«Queremos potenciar la calidad de vida sin dejar de lado la industria».
-Morcín avanza, en gran parte gracias a la cooperación de las distintas fuerzas políticas del Ayuntamiento. ¿Cómo es esta relación?
-El planteamiento político que existe en Morcín es conjuntar esfuerzos para el desarrollo, y que esto prime por encima de los aspectos de pura retórica política. Ahora estamos en un momento crucial para el concejo, en el que por fin llegamos a un punto de reactivación de la economía. Para lograrlo hemos alcanzado acuerdos, muchas veces usando la inteligencia en lugar del corazón. Creo que hemos modernizado un poco la vida política, las maneras de ser y de hacer, y que los resultados son palpables. Yo a veces comparo el diálogo político que hemos visto aquí con el caso de Alemania, con dos fuerzas políticas antagónicas, que generaban polémica incluso entre los propios vecinos y que han llegado a un acuerdo, gracias también al esfuerzo de las personas que componen cada parte. Porque yo hablo más de las personas que de las ideas políticas.
Pero aún queda mucho por andar. Ahora tenemos un momento difícil, sobre todo por la financiación, porque está claro que el desarrollo necesita una serie de servicios y éstos necesitan un presupuesto.
-Especialmente en el Ayuntamiento de Morcín, que cada vez está asumiendo más competencias.
-Exactamente. Desde un modelo industrial basado en el siglo XIX hemos saltado de repente al XXI. El futuro pasa por las innovaciones tecnológicas, por los incrementos de investigación y desarrollo, pasa por ofrecer una serie de servicios a la sociedad… pero al mismo tiempo no se ha hecho una reforma de la financiación municipal, de modo que cada municipio tiene que asumir los costes de esas inversiones. Acometer esa reforma requiere una conjunción de todos los implicados, evitando los localismos.
-¿Qué supondrá el Museo de los Quesos de Asturias para el concejo?
-Tiene que convertirse en un referente en Asturias, en un museo de todos los asturianos. El queso es una parte de nuestra economía y nuestra historia, por eso el Principado debe apostar por este proyecto.
Por otra parte, yo entiendo el día a día de un Ayuntamiento como una empresa. Con unas características peculiares, ya que nuestros ingresos vienen de unos impuestos que la gente paga con esfuerzo, más ahora que estamos en crisis. Pero esos ingresos debemos administrarlos como una empresa, y este museo también debe ser rentable. No me refiero sólo a la actividad económica, sino a que sea el motor para que otras industrias se instalen en el concejo.
-¿Morcín es ya sinónimo de calidad de vida?
-Sí, ha cambiado completamente. Morcín es un concejo que lo tiene todo, está en el centro de Asturias, al lado de la capital y de la salida hacia Gijón, tiene unos paisajes increíbles y se ha trabajado en una política inteligente por parte de todas las corporaciones para potenciar la calidad de vida sin dejar de lado el aspecto industrial. Debemos romper con ese concepto de los valles mineros como zona degradada, para que se nos visite y se nos vea como somos: un paisaje envidiable, desarrollo sostenible, una parte de la historia de Asturias, que es el Monsacro, que aún está sin desarrollar del todo, aunque hay proyectos para ello…
-El futuro de Morcín ya no es de color negro carbón.
-Yo lo veo con optimismo. El carbón marcó a la gente, toda la cuenca carbonífera aportó mucho a Asturias y ésa es una historia que no hay que olvidar. Morcín en su momento aportó un gran desarrollo a la industria y a la modernización de España, gracias al carbón. Ahora toca aportar otras cosas.
Me gustaría resaltar el campo de la I+D+i, ya que aparte del modelo que tenemos en el Polígono de Argame, creo que deberíamos contemplar un tipo de industrias limpias y de alta tecnología. Aquí tenemos lugares para que se ubiquen y una población preparada como nunca antes lo estuvo. Se trata de que nuestros hijos no tengan que marchar de aquí, apostando también por el desarrollo turístico, con calidad de vida y siempre defendiendo la naturaleza, pero sin que eso nos detenga. En la moderación está la clave de todo.
Fotos: Fusión Asturias