El Instituto de Desarrollo Económico del Principado de Asturias es el principal organismo de desarrollo empresarial en la región y una pieza fundamental en el apoyo a la empresa asturiana. Al frente de esta entidad se encuentra la allerana Eva Pando.
-Tras varios años de crisis en los que se produjo una incesante destrucción del empleo y tejido empresarial se empieza a hablar de una recuperación. ¿Qué datos avalan esta afirmación?
-La crisis ha sido especialmente dura en Asturias, una región en la que tiene una especial relevancia el sector industrial. La desaceleración económica global provocó una fuerte contracción de la demanda externa que, sumada a la situación del país, provocó el cierre de diferentes empresas con la consecuente pérdida de empleo.
Sin embargo, esa configuración de nuestro tejido económico se ha convertido en un aliado. El peso de los sectores industrial y energético aportó, en 2015, un 21,57% del Valor Añadido Bruto, casi cinco puntos por encima de la media nacional, lo que nos hace estar esperanzados en que este sea uno de los principales motores de la recuperación. El PIB asturiano creció un 3,1% en 2015, después de varios cursos en negativo. El paro se situó en el tercer trimestre de 2016 en el 17,05%; hay que remontarse hasta 2010 para ver una cifra más baja. Además, el número de empresas ha aumentado un 2% en los últimos 3 años.
-¿Las empresas de reciente creación están sabiendo adaptarse al nuevo entorno económico?
-En el Grupo IDEPA ofrecemos un servicio de asesoramiento y apoyo integral a los emprendedores para acompañarlos, además de en esa primera etapa de creación, en las fases de crecimiento y consolidación. Contamos con el Centro Europeo de Empresas e Innovación-CEEI Asturias- como instrumento fundamental para prestar servicios a las empresas innovadoras y de base tecnológica. Estas nuevas empresas representan una apuesta importante de un tejido empresarial que se diversifica, se renueva y actúa rápidamente para adaptarse a los nuevos retos económicos desde la innovación.
La Universidad de Oviedo, además de ser un referente académico, es una cantera de talento humano, de la que salen cada año miles de jóvenes con una vasta formación. Además, disponemos de diferentes centros tecnológicos de prestigio internacional, como el ITMA o la Fundación Prodintec o centros punteros del CSIC. Todo esto conforma un clima propicio que favorece el éxito empresarial.
Las empresas que han sido capaces de superar la crisis se han fortalecido, a base de apostar por la innovación y la internacionalización. Estamos inmersos en la cuarta revolución industrial, en la que será la Industria 4.0, con un nuevo paradigma organizativo de los medios de producción. Precisamente este será el tema sobre el que giren los XXV Encuentros Empresariales de Asturias: Asturias Productiva, que celebraremos el próximo 1 de diciembre en el Hotel de la Reconquista de Oviedo. Desde aquí, invito a todos los lectores de Fusión Asturias a que nos acompañen en un evento muy especial para nosotros.
-¿Podría extraerse un perfil o alguna línea común en la empresa de nuevo cuño?
-Es difícil establecer una línea común para las nuevas empresas ya que, afortunadamente, el perfil de los emprendedores es multidisciplinar, abarcando un amplio abanico de sectores. La diversificación es una de las claves para conformar un tejido empresarial sólido.
No obstante, por compartir algunas cifras concretas, desde el 2000, el CEEI ha apoyado la puesta en marcha de 298 empresas altamente innovadoras. De todas estas, si nos centramos exclusivamente en proyectos de base tecnológica o startups, se ha ayudado a 113 nuevas empresas que se pusieron en marcha y se convirtieron en una realidad. Sin duda el mundo digital y de internet está muy presente. Un 53% de estas nuevas empresas altamente innovadoras se mueven en torno a los temas TIC pero déjenme destacar también el campo de la salud y la biotecnología con un 16%, porque también es muy significativo.
«Las empresas se están dando cuenta de que en la coyuntura actual, innovar ha dejado de ser una opción y se ha convertido en una necesidad»
-De por sí el tejido empresarial asturiano está formado en su gran mayoría por pequeñas y medianas empresas. ¿Cómo ha influido la crisis económica en esta tendencia?
-Efectivamente, más del 96% de las 67.675 empresas asturianas son micropymes. Además, las empresas del sector TIC son pequeñas y tienen dificultades para acceder a nuevos mercados, ya que carecen de productos propios. Ambos factores han provocado una reducción de la competitividad frente a otros países de nuestro entorno, cuya configuración empresarial es notablemente distinta.
