En la década de los 50 los padres de Marisol embarcaron rumbo a Sao Paulo (Brasil) desde su pueblo natal, Pola de Laviana. Construyeron de nuevo su vida detrás de los mares y nacieron sus tres hijos. Marisol, que era la pequeña, recuerda cómo sus padres siempre mantuvieron vivo el recuerdo de dónde venían, los valores y las costumbres que habían heredado de la cultura asturiana, un legado que siempre consideraron como suyo. En Brasil estudió en un colegio español y a finales de los 80, en el viaje de estudios, tiene la oportunidad de viajar a España, visitar muchos lugares, entre ellos, Laviana donde conoce a su abuela y al resto de la familia. Esa semilla se mantendría viva durante muchos años, hasta que su padre se jubila y decide regresar. Ella, casada, con hijos y una vida montada, también decide venirse con todos los suyos.
Todo esto me lo contaba la propia Marisol en una entrevista que le hice para la sección de emprendedores, -acababa de abrir un negocio en Laviana- y estaba sorprendida por la acogida que había tenido en la zona, “nunca he sido forastera. Mi familia es conocida aquí y todos me tratan como si me conocieran de toda la vida”.
A muchos asturianos en la diáspora les encantaría regresar. Segundas y terceras generaciones lo van a tener más fácil a partir de ahora. La nueva Ley de Impulso Demográfico del Principado, y la denominada “Ley de Nietos”, despliegan varias medidas para favorecer el retorno de emigrantes. Una de ellas es la modificación de las bases para la concesión de ayudas económicas para quienes quieran volver: sólo se exigen 4 años de residencia en el exterior -antes diez-; se amplían las ayudas a los nietos, cuando antes solo se abrían a los hijos; basta con haber obtenido la nacionalidad cuatro años antes de solicitar las ayudas y además, estas se podrán incrementar un 25% si el retorno se produce a un concejo en riesgo de despoblación. Todo este cambio va a permitir un aumento de las cuantías actuales que pueden llegar hasta 6.000€ de ayuda para la mudanza o traslado de la familia. La regulación de las ayudas al retorno empezará a surtir efecto el próximo verano y el programa va a permanecer abierto todo el año.
Argentina, donde viven unos 35.000 asturianos y descendientes, es el país elegido para poner en marcha el proyecto piloto, una red de apoyo al retorno. Allí se acaban de abrir dos centros -Buenos Aires y Mar de Plata- que facilitarán toda la información y acercarán a las personas interesadas, todo lo que el Gobierno asturiano les ofrece a través de esta nueva Ley. Estos centros trabajarán de manera coordinada con el Principado.
La mirada no solo está dirigida a tierras americanas, hay muchos centros asturianos por Europa y otros países. Las ayudas también contemplan la posibilidad de que algunos asturianos quizá quieran mantener sus empleos allí pero quieran regresar a la tierrina a través del teletrabajo.
Ante la crisis económica derivada de la pandemia, muchos emigrantes asturianos decidieron volver a casa, “hubo un repunte de todas las edades”, reconocía la presidenta de la Asociación de Emigrantes Retornados de Asturias. Pero tras ello, son las personas mayores las que retornan como jubilados. Marcharon hace décadas y sueñan con disfrutar este período de su vida en el lugar donde nacieron o se criaron.
La gente joven, hasta ahora, no parece mostrar ganas de retornar. La mayoría tienen sus trabajos y familia en el país que están. Estos nuevos emigrantes ya no viajan a América como lo hicieron sus abuelos o padres, sino que eligen Europa. Son trabajadores muy cualificados que quieren mejorar su carrera profesional. El trabajo en España, y por supuesto en Asturias, sigue siendo precario para este sector de población que busca un empleo de calidad, con unos ingresos que permitan tener un nivel de vida, al menos, similar al país donde están. Crear un ecosistema que facilite su retorno será todo un reto.
La Xunta de Galicia tiene en funcionamiento desde 2017 un plan para el retorno de sus emigrantes -similar al que va a poner en marcha el Principado- con el que ha conseguido atraer en tres años a 28.000 gallegos; ahora propone llegar a los 30.000 en cuatro años para frenar la crisis demográfica.
Galicia parece ir por el buen camino, ojalá esos buenos resultados se experimenten también en Asturias. Actualmente tenemos a unos 126.000 asturianos repartidos por distintos lugares del mundo. Esperemos haber dado con la tecla adecuada.