Es conocido por sus fotografías, especialmente por el Premio Pulitzer que consiguió en 1995, junto a otros compañeros de Associated Press, por su trabajo en Ruanda. Hay muchos más premios, muchas más imágenes. Sin embargo, Javier Bauluz se ha embarcado en una aventura nueva: sin abandonar la cámara, pero usando ya todos los medios a su alcance, busca dar salida a un periodismo libre y en red.
«El periodismo debe ser un servicio público»
Bauluz está releyendo a Orwell, y se escandaliza. ¿Cómo hace sesenta años se pudo escribir una novela tan actual? ¿Cómo acertar de forma tan exacta, tan profética? Esa sociedad totalitaria y represora de 1984, donde la manipulación es la tónica y donde no existe el libre pensamiento, le suena a Bauluz demasiado cercana, demasiado real.
Pero no desesperemos: Bauluz y otros compañeros se han embarcado en crear una productora de periodismo independiente, donde los Derechos Humanos marcan el enfoque. Es básicamente lo que ha hecho siempre, «con la novedad de trabajar con más gente, y además aprovechando todas las herramientas disponibles: vídeo, audio, texto, fotografía, o un producto multimedia donde se junten varios».
-Periodismo y Derechos Humanos siempre han ido de la mano en tu trabajo.
-En el pasado Encuentro de Fotoperiodismo, los asistentes elaboramos un manifiesto llamado «Sobre Periodismo y Derechos Humanos», en el cual se establece básicamente lo que decía Orwell: en tiempos de mentira decir la verdad es algo revolucionario. Creemos que en este momento de la historia los MTC (Medios de Comunicación Tradicionales) han perdido en gran medida la independencia de los periodistas, que no deben estar sometidos a intereses particulares, políticos y económicos. El marco ético del periodismo es la Declaración de los Derechos Humanos. No sabemos muy bien en qué momento se perdió el norte, pero creemos que cada día se agrava más, y sin embargo, y ése es otro de los puntos del manifiesto, nosotros entendemos el periodismo como servicio público, para que los ciudadanos puedan opinar y actuar en democracia.
Este manifiesto se puede firmar en la web(*). Ahí hay periodistas, organizaciones sociales, sindicatos, asociaciones de Derechos Humanos de todo el mundo, ONG… queremos que quede claro que somos muchos los que creemos y queremos un periodismo con esos parámetros.«La información es una de las armas más importantes hoy en día. Los ciudadanos informados tienen muchísimo más poder que los ignorantes»
-Gracias en gran parte a Internet, cada vez más gente contrasta y reclama otro tipo de información.
-Cada día hay más ciudadanos, más organizadores sociales y más periodistas que están hartos y aburridos de esta forma de información mediatizada, así que creemos que hay una demanda social, un mercado para este tipo de periodismo, sobre todo a nivel internacional.
A raíz de eso, viendo además que tenemos las herramientas y posibilidades que antes no había, a un coste mucho más bajo y con una forma de comunicación instantánea y prácticamente gratuita como es Internet, sí que podemos hacer este periodismo. Por eso estamos empezando a desarrollar este nuevo proyecto, muy ambicioso. La idea es buscar el apoyo de organizaciones, fundaciones, ONG, ciudadanos, bloggers, webs… crear redes internacionales y muy amplias. De este modo, publicar no sólo en Internet, sino que esa historia pueda ser distribuida para cientos o miles de webs diferentes; y poder recibir información creíble, contrastada, de otras partes y también publicarla.
-Llevas doce años dirigiendo el Encuentro Internacional de Fotoperiodismo en Gijón. ¿Qué balance haces de esta experiencia?
-Todos los años me juro que no lo vuelvo a hacer, porque acaba con mi salud física y psíquica. Pero luego pienso lo contrario, porque todo el mundo, tanto el público en general como los profesionales que vienen y los alumnos del taller, están encantados.
