiros. Retomando tradiciones
No se sabe muy bien el origen de la tradición de los Guilandeiros pero hay quien dice que se remonta a tiempos prehistóricos. Junto a las celebraciones típicas que se realizaban en Navidad o Reyes, Tineo celebraba también de manera especial la llegada del invierno con sus mascaradas. Los mozos del pueblo se disfrazaban y formaban bandos o «cuadrichas» que iban por las casas cantando o recitando coplas para después pedir el aguinaldo. Cada «Guilandeiru» se caracterizaba de un personaje heredado de la tradición popular como el diablo, el cura, el militar, el limpiabotas, la dama o el galán entre otros, aunque también no faltan personajes típicos del concejo como los boxeadores de Murias o La Oteda, los negritos de Veiga o las bailarinas de Miño.
A finales del año 2011 la Directora de la Escuela de Música de Tineo, Rosa Fernández Delgado junto a Elías Veiga quisieron recuperar esa tradición ampliando también los estudios y trabajos de campo realizados sobre los Guilandeiros. Tras un intenso trabajo de investigación de tradiciones, en marzo del 2012 se celebró el I Alcuentru de los Guilandeiros y fue todo un éxito. Los habitantes de Tineo se volcaron al cien por cien en la recuperación de esta tradición que muchos todavía recordaban como parte de la personalidad de estas tierras del interior de Asturias. En la actualidad, el grupo de guilandeiros en Tineo es el mayor de las mascaradas de invierno asturianas, nada menos que treinta y cinco personas integran este colectivo, que año tras año deleita a los vecinos con sus risas, música e interpretaciones.