Es farmacéutico en San Juan de la Arena. Está especializado y es un apasionado de la Formulación Magistral, actividad por la que ha sido reconocido con varios premios a nivel nacional. A Martín Ramírez de Diego le apasiona la divulgación, colabora con varios blogs y con la TPA para acercar el mundo de la medicina al ciudadano. Es también el delegado de Farmamundi en Asturias.
El tiempo se para cuando entra en su laboratorio. Podríamos decir que es un alquimista del siglo XXI pero hoy las fórmulas magistrales están muy lejos de aquello, ya que han de seguir unos protocolos específicos y responder a una normativa muy estricta. Es la solución perfecta para algunos pacientes y enfermos que no pueden cubrirse con los medicamentos que se comercializan de forma industrial y una interesante alternativa que puede ayudar a minimizar el impacto asistencial de la falta de suministro de medicamentos en las farmacias.
-Empecemos hablando de algo que nos afecta a todos, el problema del desabastecimiento de algunos medicamentos. El año pasado se dispararon un 150% más que el año anterior y este año no parece ser distinto. ¿Cuáles son las causas?
-Sí, este año está siendo aún peor. La causa principal es el precio. Tú piensa, tienes un fármaco vasoactivo que trae tratamiento para 28 días y lo estamos vendiendo por 87 céntimos cuando un café ya te cuesta más. Por ese precio un laboratorio farmacéutico -acostumbrado a trabajar con márgenes más amplios de rentabilidad- fabrica lo justo que le demanda la ley de manera que cuando hay un aumento del consumo por las razones que sean, -en estos momentos está pasando con los antibióticos al aumentar los casos de infecciones aéreas-, los laboratorios no tienen producción suficiente para hacer frente a esa demanda. A ello hay que sumar la crisis de abastecimiento de materias primas, crisis agravada a raíz de la pandemia ya que muchas de ellas vienen de China; pasó con las mascarillas o el gel hidroalcohólico y ahora pasa con los principios activos.
“El problema de la falta de suministros de algunos medicamentos está provocado por el bajo precio de algunos de ellos y la crisis de abastecimiento de materias primas que vienen de China”
-¿Siempre faltan los mismos medicamentos?
-Bueno, se suelen repetir de forma cíclica. En invierno suele pasar con los antibióticos al aumentar la demanda. Las amoxicilinas (antibiótico para tratar infecciones), por ejemplo, son muy especiales de fabricar y la mayor parte de la producción viene de China. Cualquier incidencia allí se convierte en un grave problema global. En el caso del Orfidal (tranquilizante ansiolítico) la caja de 50 comprimidos se está vendiendo a 1.80€, pues el laboratorio prefiere fabricar otro medicamento que pueda vender a 60€ que no invertir los recursos en algo que no le es rentable. En el fondo es la misma máquina la que hace unos comprimidos u otros. La industria pierde interés en determinados medicamentos y se reducen las empresas que los fabrican. Una pescadilla que se muerde la cola.
-Meses atrás, durante el pico de la epidemia de gripe, algún médico llegó a quejarse de no tener medicamentos que recetar por el desabastecimiento de las farmacias. ¿Puede llegar a producirse un problema de salud pública?
-En la mayoría de los casos siempre hay un medicamento alternativo disponible, no habría motivo para la preocupación. En ocasiones el médico no conoce todos los que hay, eso es más grave todavía, y ahí los farmacéuticos podríamos ayudar; he de confesar que la conexión entre nosotros es un poco deficiente. Te pongo un ejemplo, existía hace 25 años un medicamento para los mareos que se llamaba Dogmatil, hace 12 años que no se fabrica y aún recibo en la farmacia recetas con ese fármaco. Ahí está fallando algo. Otro ejemplo: hoy pasó una señora buscando un medicamento para su padre para la tensión. Resulta que no lo están fabricando por falta del principio activo en el laboratorio así que hablamos con ella para que el médico le sustituyera ese medicamento por otro.
