La expresión final de Amalgama es una exposición fotográfica que muestra a mujeres reales, de las que te cruzas por la calle todos los días. De las que estudian, trabajan, se dejan la piel por conseguir sus sueños y también de las valientes que dan un paso al frente y deciden contar su historia relacionada con el machismo o el abuso.
Mostrarse tal cual. Sin ánimo de ser más pero tampoco de ser menos que nadie. Con toda la luz y también con todas las sombras. La perfección de una sonrisa, el valor de la piel sea del color que sea, el poder de una mirada, la armonía de cuerpos que se ponen frente a una cámara con el único ánimo de mostrar la belleza desde la diferencia y al margen de estereotipos. Perfectas por ser quienes son. Este año en Asturias muchos proyectos de signo femenino han visto la luz y se han comprometido con la necesidad de dar visibilidad a una realidad que viven actualmente muchas mujeres que son víctimas de la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones. Amalgama ha sido una de ellas. A través del arte, la pintura, la música, la poesía, la danza y la fotografía, Vanesa Álvarez Iglesias puso en marcha este proyecto en el que han tenido cabida todos aquellos que se han querido sumar de manera visible o invisible. Es una idea sin género y tal y como ella misma dijo el día de la presentación: «Todas somos diferentes, pero todas formamos parte, y tenemos que tomar parte. Amalgama somos todas las chicas que aparecen en las fotos. Las personas que nos han ayudado a que este proyecto salga adelante. Sois vosotros y vosotras, los espectadores, Andrea, Amanda, Voces Compartidas, Ángela, Sara, Rodrigo, La Bella Solera, el Ayuntamiento de Navia y la Concejalía de la Mujer. Eres tú Diego, soy yo, son todos los padres y las madres que educan a sus hijos en la igualdad y en la no violencia, es cualquier persona que esté dispuesta a levantar la voz por todas las mujeres».
-¿Cómo nació el proyecto?
-Un día, cuatro chicas de Navia a las que nos gustan mucho las fotos estábamos hablando y surgió la idea de hacer una sesión para nosotras, sin ningún tipo de connotación. Después, a raíz de un caso de un fotógrafo que acosaba a sus modelos hice un directo en Instagram hablando sobre este tema y contando experiencias personales relacionadas con el machismo y el abuso y animando a más chicas a que hicieran lo mismo. La respuesta fue increíble, entonces decidí que era el momento de hacer algo más grande. La gente tenía ganas de hablar, era el momento de empezar a impulsar una idea para que naciera algo bonito. Cogimos todas las fotos que ya teníamos preparadas, nos pusimos en contacto con más chicas y preparamos lo que ahora es Amalgama.
«Lo que quería conseguir es que los asistentes vieran a chicas normales y corrientes con las que se cruzan por la calle constantemente y que de pronto, las ven en una exposición, que ellas son modelos de la vida»
-Es un proyecto de marcado signo femenino pero también hay colaboraciones de hombres en las que la nota predominante es la sensibilidad…
-El porcentaje de mujeres que colaboran es más alto que el de hombres pero por ejemplo las fotos las hizo un amigo que se llama Diego Díaz Larriety. Me parecía importante que hubiera una participación de hombres y por eso contamos con él que además hace unas fotos increíbles. Queríamos que lo que teníamos que decir las mujeres, que somos las protagonistas del proyecto, estuviera respaldado por los hombres, que se viera que ellos también apoyan nuestra lucha y que tienen algo que decir, no de nosotras sino por nosotras. La verdad es que tengo que dar las gracias a toda la gente que vino a verlo, a los que nos han ayudado con el proyecto, a las chicas que en su momento me hablaron por Instagram para contar sus historias y a todos los que nos están animando a que esto siga. También al Ayuntamiento de Navia, que nos ayuda un montón.
Superar los prejuicios y tomar la decisión de ponerse frente a la cámara no resultó fácil para las mujeres participantes en este proyecto
-¿Hay que superar muchos prejuicios a la hora de ponerse frente a una cámara?
-Sí, fue difícil conseguir que todas participaran. Todo fue muy bien pero a la hora de la verdad todas tenemos complejos y no todo el mundo está dispuesto a ponerse delante de una cámara porque impone muchísimo, la verdad es que a mí también me daba mucha vergüenza. Estoy muy agradecida a todas las chicas que quisieron participar. Lo que quería conseguir es que los asistentes vieran a chicas normales y corrientes con las que se cruzan por la calle constantemente y que de pronto, las ven en una exposición, que ellas son modelos de la vida.
-¿Tenéis proyectos de cara al futuro?
-Viendo la repercusión que tuvo la iniciativa se nos propuso empezar en Navia un movimiento por la mujer porque actualmente no hay nada más aparte de lo que organiza el Ayuntamiento. Además de seguir haciendo exposiciones de temáticas relacionadas con esta línea, tal vez algún día esto deje de ser una exposición y pase a ser un movimiento. Es una de las cosas que me planteaba para mí misma, ser o no un ejemplo moral porque, al final, ninguno lo somos y la gente toma referencias. Somos gente joven.
Actualmente el Facebook de Amalgama sigue recogiendo historias personales y uniendo a las mujeres en su tarea de alzar la voz contra la desigualdad y las actitudes machistas.