Existe la Navia tranquila en las calles empedradas, que se torna en una villa animada cuando cae el sol y las fiestas toman el relevo. La Navia azul que se asoma al mar, y la verde que mira al interior.
Las ocho parroquias del concejo naviego constituyen una unidad indivisible que concentra la vida urbana en sus dos villas, que son Navia y Puerto de Vega, importantes centros turísticos y comerciales, en cuyas calles conviven las zonas más tradicionales con otras en expansión.
Quien viene a Navia no olvida sus playas, cada una con su propia personalidad, como la propia playa de Navia, la pequeña El Moro, la rústica El Fabal, la local Coedo, la espectacular Frejulfe y la virgen Barayo, que comparte con el concejo de Valdés y pertenece a una Reserva Natural Parcial. Pero también se tiene en cuenta su completa hostelería, el mercado de los jueves junto al puerto deportivo, la vida nocturna y las fiestas de agosto.
Navia está hecha para vivirla, como demuestra la cantidad de infraestructuras dispuestas para el deporte. Uno de los puntos más bellos para correr y pasear es La Poza y sus alrededores, que incluye el Paseo Marítimo que discurre paralelo a la ría. También es emblemática la Senda Costera que recorre todo el concejo por la costa, y que permite un paseo diferente entre playas, acantilados y roquedales desde los que pescar a caña.
A nivel turístico, los encantos de la villa de Navia se reúnen en el casco histórico, que es atravesado por el Camino de Santiago y donde se puede visitar el Ayuntamiento, la Casa Limonar, la Iglesia de Santa María de la Barca y restos de la muralla medieval en la calle Mariano Luiña.
En agosto, las fiestas llenan Navia de tradición, como la procesión marítima y la danza prima.
Si el paseo se traslada hasta Puerto de Vega, es imprescindible caminar junto al mar, elemento que configura la vida pasada del lugar. Desde el mirador de la Riva se avistaban las ballenas, mientras que el recogido puerto todavía mantiene una pequeña flota pesquera que ya dejó atrás las industrias conserveras de antaño. De todo ello se puede ampliar información en el Museo de las Historias del Mar. Junto a él se encuentra el Museo Etnográfico Juan Pérez Villamil, cuyas piezas rememoran la antigua vida rural.
Entre los monumentos religiosos se encuentran la capilla del Carmen y la iglesia de Santa Marina, así como la sencilla capilla de Nuestra Señora de la Atalaya en cuyos alrededores tienen lugar en septiembre unas fiestas multitudinarias. También emblemáticos son la antigua Aduana -la primera que hubo en Asturias-, el Casino y la casa mortuoria de Jovellanos, que este año adquiere un nuevo protagonismo en el bicentenario de la muerte de este gran ilustrado.
A estas dos emblemáticas villas hay que añadir el encanto de las docenas de pueblos repartidos entre la costa y el interior. Unos asoman al mar, como Vigo, y otros están íntegramente fundidos con el verde de los prados, como Anleo, Talarén o Andés. Sus encantos son aprovechados a través del turismo rural y son los guardianes no sólo de tradiciones, sino que también albergan muchos de los edificios más antiguos del concejo.
Como ejemplos están la iglesia parroquial de Anleo, del siglo XVII; la iglesia de San Miguel, en Andés, que es de origen románico; el palacio de Lienes, en Armental, del siglo XVI; el palacio de Camposorio, en Piñera, del siglo XVIII o el palacio de Anleo del siglo XIII que se encuentra en plena restauración.
Los torneos están organizados por el Club Baloncesto Navia.
Para inscripciones y más información: 628 601 224. cbnavia@cbnavia.com
Para contactar: 629 786 568 y bucanero_699@hotmail.com
Conciertos en agosto:
Elisa. 8 de agosto, a las 22:00 h.
Bacotexo. 10 de agosto, a las 22:00 h.
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