Desde crío sintió la necesidad de expresar sus sentimientos a través del arte y para ello probó distintas técnicas. Hoy a sus ochenta y dos años, mantiene su pasión intacta y lo demuestra a través de lienzos llenos de color y mensaje. José Ramón García, ‘Monchu’, es también el autor del cartel de las Fiestas del Portal de este año.
-¿Cómo fue su acercamiento al mundo del arte?
-Desde guaje siempre se me dieron bien les manualidades y luego gustóme mucho pintar. El cartel de las Fiestas del Portal en concreto es un collage.
-Es una imagen que expresa tradición, asturianía, ¿era esa su intención?
-Yo creo que una fiesta popular debe reflejar nuestras tradiciones, tien que manifestar un poquitín lo que somos. Sería absurdo ponernos aquí a bailar por sevillanes, porque la gente que nos visita quiere ver cómo lo celebramos nosotros. Puede haber más actividades pero lo interesante es que refleje nuestra cultura. En Oviedo organizan las Fiestas de San Mateo, en Tazones de San Roque y en Villaviciosa la Virgen del Portal y eso en cada lugar tiene unas connotaciones distintas. Luego, el que quiera celebralo religiosamente que lo celebre y el que no, que no lo celebre. Pero en ningún caso creo que haya que dar la espalda a lo que ye la tradición y el origen de las cosas.
-Dice que tiene ochenta y dos años, pero uno mira el cartel y ve un diseño actual.
-Es que estoy al día. A mí me gusta mucho el arte moderno. Hasta hace bien poco no me perdía ARCO en Madrid. Ahora no aguanto mucho de pie y no hay muchos lugares para sentarse. También creo que en ocasiones más que arte lo que se expone son ocurrencies.
El diseño hoy en día se ha llevado a los extremos y ha dejado en un segundo plano la utilidad de los objetos: hay cuchillos que no valen para cortar, no te puedes sentar en una silla, los platos son muy bonitos pero son incómodos y en las copas no puedes beber. El diseño está bien siempre que sea razonable y útil.
-En su obra, cada color tiene sentido.
-Pienso que el color ye importante, los carteles tienen que impactar y no deben de complicar a la gente con lo que quiere decir. Ha de ser algo armónico. A veces hay carteles que ni siquiera llegas a leer porque la combinación de colores ofende.
En la Villa hablamos de claveles verdes, azules y colorados que ye una cosa típica y eso está representado. El amarillo es luminoso, hace destacar las cosas. Está la referencia a la danza, les manzanes. Mantener las tradiciones no es repetir literalmente el pasado sino partir de ahí para crear y eso se puede aplicar en todo, en arquitectura, música, etc.
«Una fiesta popular debe reflejar nuestras tradiciones, lo que somos»
– Es un fiel defensor de las tradiciones. Hace unos meses presentaba la exposición «Recuerdos de la aldea». ¿Qué quiere transmitir?
-Básicamente recuerdos de mi infancia, tradiciones que casi están perdidas. Cuando éramos críos, íbamos a la aldea y recuerdo los sonidos de cuando cabruñaben les guadañes, el olor del carru con la hierba, el ambiente que había en les cases, recuerdo todo eso con añoranza. Era una vida intensa con muchos sentimientos, había amistades y odios, pero nadie era indiferente, hoy casi nos ignoramos. Tropiezan contigo porque la gente va mirando el móvil y ni se enteran. Son valores que no deberían de perderse. Recuerdo en época de siega por el verano que cuando terminabas de segar el prau ayudabas al vecino a segar el suyo. Las fincas se delimitaban pero las tapias no pasaban de la barriga porque la gente hablaba y se comunicaba. Hoy, en las aldeas se levantan verdaderos búnker y no sabes quién vive dentro Eso me parece una deshumanización tremenda.