Los inicios vinieron marcados por la necesidad de que las mujeres del concejo de Parres dejaran a un lado la monotonía. Varias de ellas pusieron en marcha CIMA (Cambios, Iniciativas, Mujeres de Arriondas) y hoy, tras más de dieciocho años trabajando y desarrollando iniciativas, pueden decir que han conseguido su objetivo.
Ciento cincuenta mujeres son las que actualmente dan vida a esta Asociación que reúne a mujeres de Parres y de los pueblos vecinos. A lo largo del año organizan cursillos de repostería, trajes regionales, punto, pintura, bolillos, patchwork, costura o talla a los que acuden muchas vecinas que encuentran en estas actividades un momento de respiro y descanso de sus trabajos o de sus responsabilidades domésticas y familiares. «Cuando empezamos buscábamos integrar a la mujer en el concejo -comenta María Dolores Sierra, presidenta de la Asociación-. Las mujeres tenían una vida bastante rutinaria y el Ayuntamiento organizaba algún curso pero era muy poca cosa. Ahora tenemos entre seis y ocho cursos al año que empiezan en octubre y acaban en julio. También confeccionamos trajes regionales para las fiestas que hacemos en Arriondas y organizamos alguna excursión en la que admitimos a gente que no es socia. Anualmente hacemos una comida en la que nos juntamos todas las socias en algún restaurante de la zona, bailamos un poco y tratamos de pasarlo bien».
Desde la Asociación reconocen que el trato con el Ayuntamiento es muy bueno y que gracias a ellos han podido tener en sus inicios un local en el que reunirse. Desde la Corporación les llaman a menudo para que participen en actos como el que se celebró contra la violencia de género. El único inconveniente es que los actos institucionales se celebran en horario laboral, con lo cual les resulta imposible acudir y participar.
Uno de los problemas principales a los que se enfrentan es la falta de relevo generacional dentro del colectivo. «La población en la zona está envejecida y es muy difícil que la poca gente joven que hay participe en la Asociación -reconoce María Dolores-. Antiguamente en Arriondas había más industria de carpintería y varias cooperativas pero se fue deshaciendo todo. Ahora mucha de la gente que hay trabaja en el hospital y del resto de la industria apenas queda nada. Hay gente mayor que se está quedando sola en los pueblos porque los hijos se han ido a trabajar fuera. Aquí hay poca gente joven y esto lo notamos mucho nosotras».
De cara al futuro, la actual directiva está valorando la puesta en marcha de varios cursos y también la organización de nuevas excursiones de un día a lugares próximos y alguna otra de más duración.