En la primera parte del reportaje estudiamos el escenario en el que se encontraba Asturias en este momento de la mano de varios expertos; también de que toda crisis conlleva un proceso de destrucción y transformación por el que vamos a tener que transitar y de la gran ayuda que van a suponer los fondos europeos en este cambio estructural que hemos de abordar más pronto que tarde.
En esta segunda parte hablaremos de nuestras potencialidades y de ambiciosos proyectos para actualizar la industria asturiana al siglo XXI.
Transformar los problemas en potencialidades
Asturias puede convertirse en un lugar de referencia en la inversión, el desarrollo y la innovación ligados al sector de la tercera edad.
Muchos expertos dan la vuelta a esta problemática y hablan de convertirla en una gran oportunidad. Asturias puede convertirse en un lugar de referencia en la inversión, el desarrollo y la innovación ligados a este sector de población; una región especializada en servicios e industrias para la tercera edad que desarrolle nuevos modelos de atención y cuidados. La denominada ‘economía de cuidados’ puede convertirse en uno de los sectores con más futuro.
Nuestro paraíso rural es también un recurso natural que ofrece bienes de primera importancia que abren un mundo de posibilidades de negocio y puestos de trabajo que están sin explorar, desde el aprovechamiento de la masa forestal (biomasa), el cuidado del territorio o la producción de alimentos de calidad aprovechando la buena acogida que tienen los productos asturianos. Hay muchos ámbitos en los que encontrar posibilidades de generar bienestar, empleo e incluso riqueza vinculada al desarrollo rural. Se trata, sin duda, de un pilar importante que hay que tener en cuenta a la hora de repensar esa nueva Asturias que tanto necesitamos.
Hidrógeno verde, una gran apuesta.
La Oficina de Proyectos Europeos del Principado ha recibido 262 propuestas que suman una inversión superior a los 17.000 millones de euros para optar al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, fondos que van a servir para actualizar la industria asturiana al siglo XXI. “Doy mucha importancia, -nos comentaba el presidente del Principado Adrián Barbón- a la transformación de nuestro sector industrial, la utilización de estos fondos europeos para actualizar y crear una industria de futuro en la región. También a proyectos que potencien las nuevas formas de producción de energía, renovables u otras relacionadas con el hidrógeno, así como la digitalización de las empresas. Ahí está el reto del futuro y, por tanto, es lógico que los fondos se destinen a este ámbito”.
El denominado hidrógeno verde -porque tiene residuos cero- podría convertirse en la forma más barata de energía que serviría no solo para repostar nuestros vehículos sino también para alimentar a la industria.
De esos 262 proyectos 34 de ellos están relacionados precisamente con el hidrógeno, energía que en este caso se obtiene del agua mediante la electrólisis, un proceso que requiere de una importante fuente de energía que en este caso sería solar o eólica. El denominado hidrógeno verde -porque tiene residuos cero- podría convertirse en la forma más barata de energía que serviría no solo para repostar nuestros vehículos sino también para alimentar a la industria.

El Principado aspira a atraer proyectos que incluyan todo el ciclo de producción del hidrógeno, desde parques eólicos a almacenamiento y consumo del recurso energético. La Empresa Nacional del Gas, Enagás, ha propuesto a la UE un proyecto de 400 millones para producir hidrógeno en Asturias, aprovechando la planta de regasificación de su propiedad que se encuentra en El Musel. Esta instalación serviría de almacén y lanzadera para desde ahí exportar el combustible a otros países europeos. El proyecto en cuestión se denomina Green Spider (araña verde), ya que su objetivo es crear una red de producción y circulación de hidrógeno verde por toda Europa. El Principado no es la única comunidad que participaría en esta iniciativa, también lo harían País Vasco, Castilla y León, Aragón y Baleares. De aprobarse, El Musel se convertiría en uno de los puntos clave de este gran proyecto de ámbito europeo.