Confieso que leí aquel artículo atraída por su título: Los sexalescentes, una vida por delante. Aquella palabreja me llamó la atención. Hablaba de personas que habían cumplido los 60 y se manejaban en redes sociales, cuidaban de su salud, se mantenían en forma, tenían una vida sexual activa, se enamoraban, algunos habían decidido estudiar, viajar, ampliar su círculo de relaciones…, continuaban creando nuevos proyectos de vida para esta nueva etapa que empezaba. Pensé, qué interesante, es más, si echaba un ojo a mi alrededor podía identificar perfectamente a muchas personas que encajaban con esta filosofía de vida.
Hasta hace 40 años una persona que se aproximaba a esa edad se iba preparando para la jubilación. Eso quería decir, en la mayoría de los casos, que iban a cambiar sus hábitos de vida: empezaría a pasear o cuidar a los nietos, jugar la partida en el bar y buscarse alguna afición para ayudar a matar el tiempo. Pero las personas que ahora están entre los 60 y 75 años pertenecen a la generación de los baby boomers, que no tiene nada que ver con aquella que le había tocado vivir la guerra, la posguerra y todos aquellos años tan complicados en nuestro país. Hoy la ciencia ha evolucionado, la calidad de vida es mayor y un sexagenario suele mostrar una vida activa en todos los sentidos.
Detrás de su aspecto cuidado y juvenil se encuentra una vida inteligente que no hace más que aplicar la experiencia de los años en un cuerpo que, cuidándolo, saben que va a tener tela para rato.
No nos confundamos. Sus comportamientos no deberían de ser interpretados como una forma de negar el paso del tiempo, nada más lejos de la realidad. Detrás de su aspecto cuidado y juvenil se encuentra una vida inteligente que no hace más que aplicar la experiencia de los años en un cuerpo que, cuidándolo, saben que va a tener tela para rato. ¡Ah! Y algo muy importante, viven ajenos al ‘qué dirán’.
Esta generación se preocupa por su salud, razón por la cual hacen ejercicio, practican deporte, caminan diariamente. En los gimnasios cada vez hay más personas que superan los 60 y ahí están reduciendo barriga, marcando músculo y fortaleciendo glúteos, además tienen la suerte de tener tarifas especiales. Ayuntamientos como el de Avilés, tienen incluso programas gratuitos de gimnasia para mayores de 55 años.
Su vestimenta no es oscura. La ropa pone en evidencia lo que sentimos, lo que nos gusta, refleja nuestra forma de ser y estado de ánimo. El cumplir años no tiene nada que ver con ropa aburrida, así que se atreven a jugar con los colores dando prioridad a los diseños cómodos.
Muchos utilizan el estudio para mantenerse activos. Hacen cursos, se apuntan a talleres, y algunos hasta se animan a estudiar una carrera. El pasado año se matricularon 747 personas en el Programa Universitario para Mayores de la Universidad de Oviedo (POMUO).
No es que hayan nacido con las nuevas tecnologías, pero sí han tenido que reciclarse y aprender, por tanto, manejan el móvil y la tablet, y se mueven por redes sociales.
La palabra jubilación viene del latín jubilare que significa ‘gritar de alegría’ y es así como se lo quiere tomar esta nueva generación.
Estos ‘nuevos jóvenes’ tienen aún por delante veinte o veinticinco años más de vida activa y cuando las fronteras de vida se amplían, surgen nuevos proyectos, relaciones y ¿por qué no?, amores.
La palabra jubilación viene del latín jubilare que significa ‘gritar de alegría’ y es así como se lo quiere tomar esta nueva generación contrastando con otros que lo siguen viendo como una etapa ligada al declive y deterioro. Todo es cuestión de actitud.
Según datos del último Padrón de Habitantes, 236.000 asturianos tienen más de 65 años, lo que supone un 25,71% del total de la población, un porcentaje que irá incrementándose con el tiempo.
La vida no se acaba a los 60 y nos encontramos en un lugar ideal para disfrutar de esta etapa. No lo decimos nosotras, que también. El canal estadounidense Property Invest Pro ha elegido al Principado de Asturias como mejor destino de España para jubilarse, es “un gran sitio para vivir” por “su clima agradable, coste de vida asequible y calidad de vida (…) Sus opciones culturales y gastronómicas son infinitas”. Según la OCU, una de las mejores ciudades del Principado para jubilarse es Gijón, según un estudio realizado el pasado mes de febrero.
Reconozco a esta nueva generación, su espíritu, su filosofía de vida, es un soplo de aire fresco, esperemos que su movimiento sea contagioso.