En las farmacias tenemos un programa que se llama FarmaHelp que nos permite contactar con las farmacias de nuestro entorno cuando un paciente necesite algún medicamento y no dispongamos de él. Yo vi que el medicamento en cuestión lo estaban buscando muchas farmacias, había problema de abastecimiento. La respuesta de la cardióloga a ese paciente fue que siguiera buscándolo. Si te están diciendo que hay un problema, aporta soluciones. Hay que buscar la manera de arreglar esto. No son casos aislados.
“En el caso del Orfidal (tranquilizante ansiolítico), la caja de 50 comprimidos se está vendiendo a 1.80€, así que el laboratorio prefiere fabricar otro medicamento que pueda vender a 60€, prefiere invertir los recursos en algo que le es rentable”
-¿Cómo estáis viviendo los farmacéuticos todo esto? ¿Qué soluciones estáis dando?
-Es muy duro porque la gente cree que es culpa tuya el hecho de que no tengas un determinado medicamento a pesar de que te esfuerces en explicárselo bien. Si lo pudiera conseguir te diría ven por la tarde, no voy a ser tan tonto como para rechazar una venta. Por ejemplo, esta semana estoy de guardia y el sábado me quedé sin un jarabe que es el que más se utiliza para los catarros, para expectorar y limpiar. Había problemas de abastecimiento y no podía conseguirlo. Tuve que decir que no a dos pacientes y a uno en concreto le pareció mal porque pensó que era culpa mía. Hasta llamé a otras farmacias de guardia sin éxito. Cuando se dan esas circunstancias estamos todas igual.
-Tú también fabricas medicamentos individualizados, las denominadas fórmulas magistrales, para pacientes concretos, algo poco habitual.
-Sí, como farmacéutico elaboro medicamentos adaptados a las necesidades farmacológicas y clínicas del paciente, prescrito por un médico, que son exactamente iguales a los industriales, pero a menor escala. En ocasiones, las necesidades específicas de algunos pacientes no pueden cubrirse con los medicamentos que se comercializan, necesitan que se cree un recurso a medida. Es ahí donde entran en juego las fórmulas magistrales.
-¿Necesitáis algún tipo de autorización para realizar las fórmulas magistrales?
-Podemos hacerlo todo, siempre y cuando tengamos acceso al principio activo y estemos autorizados a elaborar la forma farmacéutica en particular. Por ejemplo, puedo hacer cápsulas, supositorios, cremas, lociones, jarabes… siempre que tenga acceso al principio activo, una receta de un médico y bibliografía que me demuestre que ese medicamento se puede hacer y tiene todas las normas de calidad que se necesitan.
“A veces, las necesidades específicas de algunos pacientes no pueden cubrirse con los medicamentos que se comercializan, necesitan un recurso a medida. Es ahí donde entran en juego las fórmulas magistrales”
-¿La fórmula magistral no podría ser una solución a las faltas de suministro de ciertos medicamentos?
-Es una opción totalmente viable. Por ejemplo, en Francia, la amoxicilina, que es un problema muy gordo al que tuvieron que enfrentarse este invierno, la elaboran las farmacias formuladoras. Su legislación les permite coger una especialidad farmacéutica -una cápsula de 500 miligramos de amoxicilina- y a partir de ahí hacer un jarabe para un niño. En España eso no está permitido. Nosotros tenemos que partir siempre del principio activo.
-Sois una de las pocas farmacias en Asturias que hacéis fórmulas magistrales para otras…
-En Asturias hay 550 farmacias, de las cuales 150 pueden tener un laboratorio habilitado para elaborarlas, y de ellas, unas 30 hacemos fórmulas magistrales a terceros. A algunas farmacias no les compensa elaborar fórmulas magistrales por razones económicas, pierdes mucho tiempo en buscar la bibliografía para poder hacerla, llamar a proveedores y horas en el laboratorio. Por eso muchas farmacias subcontratan ese servicio. Nosotros es una de las líneas que más trabajamos.
