Empezaron como muchos amigos a los que les gustaba salir al monte, pero con el tiempo se fueron consolidando hasta crear Faciendo Camín, un club de montaña LGTBI abierto a todas las personas que estén dispuestas a disfrutar de la naturaleza desde la premisa del respeto a la diversidad.
Alrededor de cien personas conforman la Asociación Faciendo Camín de la que forma parte el club de montaña que lleva su mismo nombre. David Casal, presidente de la organización, explica “tenemos un Grupo deportivo general pero nuestra actividad principal es el senderismo y es el único deporte en el que estamos federados como Club”. La Asociación, que cumple dos años el próximo mes de junio, nació sin ánimo de lucro y con una vocación recreativa, cultural y deportiva. Y aunque están creciendo en actividades y experiencias, su fuerte es ahora mismo disfrutar cada fin de semana de las rutas que ofrece la naturaleza asturiana. Entre los próximos retos que tienen previsto para el mes de mayo se encuentran una circular en el Monsacro y la subida a Peña Maín.
Como otros colectivos de montaña, su origen radica en las excursiones que deciden hacer un grupo de amigos, solo que en este caso las redes sociales hicieron el resto. “Salíamos al monte y luego colgábamos las fotos, entonces la gente empezó a preguntarnos y a decirnos que les gustaría venir con nosotros. Vista la insistencia y que gente que no nos conocía de nada se apuntaba a salir a la naturaleza con nosotros -explica David- hicimos una prueba. Comprobamos que había una necesidad dentro del colectivo LGTBI de hacer actividades en la naturaleza, porque solo hay otro grupo de estas características en el norte de la península, en Euskadi. Viendo que crecía el número de personas que salíamos, decidimos crear la Asociación para poder tener un seguro de responsabilidad civil”.
“Había una necesidad dentro del colectivo LGTBI de hacer actividades en la naturaleza, porque solo hay otro grupo de estas características en el norte de la península”
(David Casal, presidente)
Faciendo Camín nació entonces con unos estatutos basados en la cultura asturiana y con el objetivo de promover actividades para el colectivo LGTBI y para cualquier persona afín al mismo. El único requisito que se precisa para participar de lo que organiza esta agrupación es respetar la diversidad y favorecer la inclusión. Desde su puesta en marcha, el grupo no ha parado de crecer y se muestran satisfechos de su evolución. “Creemos que con nuestras salidas mejoramos la imagen del colectivo. Tejemos redes caminando, porque a lo largo de estos dos años hemos conocido a un sinfín de personas, de clubes, de otros grupos que se han acercado y eso es muy bonito” añade el presidente.
La labor más importante que está desarrollando el club es la de promover un espacio deportivo seguro para cualquier persona, con independencia de su condición sexual o física. David explica que en otros grupos de montaña una persona no heterosexual escucha a veces comentarios que no le permiten estar a gusto en ese ambiente. “También hay personas -añade- que, aunque no encuentren impedimentos a la hora de formar parte de un grupo, tienen miedo, están más retraídas y tienen problemas para socializar. Por eso ha ido viniendo cada vez más gente con nosotros, nos hemos llegado a juntar hasta 60 en una ruta y poco a poco hemos creado una estructura a nuestro alrededor. Cuando empezamos como Asociación, hubo madres que se ponían en contacto con nosotros para pedirnos ayuda o consejos. En lo que podemos echamos una mano, pero como nosotros no somos psicólogos y no tenemos las herramientas necesarias para ayudarles, lo que hacíamos era ponerlas en contacto con otras personas u organismos, hacíamos una labor de puente.
El único requisito que se precisa para participar de lo que organiza esta agrupación es respetar la diversidad y favorecer la inclusión.
Como grupo deportivo abierto cualquiera que sea mayor de edad puede integrarse y participar de las actividades que organiza este colectivo. “Tenemos socios y socias heterosexuales, gente que se entera del buen ambiente que hay en las excursiones y que se apunta a venir con nosotros. Por nuestra parte, solo hay que rellenar el formulario, nosotros no preguntamos nada personal a nadie, solo hay que respetar a la gente que hay aquí y ya está, no hace falta nada más”.
La mayor parte de sus asociados provienen de la zona centro de Asturias, pero también se acercan de otros puntos de la región e incluso desde otras comunidades como Galicia, León y País Vasco. “Vienen incluso desde Barcelona, explica el presidente-, son asturianos que se han ido a vivir fuera y cuando regresan en verano a visitar a la familia se apuntan a hacer alguna ruta con nosotros. Y como la cuota anual para ser socios es tan solo de 25 euros, tenemos gente en medio país”.
Además de las salidas habituales a la montaña asturiana, el Club organiza también un campamento deportivo en Arriondas, cuya actividad principal es realizar el descenso del Sella en piraguas. El éxito obtenido tras la primera convocatoria de Folixa Cuir ha llevado al colectivo a ampliar la duración del evento de una jornada a varios días. “Cuando hemos abierto la convocatoria de este año, hubo tantas peticiones al mismo tiempo que se nos cayó la web. En apenas unos minutos se alquilaron todos los bungalows y ya se han vendido 250 abonos para el camping”, comenta Casal.
La asistencia a otras actividades que organiza la asociación, como el ballet fito o acroyoga, también cuentan con una importante participación, y se prevé que aumentará cuando el colectivo inicie una nueva etapa al disponer de una sede en el pueblo de Podes, gracias al apoyo del Ayuntamiento de Gozón y la colaboración de la Asociación de Vecinos. “Se prevé que nos la darán en estos días. Está en la antigua escuelina de Podes, un edificio de 1914 que estaba abandonado y cerrado y para el cual había un proyecto de rehabilitación. Desempolvaron ese proyecto y ahora está precioso, posiblemente nos entreguen las llaves este mes y queremos hacer un vermú musical para la inauguración. Entre las cosas que pondremos en marcha allí están los cursos de bachata sin roles de género. Compartiremos el edificio con la asociación local Muyeres, que también tiene previsto organizar actividades allí”.
La labor más importante que está desarrollando el club es la de promover un espacio deportivo seguro para cualquier persona, con independencia de su condición sexual o física.
Su establecimiento en el campo será un paso importante para el colectivo, ya que -como explica Casal- “las asociaciones LGTBI suelen estar ubicadas en ciudades, no en el medio rural. Nosotros teníamos claro desde el principio que dada nuestra actividad deportiva queríamos estar en el campo. Además, estaremos en la zona de Verdicio, un lugar precioso desde el que puedes ver el mar y los Picos de Europa”.
El colectivo colabora también en la 7ª Edición del Festival de Cine LGTBI del Centro Niemeyer que se celebrará de forma presencial del 14 al 21 de mayo en Avilés. Participan con la presentación del libro Corres como una niña de David Guerrero (@guerreando) que aborda el género y la diversidad LGTBI en el deporte (@dosbigotes, 2021).
La Asociación Faciendo Camín forma parte de la Federación Nacional de Deporte Inclusivo ADI LGTBI y también participa en el Observatorio contra la LGTBIfobia en Asturias, con el que colabora habitualmente. Como su nombre indica, además de hacer camino y dejar huella en el aspecto puramente deportivo, el club da pasos en la visibilización del colectivo LGTBI y contribuye a la creación de una sociedad justa e igualitaria, que no discrimina a ningún ser humano por razones de género.