Con mucha ilusión, la localidad de Navelgas (Tineo), recupera una de sus fiestas más esperadas con 25 años de vida: el Festival del Esfoyón y el Amagosto. El 13 de noviembre, vecinos y visitantes volverán a reunirse para disfrutar de la tradición, el folclore local y los sabores de siempre.
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Tras un parón obligado por la pandemia en 2020, próximamente será posible volver a disfrutar de una de las noches más mágicas en el suroccidente asturiano, al calor de las castañas asadas y la sidra dulce. El Festival del Esfoyón y el Amagosto, que se celebra cada mes de noviembre, reivindica la cultura asturiana del maíz, de los frutos del bosque, de la sidra y el sonido de las gaitas. Esta Fiesta de Interés Turístico Regional transforma esta aldea tinetense (conocida también por su certamen anual de bateadores de oro) retrocediendo en el tiempo con un alumbrado a base de antorchas y con sus calles cubiertas de paja. Tras la ambientación en la que se implica todo el pueblo, vecinos y visitantes se visten acorde a épocas anteriores, llega la recreación de la ‘esfoyaza’, una actividad bien conocida en los pueblos asturianos que reunía a los vecinos de diferentes hogares en una casa del pueblo a la que iban a prestar su ayuda en la labor de esfoyar (deshojar) el maíz. Las panoyas de este cereal, una vez deshojadas estaban listas para enristrar. La cantidad de maíz cultivado requería del trabajo de un elevado número de personas, de ahí que la jornada congregase a muchos miembros de la comunidad. Los dueños de la casa, en señal de gratitud, invitaban a los asistentes con una merienda en la que no faltaban las castañas asadas y la sidra dulce recién mayada, transformando una jornada de trabajo en un momento de encuentro vecinal.
Los vecinos de Navelgas son los artífices de esta Fiesta que recupera algunas de las tradiciones más entrañables del mundo rural asturiano, como la esfoyaza y el amagosto.
El XXV Festival es fiel a la tradición y en un escenario mágico no solo recupera la ‘esfoyaza’ y celebra el amagosto típico de estas fechas otoñales sino que también ofrece otras actividades paralelas. Todas ellas relacionadas con el folclore y la etnografía local, de ahí que en los bajos de las paneras y cuadras del pueblo se den cita artesanos de la zona para enseñar al visitante su trabajo. No faltan las manos expertas en la fragua, el telar, la carpintería, la cerámica, la cestería o la elaboración de madreñas, entre otras muchas. Y todo ello acompañado de la degustación de frixuelos, la manteca recién hecha, las natas, los bocadillos de torreznos, la empanada, el bollo u otros de los sabores obligados en esta cita.
Aunque la Asociación Cultural El Arbedeiro fue la promotora de este festival, sus integrantes nunca se encuentran solos en la labor de sacar adelante este evento, ya que, además del apoyo municipal, son varios los colectivos vecinales que se implican y colaboran en la tarea: Asociación de Vecinos San Juan de Navelgas, Asociación de Jubilados “Río de Oro”, Asociación Mujeres del Cuarto de los Valles, etc. Lo hacen con el objetivo de enseñar a las siguientes generaciones algunas de las actividades tradicionales que se realizaban antiguamente en esta zona y de esta forma conservar su recuerdo. Para los mayores, la jornada permite revivir momentos y sensaciones muy especiales, todos ellos consiguen que la fiesta sea conocida como la Noche Mágica del Esfoyón y el Amagosto.
El “Comercio Rural” recibirá este año la Panoya de Oro colectiva que se entrega en esta jornada.
En el marco de esta celebración vecinal también tiene lugar la entrega del galardón ‘La Panoya de Oro’, el cual se entrega a “personas, empresas, asociaciones o instituciones que han participado en el desarrollo de esta fiesta o que con su apoyo y dedicación han contribuido activamente al desarrollo de toda la comarca del Cuarto de los Valles en particular, y del concejo de Tineo y Asturias en general, haciendo especial hincapié en la recuperación y mantenimiento de las tradiciones del medio rural”. En esta ocasión será una figura muy amplia la que reciba esta distinción, pues los organizadores han querido reconocer el trabajo del “Comercio Rural”, que apuesta cada día por dar vida a los pueblos y que son tan necesarios para fijar población en estas áreas rurales. Bajo este epígrafe se encuentran todo tipo de comercios de la comarca así como negocios de restauración y alojamientos. Gran parte de los mismos fueron considerados esenciales durante los momentos más difíciles de la pandemia, facilitando la vida al resto de sus vecinos.