Un año más llega la Feria de la Miel de Boal, un encuentro en el que se dan cita los amantes de este producto natural que ha acompañado al hombre desde la más remota antigüedad.
No se conoce a ciencia cierta quién descubrió la miel pero sí se sabe que es un producto que el ser humano ha utilizado desde sus orígenes. Buena prueba de ello son las pinturas rupestres que aparecen en la Cueva de la Araña (Bicorp, Valencia) que datan de 7.000 años a.C., en la que aparecen pinturas de un hombre recolectando miel. De ahí en adelante la historia ha colocado este producto producido cien por cien de manera natural en diferentes escenarios: los egipcios aseguraban que provenía de las lágrimas del Dios Ra y formaba parte de todas sus ofrendas religiosas, Hipócrates la utilizó para curar afecciones de la piel, úlceras y aliviar dolores y en la mitología griega estaba considerada como el alimento de los Dioses del Olimpo. Los aztecas y los incas la utilizaban en las ceremonias de iniciación y purificación, y en la Biblia y en el Corán son varias las menciones que elevan a sagrados a la miel y a las abejas.
La historia está plagada de menciones que tienen a la miel como protagonista y, sin lugar a dudas, Boal escribe también parte de esa historia a través de una feria que, edición tras edición, se ha consolidado como una cita ineludible para muchos amantes de este producto tan apreciado en nuestra sociedad. Los próximos días 28 y 29 de octubre la localidad celebra una nueva edición y, como todos los años, la clave de su éxito será la calidad de los productos, pero también el compromiso de los habitantes de Boal que se vuelcan al cien por cien para que todo salga perfecto.
En el marco de la Feria tienen lugar conferencias, talleres, mesas redondas, exposiciones, artesanía, concursos gastronómicos, concurso de carteles, expositores que ponen a la venta su producción y premios de gran tradición como «El Cortín», creado a fin de reconocer el trabajo de promoción de la apicultura llevado a cabo por personas e instituciones tanto a nivel regional como nacional. El cartel se cierra con música tradicional y concursos para los más pequeños, que también encuentran en estos días un espacio en el que adentrarse en el apasionante mundo de la miel. El menú de la feria que oferta la restauración local es el complemento perfecto para un dulce fin de semana en Boal.
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