El tamaño, aunque no sea de forma absoluta, determina la capacidad de generación de riqueza y oportunidades por parte del tejido empresarial. Y es precisamente en el rango de empresas más pequeñas y medianas donde se hace más patente esta reflexión. Estas pequeñas pymes, micropymes y empresas medianas forman un segmento en el que sus capacidades están muy limitadas por su tamaño y, pudiendo ser capaces de competir con éxito en sus mercados, sus posibilidades de crecimiento pueden estar muy limitadas. Sin embargo, la flexibilidad y mayor facilidad de adaptación al cambio que tiene una pyme le confieren, en ocasiones, una ventaja competitiva de la que una gran empresa carece.
Para tratar de revertir esta situación y favorecer el tamaño de nuestras empresas, el Gobierno regional cuenta con diferentes medidas de apoyo para fomentar la colaboración entre ellas. Un ejemplo de ellos es el apoyo a los clusters. En Asturias, actualmente, hay constituidas 10 agrupaciones empresariales innovadoras, una fórmula que permite incrementar las iniciativas de apoyo a la I+D. Por otra parte, de cara a que las empresas más pequeñas pueden internacionalizarse, se fomenta la creación de consorcios de exportación, tutelados y asesorados por Asturex.
-¿Están las empresas asturianas subiéndose al carro de la innovación y la tecnología?
-Sin duda. En los últimos años, hemos observado un aumento significativo del interés que suscitan entre las empresas las diferentes convocatorias de apoyo a la innovación. Por ejemplo, el año pasado el número de solicitudes recibidas en las ocho líneas de ayudas aumentó el 50%. Se concedieron más de 7,3 millones de euros de subvención a la innovación, casi un 30% más que en 2014.
Las empresas se están dando cuenta de que en la coyuntura actual, innovar ha dejado de ser una opción y se ha convertido en una necesidad, en un activo esencial para conseguir una ventaja competitiva que les permita situarse en una posición de privilegio en el mercado. Cualquier entidad que no innove se estanca, algo que no podemos permitir, mucho menos tras los esperanzadores síntomas de crecimiento que se perciben tras los años de recesión.
Tenemos además muchas esperanzas depositadas en el fomento de la Innovación abierta o Open Innovation. Nosotros creemos firmemente en el valor y el potencial de crear lazos entre las empresas más consolidadas y las jóvenes empresas de base tecnológica, por todos los beneficios y sinergias que esa relación puede crear: diversificación, capacidad de innovación, empleo cualificado, mayor capacidad de mercado. Continuaremos apostando por esta vía.
-La dificultad en lograr financiación ha sido un hándicap para nuevos proyectos ¿se han dado pasos en esta dirección?
-La financiación es una de las necesidades más recurrentes de cualquier empresa para desarrollar su actividad, aunque el tamaño creo que juega claramente en favor de las grandes. Y la razón quizás haya que buscarla en el hecho de que las entidades financieras disponen de mayor información de la solvencia y capacidad financiera de las grandes empresas que de las pymes. La cultura de acceso al crédito es distinta. Las pymes recurren con preferencia a la financiación propia y cuando se dirigen a entidades financieras, lo hacen para afrontar deudas a corto plazo; soportan mayores costes y una exigencia mayor de garantías en la deuda bancaria frente a las grandes.
Debemos procurar que esta tendencia cambie en lo que respecta a la financiación privada. Asturgar y la SRP cuentan con múltiples fórmulas de financiación para pymes, desde avales a participaciones temporales en el capital social de las empresas. Además, tienen convenios con diferentes entidades financieras para favorecer el acceso al crédito con mejores plazos y condiciones.
– ¿Con qué ayudas puede contar el nuevo emprendedor?
-El Grupo IDEPA cuenta con un amplio paquete de medidas para apoyar a los emprendedores. El CEEI realiza labores de asistencia y asesoramiento integral, además de ofrecer un espacio excepcional de networking y alojamiento. Su servicio de acceso a financiación es quizá uno de los más demandados. Anualmente se apalancan desde el CEEI más de 2,5 millones de euros en financiación pública y privada para los emprendedores y jóvenes empresas, que incluyen ayudas y subvenciones en el plano europeo como el Instrumento Pyme, nacional como NEOTEC y regional; préstamos participativos; inversión privada a través de business angels o financiación bancaria.
En el plano regional existe una importante apuesta por favorecer la creación y consolidación de empresas innovadoras. El IDEPA convoca anualmente una ayuda dirigida a la puesta en marcha y crecimiento de EBTs, que es una iniciativa pionera y singular en el plano nacional, asi como una convocatoria de apoyo a semilleros, aprobando 19 proyectos que fueron subvencionados con 0,9 millones de euros.
Los emprendedores también cuenta con el apoyo financiero de Asturgar y la SRP.En 2015, Asturgar favoreció el acceso a la financiación a emprendedores con 28 avales, por un importe de 1,12 millones de euros, que favorecieron la creación de 92 puestos de trabajo. La SRP, mediante el Fondo de Financiación Semilla, financió 3 proyectos con una inversión de 350.000 euros y la creación de 15 puestos de trabajo.