Año tras año vuelve a confirmarse el grandísimo poder de convocatoria de este evento, que en su pasada edición reunió a 2.500 navegantes en torno a 43 embarcaciones a cada cual más variopinta, más un público de miles de incondicionales.
Este año, la cita batirá records previsiblemente, porque la fiesta de Laviana es una de las más concurridas del verano astur.
Es una fiesta contagiosa. El que la conoce quiere contarlo para poder volver el año próximo acompañado de más amigos. Así, una edición tras otra, el Descenso crece, gana adeptos y fama de buen ambiente. Posiblemente todo lo que se cuente sea cierto, no obstante, el mejor consejo que puede darse es que hay que venir y verlo cada uno con sus propios ojos.
Todos los años se reproducen escenas similares. Siempre el mismo esfuerzo titánico de los participantes por llegar al final del trayecto con su nave en las mejores condiciones posibles. Claro que eso resulta sumamente complicado y la mayoría de las embarcaciones participantes alcanzan la meta seriamente perjudicadas. Y ahí está la gracia. En el trabajo de los esforzados navegantes por mantener a flote su peculiar navío, sorteando los embites, sosteniendo las estructuras, remojándose en el río Nalón para ayudar desde el agua, jaleando y vitoreando para mantener alta la moral de la tripulación. La fiesta también está en la orilla, donde centenares de personas animan a los marineros y les dan todo su apoyo moral para que logren culminar la hazaña. Al final, quien más, quien menos, acaba remojado. Ése es el ambiente del Descenso, un jolgorio sano para una carrera imaginativa e insólita. Espectacular, divertida, única.
El año pasado el primer premio (la Sopera) fue para la Peña Los Barettini por su embarcación “Shrek en el país de Muy Muy Lejano”.
Antes de eso y para calentar motores, los participantes desfilan por las calles de La Pola mostrando sus embarcaciones y haciendo gala del buen humor del que tendrán que echar mano más tarde para llegar a buen puerto. Imprescindible saber cantar el Chalaneru, himno oficial u oficioso de la fiesta, para sentirse integrado desde el principio. Luego, los patronos de cada embarcación se ponen al timón -es un decir- para dar instrucciones a sus grumetes, y todos al agua. Hay embarcaciones de todo tipo, desde las más imaginativas y elaboradas hasta cualquier tipo de artilugio flotante, como ruedas o flotadores de diverso pelaje.
¿Y qué busca toda esta tropa? ¿Por qué se lanza río abajo desafiando la prudencia y la cordura? Pues para ganar la Sopera, el mayor honor de la fiesta dotado además con mil euros. La pasada edición la Sopera fue a manos de la Peña Los Barettini -bien conocidos en el Descenso y ganadores también de la edición 2009- con una embarcación inspirada en el ogro verde ‘Shrek en el país de Muy Muy Lejano’. También hay premio para los más pequeños, una Soperina para la categoría infantil que fue para la ‘Caravana de futuros parados’. Premio a la imaginación, la originalidad y el buen humor. 
Laviana en fiestas
Las Fiestas de Nuestra Señora del Otero, el día 15 de agosto, son un homenaje a la patrona de Santa María de Laviana, que baja en procesión desde su santuario en la Iglesia de La Pola. Durante las fiestas se celebra una jira en La Chalana, hay reparto del bollu y el vino; además de verbenas y actividades para todas las edades. Pinche aquí para ver más reportajes de este concejo