-Se nota que es un trabajo que te gusta.
-Me encanta. Mira, yo soy sordo, tengo una incapacidad auditiva muy grande, llevo audífonos. Atender al público es algo que me cuesta, a veces oigo mal a la gente, y con mascarillas ya ni te cuento. Así que, cuando entro en el laboratorio es como entrar en un mundo apasionante, lleno de posibilidades; es mi santa sanctórum, aquí lo gobierno yo todo.
-Demostráis que es posible investigar, innovar, desde un pequeño laboratorio de farmacia de pueblo, no hay que irse a las grandes ciudades.
-No, ¡qué va!, solo se necesitan tener buenas ideas y ganas. Se puede innovar, siempre hay una manera mejor de hacer las cosas. Como decía Arquímedes, “dadme un punto de apoyo y moveré el mundo”. Yo opino lo mismo. Hay una cosa que siempre les digo a mis ayudantes o a la gente que viene de prácticas al laboratorio: “Vas a trabajar conmigo, verás que hago las cosas de una manera concreta, pero yo no soy perfecto. Si ves algo que se puede mejorar, me lo dices, valoramos la idea y si es factible, la aplicamos. Siempre se puede aprender y mejorar”.
-Eres ponente en congresos especializados en formulación magistral, das charlas y conferencias, colaboras con la TPA para acercar el mundo de la medicina al ciudadano. ¿Por qué crees que se ha ido separando la medicina del ciudadano?
-No lo sé, no sabría qué contestarte, me haces pensar. Puede que sea la influencia de las nuevas tecnologías, la relación interpersonal a veces también se complica, entran en juego muchas cosas. Luego, creo que los farmacéuticos somos uno de los mayores incomprendidos del sistema sanitario porque nos tienen aquí pero no aprovechan nuestros conocimientos. Esto cambió durante la pandemia porque no quedó otro remedio, el sistema sanitario que conocimos en ese momento fue fabuloso. Nosotros estamos preparados para colaborar en muchos aspectos, aportar soluciones, somos los más cercanos a los pacientes en el sistema sanitario.
“Creo que los farmacéuticos somos uno de los mayores incomprendidos del sistema sanitario porque nos tienen aquí pero no aprovechan nuestros conocimientos. Cambió durante la pandemia porque no hubo otro remedio”
-En vuestro caso supongo que al ser una farmacia de pueblo la relación con la gente es más próxima, conoces al que tienes al otro lado.
-Sí, es muy distinto. Aquí no soy Martín, soy Martinín. Cuando estoy en el laboratorio, y oigo: “¿Anda Martínin por ahí?” ya sé que tengo que salir, no falla. Eso lo agradezco muy positivamente porque están demostrando que te quieren, que tienen confianza en ti. Aunque esa misma confianza haga que luego estés tomando café por la mañana, leyendo el periódico tranquilamente, con tu móvil apagado para evitar interrupciones y te venga uno a preguntar por tal o cual medicamento… son gajes del oficio.
-Te dieron el premio Cinfa a la innovación por tu proyecto Wiki Formulación y en febrero volviste a ser reconocido por este laboratorio español con otro premio a la innovación y sostenibilidad.
-Sí, es el más bonito. Wiki Formulación tenía el objetivo de compartir conocimiento de manera gratuita; era una base de datos de Formulación Magistral abierta a todos los profesionales que quisieran consultarla, hoy sigue funcionando. El premio de la sostenibilidad nos lo dieron por el compromiso de nuestra farmacia con la Agenda 2030, los Objetivos de Desarrollo Sostenible tanto dentro de la farmacia -ahorro energético, uso de materiales ecológicos, reciclaje- como con otro tipo de acciones que ponemos en marcha para poner fin a la pobreza -colaboraciones con el Banco de Alimentos-, campañas de promoción de la salud, etc.