El Encuentro ha sido siempre con esta visión del periodismo, y la mayoría de la gente que acude lleva esta misma línea. En las últimas ediciones estamos recibiendo a un montón de jóvenes periodistas latinoamericanos que son capaces de cruzar el charco gastándose tres sueldos de los que tienen allí, para venir al taller de periodismo que damos. De hecho, una de las ideas es poder exportar el encuentro a otros lugares, que en vez de que tengan que venir podamos ir nosotros allí.
-A veces saltan casos de manipulación de imágenes o noticias. ¿Dónde empieza la ética de un periodista?
-Exactamente en el mismo lugar donde empieza la ética personal de cada persona. La misma ética de un carnicero que vende carne en buen estado y no estafa a sus clientes, o la de un médico que hace bien su trabajo. Aplicado al periodismo es contar la realidad de las cosas y no manipularlas de acuerdo a intereses. No tiene más misterio que ése.
Lo que pasa es que ahora mismo es más fácil mentir tecnológicamente, y eso daña la credibilidad del periodista, que ya está bastante dañada. Es un grave problema, porque si la gente no nos cree, vamos mal. Ahora está surgiendo lo que llaman periodismo ciudadano, porque la gente en gran medida no se fía de los medios tradicionales. Tiene una parte positiva, de aportar información; pero también es un problema, y es que si esto sigue así los periodistas no vamos a tener objeto de existir.
«Ahora surge el periodismo ciudadano, porque la gente no se fía de los medios tradicionales. Tiene una parte positiva, de aportar información; pero también es un problema, y es que los periodistas no vamos a tener objeto de existir»
-¿Realmente los grandes medios de comunicación manipulan tanto como puede imaginar el ciudadano?
-Por ejemplo, mira lo que les pasa a los norteamericanos, que por cada fotografía de las consecuencias del ataque israelí a Gaza, publican cinco fotografías de las consecuencias de los cohetes caseros que tira Hamas hacia Israel. Es decir, tú pones cinco fotografías sobre tres muertos y una sobre seiscientos. ¿Qué significa eso? Que los ciudadanos norteamericanos, al no tener la información no tienen la posibilidad de opinar y de actuar en democracia, y por lo tanto sus gobiernos no pueden sentir la presión de una opinión pública.
En el libro 1984, de Orwell, es alucinante cómo se van cumpliendo muchísimas de las cosas que escribió en el cincuenta: mecanismos de control, de información, etc. Creo que si no defendemos uno de los derechos humanos básicos, que es la libertad de expresión, o la libertad de información, cada vez vamos peor.
-¿Es difícil vivir hoy del periodismo, aún siendo premio Pulitzer?
-Cada día más. Ha habido un bajón, ya no tanto de ingresos sino de percepción de la sociedad sobre el oficio de periodista, y somos menos estimados que antes. Parece que ahora los periodistas o son del corazón, esta lacra de la telebasura que no sé porqué llaman periodismo, o bien están trabajando en medios tradicionales con una pérdida de independencia. Hay un concepto del periodista como simple funcionario o trabajador que tiene que hacer lo que le digan.
Y por otro lado creo que sí ha bajado el estatus económico, cada vez hay menos espacio para que los fotoperiodistas independientes publiquen historias. Esto es porque no se paga prácticamente nada, y luego porque no hay físicamente espacio para ello, el papel está muy caro y la publicidad manda, a niveles tan grandes como que no gusta que salga el anuncio de no se qué reloj de oro junto a un reportaje sobre pobres que viven en un vertedero de Nicaragua. Esto nos ha pasado y ¿qué es lo que se quita? Desde luego a los pobres, que molestan. La información se banaliza, se está convirtiendo en entretenimiento y espectáculo.
-¿Qué buscas tú cuando haces una foto o enfocas una noticia?
-Contar una historia que creo que merece ser contada. Creo que la información es una de las armas más importantes hoy en día. Los ciudadanos informados tienen muchísimo más poder que los ignorantes. §
(*) www.periodistasenguerra.blogspot.com / www.manifiestoperiodismoyderechoshumanos.com