El discurso de 2020 correspondió al pakistaní Shahid Nadeem (se puede ver en inglés y castellano en la página del Instituto Internacional de Teatro) que cuenta la emocionante historia de una obra teatral dedicada a Bulleh Shah (Bulha), un poeta sij que sigue la tradición sufí, la misma que San Juan de la Cruz. El mundo siempre fue pequeño, solo que se viajaba más lento.
Estos señores poetas me disculparán, sin duda, de señalar la palabra “culo”, que en estos tiempos no se escribe en la literatura fina, pero un tal Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos, nacido en el mismo siglo que el nombrado monje Juan, tiene un curioso tratado que se titula “Gracias y desgracias del ojo del culo. Dirigidas a Doña Juana Mucha Montón de Carne, mujer gorda por arrobas”; en el tal tratado desmenuza tal esfínter y sus circunstancias, entre ellas la de los múltiples nombres que recibe.
Bueno, y esto ¿qué tiene que ver con el papel? Pues que lo encontré a las puertas del Teatro de La Felguera, después de un Día del Teatro de otro año, junto con el discurso, -lleno de tópicos-, que alguien escribió para que lo leyera un cargo político. Después del uso protocolario quizá pensó en darle uno distinto, ya que tenía que pasar por el supermercado a comprar otra clase de papel. Estimado señor, estimada señora: está feo tirar papeles al suelo, y más si mencionan el tancahigo (Quevedo, dixit).