“El proyecto Wiki Formulación tenía el objetivo de compartir conocimiento de manera gratuita; era una base de datos de Formulación Magistral abierta a todos los profesionales que quisieran consultarla, hoy sigue funcionando”
-Estáis haciendo un montón de cosas desde San Juan de la Arena.
-Sí, no paramos. Soy un hombre muy inquieto y como se suele decir, detrás de un hombre siempre hay una gran mujer. En mi caso -soy un privilegiado- no hay una si no dos, mi hermana y mi esposa. Si no fuera por ellas, nada de esto sería posible.
-¿Ambas trabajan en la farmacia?
-Mi hermana sí es farmacéutica, llevamos todo al 50%; mi esposa es abogada, pero nos ayuda mucho en todo, es como una secretaria online que soluciona todo el entramado legal. Entre todos formamos un buen equipo. Me parece un chollo trabajar con ambas, lo digo de corazón.
-Llamó también la atención el programa que hicisteis en colaboración con el SESPA de mantenimiento con Metadona que combinaba la Formulación Magistral con los servicios farmacéuticos.
-Fue una experiencia que me encantó a nivel profesional y humano. Dispensamos tratamiento a 8 o 10 personas y conseguimos que 5 de ellas dieran cero en Metadona. Ese fue el mejor regalo. Tratábamos con drogadictos, gente que se supone es marginal y las respuestas fueron muy humildes y de mucho agradecimiento. Alguno volvió para darnos las gracias por el trabajo y el trato recibido. Esas cosas hacen que nuestra profesión merezca la pena. Ahora seguimos teniendo Metadona, estamos dados de alta para hacer esos tratamientos, pero el SESPA cambió el sistema. Por decirlo de alguna forma, ahora no tenemos clientes.
“En Farmamundi somos proveedores de la Agencia Española de Cooperación, (…) tenemos kits de emergencia para poder dar cobertura sanitaria a una población de 10.000 personas durante tres meses”
–Eres el delegado en Asturias de Farmamundi y vuestra farmacia dona el 0,8% de las ganancias a esta ONG. ¿Qué proyectos tenéis en marcha?
-Sí, eso es siempre para Farmamundi, sin discusión alguna. En la organización tenemos un Fondo de Emergencias que pusimos en marcha rumbo a Turquía y Siria cuando se produjo el seísmo para llevar kits básicos de alimentos, higiene, mantas y ropa a la población civil, así como medicamentos y hospitales de campaña. Estamos también en Ucrania y luego siempre tenemos proyectos abiertos tanto en África como Centroamérica. En Farmamundi somos proveedores de la Agencia Española de Cooperación, ellos contratan con nosotros hospitales de campaña donde se pueden atender a unas 200 personas durante 24 horas, también tenemos kits de emergencia para poder dar cobertura sanitaria a una población de 10.000 personas durante tres meses. Tenemos preparado siempre este material y cuando hay una emergencia y oyes que un Hércules del Ejército lleva cinco o seis toneladas de ayuda humanitaria a un sitio y lo hace en dos días, es precisamente por eso.
-En Asturias, ¿cuál es tu cometido?
-Aquí hacemos captación de socios, de dinero, atención a las farmacias, coordinamos las donaciones de medicamentos con el área logística correspondiente de Farmamundi para que lo organice; nos presentamos a las subvenciones del Principado y de los ayuntamientos de Gijón y Oviedo, y luego voy donde me llaman: una mesa redonda, una charla, un debate. No sé decir que no y ese es mi mayor problema. Soy el punto de enlace de la organización entre las personas y los organismos en el Principado.
-Llega pasión por todo lo que haces.
-Sí, y de ello tienen mucha ‘culpa’ las dos mujeres que tengo a mi lado que me dejan barra libre para hacerlo y me apoyan en todo.